El acusado de matar al novio de su amante se arrepiente porque "era un colega"
El acusado de matar de varias cuchilladas al novio de su amante a la salida del hotel donde este trabajaba como camarero en Morro Jable, en el sur de Fuerteventura, ha dicho ante un jurado constituido en la Audiencia de Las Palmas que se arrepiente de haber acabado con la vida de un "colega".
El procesado, en prisión por esta causa desde el 12 de marzo de 2015, se enfrenta a una solicitud de condena de 14 años de cárcel por homicidio por parte del Ministerio Fiscal, que la acusación particular, que representa a los padres y hermanos de la víctima, eleva a 25 años por asesinato con alevosía y abuso de superioridad.
Su defensa solicita, en cambio, una pena de 10 años de cárcel por los hechos que su patrocinado ha reconocido en una carta en la que también muestra su arrepentimiento y pide perdón a la familia de la víctima, misiva que se ha admitido incorporar a la causa.
En la primera vista del juicio, Pedro M.B. ha explicado que conoció al fallecido antes que a Jennifer R.I. y ha admitido que sabía que ambos eran novios, aunque ha asegurado que en enero del pasado año ella le dijo que había roto con él, que quería volverse a Talavera de la Reina (Toledo), de donde procedía, y que le gustaría que fuera con ella.
Como Daniel comenzó a sospechar que Jennifer le engañaba con otro hombre, puso una grabadora en el domicilio que compartían y confirmó así que ella le era infiel con Pedro M.B., según ha dicho el acusado, a quien, tras constatar estos hechos, la víctima envió un mensaje privado a través de Facebook para exigirle que "parara ya" su relación con Jennifer y advertirle de que, "si seguía, se iba a enterar" porque "haría cualquier cosa". Sin embargo, Pedro M.B. siguió viéndose con Jennifer hasta que, el 2 de marzo de 2015 ella le llamó por teléfono para comunicarle que había vuelto con Daniel.
"Ahí me di cuenta del juego y de que ella se estuvo divirtiendo a costa de los dos", ha alegado el acusado, quien ha explicado que, al día siguiente, salió de trabajar, tomó café con su hermana en Gran Tarajal, puso gasolina y luego decidió ir hasta el hotel donde trabajaba Daniel, porque sentía la necesidad de "aclarar las cosas con él", ya que le "carcomía haber traicionado a un amigo".
Así fue cómo el acusado aparcó su coche cerca del hotel donde Daniel ejercía como camarero, le esperó hasta que acabó su jornada portando un cuchillo militar de unos 15 centímetros, que, según ha dicho, llevaba hacía tiempo bajo el asiento de su coche "para amedrentar", porque es "inseguro y miedoso", y se dirigió a él con intención de hablar "cara a cara".
Al comprobar que Daniel "no tenía nada de qué hablar con él", el acusado, a quien le "mosqueó cómo le estaba tratando" quien había sido su amigo, le puso el cuchillo delante y cayó sobre él dentro del coche, donde se inició un forcejeo en el que la víctima recibió varias puñaladas.
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