CULTURA

Patrimonio documenta los podomorfos de Tindaya y valora ampliar el BIC

El Gobierno de Canarias destaca que se trata de un espacio “sensible y frágil, seriamente amenazado”

Diario de Fuerteventura 0 COMENTARIOS 27/07/2020 - 11:32

La Montaña de Tindaya de La Oliva alberga la que posiblemente sea la mayor concentración de podomorfos del mundo. La presencia de grabados rupestres le ha valido su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que cuenta con la máxima figura de protección y de reconocimiento, aunque solo en la parte superior de la montaña.

No obstante, su protección jurídica no garantiza su protección física, pues los podomorfos “presentan problemas de conservación por encontrarse al aire libre, fruto de la erosión natural del agua o del viento, intentos de expolio, pasando por actos vandálicos y por las inminentes consecuencias del cambio climático”.

Así lo señala el departamento de Patrimonio Histórico, que destaca que se trata de un espacio “sensible y frágil, seriamente amenazado, que demanda acciones urgentes de documentación integral capaces de asegurar su supervivencia”, por lo que, en paralelo a la digitalización en 3D de más de 224 grabados podomorfos, distribuidos en 111 paneles, el departamento que dirige Nona Perera ha encargado la documentación 3D de los paneles intervenidos por la población aborigen.

Además, se realizará un estudio integral por parte de la empresa especializada Arqueocanarias para la protección de todos los bienes arqueológicos y etnográficos que contiene este singular espacio.

“Se trata de la respuesta a la solicitud cursada por el Cabildo de Fuerteventura, para que la totalidad de los elementos arqueológicos y etnográficos gocen de este reconocimiento y protección a través de la figura de BIC”, señala Patrimonio.

En caso afirmativo, añade el Gobierno de Canarias, “se podrá promover la ampliación de la delimitación hasta donde se considerase necesario, completando e integrando la totalidad de los valores de Montaña de Tindaya, o bien se inicia otro expediente nuevo para la misma finalidad”.

En esta línea, Perera subraya que se trata de “acciones relevantes para mesurar adecuadamente el valor excepcional de este conjunto, así como para poder resolver cuestiones históricamente de gran importancia para las Islas Canarias como el origen de su poblamiento aborigen”.

“Solamente mediante una correcta documentación será posible realizar una apropiada interpretación y una adecuada puesta en valor”, añade.

Estudio de la montaña y las llanuras

Este estudio contempla la prospección superficial de la montaña y las llanuras limítrofes para localizar los diferentes elementos arqueológicos y etnográficos existentes en la montaña y en las cotas inferiores, sobre todo en aquellas zonas situadas fuera del espacio ya delimitado como BIC.

También se llevará a cabo la topografía de las zonas y elementos identificados, la fotografía aérea de los yacimientos con dron para complementar la topografía y fotografías generales y de detalle.

Finalmente, aportará igualmente una diagnosis para el conocimiento exhaustivo del grado de conservación y las afecciones reales y potenciales a las que están expuestos los bienes patrimoniales asociados a la venerada montaña.

Incrementar el conocimiento

La Dirección General de Patrimonio Cultural impulsa ambos proyectos con el fin de incrementar el conocimiento sobre las manifestaciones rupestres en la isla de Fuerteventura, a través del estudio del sitio; documentar digitalmente todos los grabados podomorfos existentes en Tindaya como una estrategia para favorecer su conservación a largo plazo; catalogar todos los podomorfos y fijar una primera caracterización tipológica; avanzar en la correlación entre los de Tindaya y otros podomorfos localizados en otras partes del planeta; y contribuir en la concienciación de la importancia de proteger el registro rupestre, visibilizando un patrimonio excepcional.

La fotogrametría constituye una técnica de registro de grabados rupestres que permite realizar su documentación sin necesidad de mantener ningún tipo de contacto físico con ellos, lo que sin duda garantiza su mejor conservación a largo plazo.

“El uso de esta técnica no invasiva no solo resulta respetuoso con el bien documentado sino que además ofrece unos resultados mucho más objetivos, a la par que ahorra tiempo de trabajo en comparación con otros sistemas no invasivos de carácter sistemático”, explica Patrimonio.

En paralelo, el estudio integral valorará en su conjunto y de manera individual todos los yacimientos y elementos arqueológicos presentes en la montaña, incluida su base y entorno adyacente, acompañado de un buen corpus de planos y dibujos arqueológicos que permitan concluir la pertinencia o no de modificar la actual delimitación del BIC de la montaña de Tindaya, o bien contemplar un nuevo expediente BIC.

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