La historia poética de Thimbo Samb emociona al público majorero
El actor llegó en patera a las Islas y se ha forjado una carrera en la interpretación
“Esta es mi historia, pero también es la historia de cada uno de ustedes”. Con un mensaje impactante e hiriente, el actor Thimbo Samb describe lo que supone dejar todo atrás. Samb narra en este monólogo su experiencia vinculada al éxodo de un viaje migratorio. En medio de los avatares del viaje aparecen referencias a la literatura española y reflexiones filosóficas vinculadas a la existencia de cualquier ser humano.
El sueño es vida revierte la propuesta de Calderón de la Barca al convertir los sueños en la oportunidad de salir de una vida que es peor que una prisión. Una lectura poética y muy personal sobre la humanidad, un ensayo sobre el deseo y el poder de los sueños. Una obra escrita y dirigida por Moisés Mato, de la compañía Teatro Sin Papeles.
El artista participó con la mencionada obra, que interpretó en dos sesiones en el Auditorio del centro cultural de La Oliva, en la última edición del Mogollón Intercultural que organiza la Asociación Raíz del Pueblo, con la colaboración de Cultura del Cabildo Insular.
El Mogollón Intercultural de La Oliva presentó el monólogo ‘El sueño es vida’
Cuando Thimbo conoció a Moisés Mato le explicó que llevaba cinco años queriendo hacer una obra para contar su historia, sobre la migración. “Me dijo que eso ya se había contado”. Mato le propuso representar un diálogo entre los dos. Samb comenzó a narrarle su periplo. Su infancia, el trabajo de pescador, la salida de su pueblo, Kayer, en Senegal y su llegada a Tenerife a bordo de una embarcación después de haberlo intentado cuatro veces, con solo 17 años, en el año 2006.
Siguió con su traslado a Madrid, su estancia en un Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE), la llegada a Valencia, el tiempo que vivió en la calle, su experiencia como vendedor ambulante durante nueve años, las múltiples detenciones, los esfuerzos por sobrevivir y los sueños de ser actor.
Hasta que un día le envió el texto de Calderón de la Barca donde decía “toda la vida es sueño y los sueños, sueños son”. “Yo le dije: espera Moisés, esto yo no lo entiendo, porque nunca había escuchado esos versos”, recuerda. “Y él me respondió: vamos a hacer algo diferente, un diálogo, a través de versos, entre un africano y un occidental, porque es así como el público lo va a percibir. Es algo a lo que no estamos acostumbrados. Es algo para decir que tu historia y mi historia no son tan diferentes”, añade.
La obra aborda la temática de la inmigración y la búsqueda de nuevas oportunidades
La propuesta del texto obliga a entender este monólogo en relación con los grandes dramas de la literatura más universal. Empezaron a darle vueltas a ese enfoque, y la obra comienza así: “Yo nací en un lugar de África de cuyo nombre no quiero acordarme. Era un joven delgado, alegre...”. “¿Quién dice que el Quijote no puede ser negro? Si es mi historia y tu propia historia”, recalca.
Después de mucho esfuerzo, la obra sigue en escena, y ha llegado a muchos teatros de España. Se trata de un monólogo que dura 45 minutos, en el que el actor narra sus vivencias y desnuda su alma delante del público.
“Durante la obra canto una canción que me cantaba mi madre y me trae muy buenos recuerdos de mi infancia feliz en Senegal, también bebo mucha agua como metáfora de ese viaje en patera, rodeado de un mar infinito. Yo cantaba en la barca para llegar a tierra con vida, la muerte pasó de largo en ese viaje agitado y que da tanto miedo”, explica.
“Al principio, como tantos, sueñas con ganar dinero para llevar a África”
Las migraciones son una temática de plena actualidad. “Cuando veo la gran cantidad de personas que llegan cada día, que ponen en peligro su vida o cuando desparecen 48 personas al naufragar una patera en El Hierro me siento triste, pero pienso que esta obra tiene que seguir, tiene que contarse y llegar a más público, para que nos entiendan”, explica el actor senegalés.
Cuando vino a España con 17 años, Thimbo ya era artista, su madre era actriz y su abuela cantante. “Yo decía que quería ser actor y todo el mundo me respondía que eso era imposible, pero lo conseguí”, destaca. No le resultó fácil contar su historia y ponerla en escena. Son muy pocos los que lo han hecho. “Algunos han escrito libros sobre el tema, pero son muy pocos. Muchas veces las experiencias vividas son muy deshumanizadoras y sacar todo lo vivido es muy difícil”, subraya. “Fue duro y me daba mucha vergüenza, hasta que fui a un psicólogo”, admite.
Sus comienzos en Europa fueron duros, se sintió sólo, perdido, no hablaba con nadie. Un día, una trabajadora social de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) le dijo que en la organización había un grupo de teatro. En ese momento no sabía ni decir “buenos días”, pero se trataba de Teatro del Oprimido y no hacía falta hablar.
“Me volví a sentir feliz. Volví a ser el pequeño Thimbo que soñaba con ser actor”, recuerda. Ahí había descubierto que el sueño europeo que tenía en Senegal era falso. “En mi país comía cinco veces al día, era feliz, aquí encontré pobreza, soledad, miedo, tristeza y racismo, pero mi fuerza interior decía que debía seguir luchando para salir de ese vacío”, confiesa.
“En Canarias hay sensibilidad con el fenómeno migratorio, es un pueblo hermano”
“Al principio, como otros africanos, sueñas con ganar dinero en Europa para llevar a África, sin pensar en mí. Pero eso no es posible y decidí que quería vivir, ser feliz y dedicarme a lo que me gustaba, que era la interpretación”, explica Thimbo, que se ha convertido en un actor, youtuber y activista muy conocido.
“Es la primera vez que vengo a Fuerteventura, pero prometo volver porque he encontrado una familia, gente maravillosa que me ha acogido con mucho respeto, admiración y cariño”, expresa.
“En la sesión con los estudiantes he visto a muchos jóvenes emocionados, lloraban con mi historia, me preguntaban muchas cosas y el coloquio ha sido muy enriquecedor”, relata el actor. En la segunda sesión, el actor llegó al corazón del público majorero, que se rindió y se puso en pie para agradecer su magnífica interpretación.
“En Canarias hay una gran sensibilidad con el fenómeno migratorio, hasta aquí llegan muchas personas, les reciben y atienden con mucho trabajo y es algo que hay que agradecer. Es un pueblo hermano porque los canarios también emigraron y saben mucho de este tema”, apunta el actor. “Yo llegué a Tenerife y eso no se olvida”, añade.
Trayectoria profesional
Entre sus éxitos, Thimbo Samb ganó con el cortometraje Barcelone ba Barsakh el Premio al Mejor Actor en el Festival Internacional de Cine Social de Castilla-La Mancha. También trabajó en el cortometraje Un lugar mejor, que ha ganado más de 50 premios.
Después llegaron Makun, que fue preseleccionado para los Goya, y las series Perdida y El silencio del pantano, que están en Netflix. Forma parte del elenco de la serie Antidisturbios en Movistar y el largometraje Black Beach, de Esteban Crespo.
“Tengo muchos proyectos para el futuro y sigo soñando con volver a África muy pronto”, concluye. Además, es afroactivista en las redes sociales y en la recién creada Comunidad Negra de Africanos y Afrodescendientes en España.
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