-Forma parte del equipo médico de Hospital Parque Fuerteventura desde 2014. Durante estos últimos años habrá comprobado la evolución del centro en la Isla y la repercusión entre los usuarios...

-El Hospital ha tenido una evolución in crescendo. Actualmente el equipo de ginecología lo componen, junto conmigo, el doctor Miguel Deya, ginecólogo y especialista en cirugía estética vaginal, y Sara Fernández, también ginecóloga y que se ocupa de la zona norte de la Isla, principalmente.

-Una de los programas en los que más incide Hospital Parque Fuerteventura es el proyecto de atención integral a la mujer. ¿En qué consiste?

-La mujer recibe atención médica desde la adolescencia a la menopausia. En el apartado de atención obstétrica, por ejemplo, engloba desde la vertiente pregestacional hasta el posparto, realizando labores que en los centros de salud realiza frecuentemente la matrona, como la educación maternal o información sobre lactancia materna, que se está potenciando en la Isla gracias a un gran proyecto que se está desarrollando tanto a nivel privado como público. Asimismo, realizamos la atención puerperal de la mujer y valoramos la rehabilitación de suelo pélvico.

-En cuanto a las dudas de las mujeres en general que acuden a su consulta, ¿cuáles son las más comunes?

-Las chicas más jóvenes que atendemos quieren conocer los métodos anticonceptivos o presentan problemas frecuentes en la adolescencia como ciclos menstruales irregulares, dolor menstrual, hemorragias o infecciones vaginales. Otra de las actuaciones de este programa de atención a la mujer es la prevención de enfermedades como el cáncer de cérvix-uterino o de mama, con programas de cribado y su respectivo seguimiento en coordinación con el servicio de radiología y anatomía patológica.

-¿Qué actuaciones se llevan a cabo en el apartado de prevención de ambos tipos de cánceres? ¿Son los de mayor incidencia?

-El cáncer cervicouterino y el de mama están entre los de mayor incidencia en la mujer. La prevención se lleva a cabo con cribados a partir de los 25 años, en el primero de los casos, principalmente con citología. En cuanto al de mama, en mujeres con factores de riesgo, realizamos un seguimiento más precoz, aunque, por lo general, el control suele comenzar entre los 45 y 50 años con la realización de mamografías. También se tiene en cuenta la prevención de otros tipos de cáncer que se pueden desarrollar en edades más avanzadas como el de endometrio u ovarios, si bien, no cuentan con un programa de cribado médico específico, por eso es importante continuar con las revisiones ginecológicas más allá de la menopausia para detectar manifestaciones de estas patologías en estados precoces.

-En cuanto a ese periodo tan temido para muchas mujeres como es la menopausia ¿qué avances pueden ponerse sobre la mesa para tranquilizar a las pacientes?

-Es un periodo de la vida de la mujer en ocasiones olvidado y es importante tenerlo en cuenta porque existe mucha sintomatología y, sin embargo, sigue habiendo temor a hablar de esos problemas en lugar de asumir tratamientos que pueden aliviarlos y que, a día de hoy, cuentan con grandes garantías demostradas que suponen la mejora la calidad de vida de las pacientes en esta etapa, siempre con asesoramiento médico. No tienen nada que ver las terapias hormonales sustitutivas que se empleaban en los años sesenta sin control con las que actualmente pueden acometerse en determinadas pacientes seleccionadas y bajo estricto control médico.

-¿Cuáles son las pruebas que se desarrollan en Hospital Parque Fuerteventura dentro del programa de prevención de cáncer de mama?

-Es conveniente realizar, entre los 40 y 50 años, una mamografía, pero cada vez más las sociedades científicas recomiendan adelantar la edad de inicio de los programas de cribado. Hay que distinguir entre mamografía y ecografía. La mamografía es la única prueba que está avalada para detectar el cáncer de mama en estados precoces, incluso se puede detectar cuando aún no ha sido infiltrante. La ecografía de mama es importante, pero en pacientes que por edad y riesgo lo precisen. Estas pruebas se pueden llevar a cabo en Hospital Parque, incluyendo la resonancia de mama para pacientes que por criterios médicos la necesiten.

“Las menores de 25 años no tienen necesidad de realizarse citologías”

-¿Cuándo recomienda realizar las primeras revisiones ginecológicas?

-En la actualidad hay muchos pacientes jóvenes que se preguntan cuándo tienen que comenzar a realizarse la citología. Se trata de una prueba para la detección precoz del cáncer cervicouterino, sin embargo la principal medida para la prevención de este tipo de cáncer es la vacunación contra el virus del papiloma humano que está cubierta en España para las chicas entre los nueve y 14 años. En Canarias se vacuna generalmente a la edad de 12 años. Las mujeres menores de 25 años están ya vacunadas y aunque es a estas edades cuando comienzan a acudir a la consulta, es menester que sepan que no es necesario realizar una citología. Además, cuentan con un sistema inmunológico suficientemente potente para neutralizar las infecciones por virus de papiloma humano sin ningún tipo de tratamiento. Por lo que sólo tendrían que realizar la citología para edades menores de 25 años, aquellas mujeres con riesgo como las inmunodeprimidas o con patologías crónicas, como pacientes trasplantadas o con enfermedad inflamatoria intestinal bajo tratamiento inmunosupresor, por ejemplo. Las jóvenes acuden en ocasiones por otro tipo de patologías o síntomas relacionados con los ciclos menstruales, así como para la prescripción de métodos anticonceptivos y consejos sobre las relaciones sexuales.

-¿Entiendo entonces que la vacunación contra el virus del papiloma humano está extendida entre adolescentes y jóvenes?

-Sí. La vacunación es conveniente llevarla a cabo antes de iniciar las relaciones sexuales. Afortunadamente los programas de vacunación ya contemplan que a partir de este año se vacune a los niños nacidos en 2011. Es la mejor manera de prevenir el cáncer de cuello de útero, así como otros cánceres relacionados con el virus del papiloma como los de vulva, vagina, ano y cabeza-cuello que podrían prevenirse también a través de la vacunación.