Más de trescientas personas acompañan al pregonero de las Fiestas Patronales en honor a Nuestra Señora de La Antigua, Pepe Melián, en la lectura de su pregón.

El alcalde, Matías Peña García, dio la bienvenida al pregonero, los asistentes y a las fiestas, mientras que Pepe Melián manifestó su felicidad al verse tan bien acompañado en una plaza completa, en la que no faltó ni Nuestra Señora de La Antigua que presidió el pregón, acomodada en la puerta de la Iglesia.

Tras el Pregón, los abrazos y felicitaciones a Pepe Melián, acompañado en todo momento por su hija Anabel y su compañera de vida, Concha López, el baile con las parrandas La Serená y Pá Ingenio y el brindis popular en la plaza, sin faltar el caldero de garbanzos, la carne cabra, o la paella para quien tuviera algo de hambre o quisiera repetir.

No faltaron tampoco los agradecimientos a la Comisión de Fiestas, atentos a cada detalle, al locutor José Francisco Montesdeoca y, por supuesto, a la implicación de la empresa Maraudio Canarias que garantizó un acto con todo el glamour que requería.

A continución se transcriben retazos de un pregón, de una historia personal y artística que es biografía de un pueblo:

“(…) mi historia y biografía, no por ser presumido ni querer ser ostentoso, sino por dejarles el retazo de una historia personal que como saben, es también, humildemente, la historia de cada uno, la historia de todos, de nuestra cuna de nacimiento, de las casas de familia levantadas a piedra y barro, muchas hoy paisajes en ruinas, de los senderos hechos al paso de quienes fueron nuestros abuelos y hoy son nuestros pasos los que siguen marcando el camino.

Nací un 28 de noviembre de 1943 en Pozo Verde, La Antigua, en la misma casa longeva con más de 150 años en la que sigo viviendo, hijo de José Melián Sarabia y Candelaria Martín Montesdeoca, menor de dos hermanas, Maria del Carmen y Dolores, padre de Anabel, licenciada en Bellas Artes y Master de Museología, viudo de Carlota Soto, hoy jubilado y compañero de vida de Concha López. (…)”.

“(…) Entre estos recuerdos señalados, entre tantos viajes, premios y galardones, debo decirles, en susurros o voz en alto para los que no me oigan, que es en Antigua donde me quedo, que son ustedes, mi pueblo, mi mejor premio, y que el mayor galardón ha sido la vida vivida, tan intensa de luces y sombras que no se puede relatar al completo, y que de nuevo me sitúa aquí frente a ustedes para desearles como amigo, vecino y su más fiel servidor, que disfruten estas fiestas, nuestras fiestas en Honor a Nuestra Señora de La Antigua”.