Roma en la historia de Fuerteventura
El nuevo Museo Arqueológico, que ha abierto sus puertas en Betancuria, incluye una sala con un taller para que los expertos enseñen al público, en directo, el proceso de restauración
El Museo Arqueológico de Fuerteventura, situado en Betancuria, ha abierto sus puertas, tras cinco largos años de espera, en un nuevo edificio y con una amplia programación y proyectos de futuro. “Tenemos el museo que necesita Fuerteventura en estos momentos, una isla con numerosos hallazgos y estudios arqueológicos, que ha sabido tomar el testigo de la familia Alfonso Martín Fajardo, impulsora del primer museo”, afirma el consejero de Cultura del Cabildo insular, Andrés Briansó.
La casa museo de Betancuria cerró sus puertas en 2015 y ahora reabre en un edificio nuevo y moderno, que dirige Luis Lorenzo Mata. El museo se inaugura con cuatro exposiciones temporales. En la primera, Fuerteventura Arqueológica. Donde empieza nuestra historia, se destaca la importancia del yacimiento romano encontrado en el islote de Lobos y datado entre los siglos I a.C. y I d.C.
Los expertos consideran que fue utilizado para la obtención de púrpura getúlica, producto tintóreo que llegaba a Roma procedente de los territorios del norte de África, especialmente los que conformaban la Mauritania tingitana, actual Marruecos occidental.
Según los investigadores, este descubrimiento sitúa a Fuerteventura y Lanzarote entre las “islas purpurarias” de la antigüedad. “Existe constancia de enterramientos descritos en la publicación Le Canarien, pero la evidencia fue encontrar en Lobos unos fragmentos cerámicos a torno, con gran cantidad de Stramonita haemastoma (púrpura) que presentaban patrones de fractura antrópicos (canaillas), junto a restos cerámicos y ánforas, que denotan que se trataba de una sociedad desarrollada que no conocía el hierro, pero sí contaba con una industria económica”, detalla Mata.
De hecho, en los testimonios de la época de la conquista, se habla de una importante cabaña ganadera, con quesos de excelente calidad. En este sentido, el descubrimiento del yacimiento romano en el islote de Lobos viene a revolucionar la historia de Fuerteventura “porque los romanos trajeron esclavos, a sus hombres más cualificados, altos y corpulentos y cuando aparecen los conquistadores normandos encuentran una sociedad desarrollada, estratificada y conocedora de la cabra”, indica Mata. El Museo de Tenerife se está encargando de la restauración del nuevo material encontrado en Lobos.
Enterramiento anómalo
En esta primera exposición dedicada a Fuerteventura dentro del museo se reproduce un enterramiento anómalo, que no era común en el mundo bereber, con una colocación diferente, encontrado en Solana del Cuchillete, en el valle de Los Canarios, Pájara.
Este pequeño solapón fue acondicionado con un muro que cerraría y delimitaría la boca de la cueva y, de forma previa a la disposición de los cuerpos, pudo ser consagrada, a través de la colocación de cerámicas y restos faunísticos, asociados a restos de cenizas. Se encontraron cuatro individuos, dos adultos en su posición original y un adulto y un niño, desplazados.
Las cerámicas de Lobos hablan de una sociedad desarrollada y con industria
Estos restos se dataron entre los siglos X y XIII de nuestra era. Los cuerpos se depositaron sobre una estructura realizada exprofeso, a modo de cama de piedras. Se cree que podría tratarse de ofrendas para los difuntos.
En el museo y dentro de los enterramientos estudiados se exhibe otro hallazgo que llama la atención por su violencia. En La Tonina (La Oliva) aparecieron cráneos golpeados (de los siglos XI y XII) que acreditan una muerte violenta, y lo que podría ser un ajusticiamiento, en un enterramiento sin preparación.
Los podomorfos de la Montaña de Tindaya son imprescindibles para entender esta primera muestra arqueológica del Museo. En la cima de la montaña se han contabilizado 213 grabados con 57 paneles de podomorfos, siluetas de pies, realizadas con diferentes técnicas, siendo las más abundantes los picados de pies.
Según los estudios realizados, este lugar pudo acoger la firma de pactos, la impartición de justicia, o la celebración de ritos de fecundidad y lluvia. Toma fuerza la teoría de la vinculación de la montaña con el solsticio de invierno. Sin embargo, Tindaya no es solo sus grabados podomorfos, ya que existe numeroso material en superficie, como montículos de piedra, restos arqueológicos y cenizas.
Actividad ceramista
La segunda exposición, titulada Retos/restos para un museo, exhibe numerosas cerámicas y trata de analizar el pasado, presente y futuro del museo, incidiendo en las funciones de conservación, investigación y difusión.
El director del centro, Luis Lorenzo Mata, resalta la importancia de la cerámica aborigen de Fuerteventura que califica de “excepcional”. Como novedad, tras analizarse las tapas encontradas, que se pensaba que eran de arenisca, “se ha constatado la presencia de cal”. La pregunta que surge es: ¿quién enseñó a utilizarla, aunque no fuera con una combustión alta? “De nuevo, una de las hipótesis es Roma”, puntualiza el director del museo.
El museo incluye un taller para el trabajo de profesionales de la arqueología
En otro punto de la muestra, un panel inmerso sumerge al visitante en la Cueva de Villaverde, que es, en la actualidad, uno de los yacimientos más importantes y sigue en estudio. Ya en los años 70 se realizaron excavaciones en este punto y “está todo guardado. Ahora se necesita inventariar y analizar”, explica Mata.
El museo incluye un taller habilitado para el trabajo en vivo de los expertos que restauran la cerámica dentro de las propias instalaciones y también exponen su trabajo al público.
La tercera muestra, Betancuria. La Fe en la piedra, explica la aparición de la orden de los franciscanos en Canarias y presenta el trabajo de campo del magistrado Rodán Verdejo, de 1965, en el complejo claustral, ante el deterioro del convento.
Sin una metodología científica, reconstruyó varios muros de la iglesia y levantó dos recintos rectangulares que aún hoy se pueden observar. En esta zona se recrea también la excavación arqueológica en el Convento franciscano de San Buenaventura, durante los años 2018 y 2020, con el fin de comprobar e identificar el alcance de los vestigios, así como conocer la historia del propio edificio de Betancuria. El equipo de arqueólogos de Tibicena realizó diversos sondeos por el solar y se redescubrió la planta del convento.
La cuarta exposición, Huellas, está integrada por una colección de imágenes del fotógrafo Tarek Ode, que traslada su visión del patrimonio cultural de Fuerteventura.
-¿Cuáles son las futuras líneas de investigación del centro?
-Una estará dedicada a la mujer, que fue fundamental en la prehistoria para el éxito evolutivo del Homo sapiens. La mujer organiza el hogar, descubre la agricultura, la distribución de las tareas. No se sabe cuándo el guerrero empieza a tener supremacía sobre la mujer y comienzan las guerras, en las que ya no hemos dejado de matarnos los unos a los otros. Por eso, la próxima línea de investigación y exposición del museo se dedicará a la mujer, porque cuando llegan los conquistadores a Fuerteventura encuentran a dos señoras: Tibiabín y Tamonante, a las que aplican el concepto medieval de bruja. Una simbolizaba la justicia y la otra la religión, pero eran las que mandaban en la Isla. Me parece que Fuerteventura es especialmente idónea para esa exposición de la mujer, donde recuperar esa parte de la historia perdida. Además, tenemos fondos documentales para ello. Otra línea de investigación se refiere a las incógnitas, a hipótesis contrapuestas y preguntas que están en el aire y a las que nos gustaría dar respuesta. Por supuesto, la cerámica aborigen siempre va a estar presente en el museo por su importancia y alto valor.
-¿La idea es también que el museo llegue a los colegios y a la sociedad en general?
-Sí. Yo quiero ir personalmente a los colegios a enseñar los contenidos del museo, pero lo primero es empezar a recibir visitas de los escolares y los estudiantes de ESO y Bachillerato este año para que conozcan la historia universal de Fuerteventura, que entiendan su importancia, su valor. Que vean los paneles con el clima y la geografía, que hemos instalado en una sala de ocio. Tendremos material didáctico para que los estudiantes entiendan la antigüedad que se muestra. En ocasiones, cuando ven los huesos preguntan por los dinosaurios. Pretendemos que adquieran conocimientos y que los asocien con el respeto por el medio ambiente. Que entiendan que vivimos en un paraíso con un clima suave, favorable, y en un espacio privilegiado en el mundo. Tenemos una isla cargada de historia en cada piedra, montaña, playa o cueva y los jóvenes tienen que interesarse por conocerla. Para lograr esta meta, apostamos por las nuevas tecnologías para convertirnos en un centro moderno e interactivo.
-¿La Cueva de los Ídolos en el Malpaís de La Arena de La Oliva ha sido fundamental en la cerámica majorera aborigen?
-Sí, efectivamente. Se trata de un santuario para los mahos. Este yacimiento arqueológico se encontró en 1970 y ha sido objeto de numerosos estudios porque alberga gran cantidad de restos aborígenes, cerámica fragmentada, diversos objetos de decoración y los ídolos, que son piezas de pequeño tamaño, realizadas en barro cocido y piedra. Este material se expuso en las últimas décadas en el antiguo museo de Betancuria y, ahora, gracias a la colaboración del resto de museos de Canarias, lo hemos podido presentar en un centro nuevo, acorde a los tiempos. El museo ha recopilado numerosos restos que se hallaban en toda Canarias y se exponen junto a nuevos hallazgos y descubrimientos de los aborígenes majoreros.
Añadir nuevo comentario