Iniciativa para proteger la misteriosa Villa Winter como Bien de Interés Cultural
El Parlamento analizará una propuesta de Podemos para la protección de la que fuera casa del alemán Gustavo Winter, sobre la que se extendieron “leyendas” sobre vínculos con los nazis
El grupo parlamentario Podemos, a instancias de la diputada Noemí Santana, ha presentado una proposición no de ley en la que insta al Gobierno de Canarias a pedir al Cabildo de Fuerteventura que incoe el expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) de la Casa Winter en Cofete.
La Casa o Villa Winter es una construcción del siglo XX de Gustav Winter Klingele, “ligada a numerosas leyendas y cuyo valor histórico y cultural resulta incuestionable”.
Son varias las referencias literarias en las que aparece como protagonista y para Podemos Fuerteventura y Podemos se trata de “un edificio cuya preservación debe garantizarse, especialmente teniendo en cuenta la singularidad de su arquitectura”.
Podemos considera necesaria la protección de este edificio contra el deterioro causado por el paso del tiempo y la “inacción” de las instituciones. Por ello, reclama la catalogación del inmueble como Bien de Interés Cultural.
“La Villa se merece una conservación y una restauración fiel que mantenga viva su historia y leyenda, mostrándola en un museo de dominio público”, argumenta Rodrigo Berdullas, portavoz de Podemos en el municipio Pájara.
“No queremos que se convierta en un hotel de súper lujo que impida su conocimiento y visita a todas las personas”, añade el portavoz de la agrupación morada. La propiedad pertenece en la actualidad a la empresa Lopesan.
Así, Podemos considera “fundamental” llevar esta propuesta al pleno del Parlamento para “garantizar su protección frente a las posibles presiones especulativas, como ya se ha hecho con la Pared de Jandía, estrechamente vinculada a la Villa Winter”.
Junto al interés arqueológico de la Pared de Jandía, “el conjunto formado por la propia Pared y la Casa Winter se inserta en un espacio de gran significación histórica para los majoreros, lo que lleva a reforzar más aún su notorio valor cultural”, destaca Podemos.
En el caso de que el Cabildo de Fuerteventura no se haga cargo de esta catalogación, en la proposición se insta al propio Gobierno de Canarias a atender este requerimiento, explica la formación morada.
Misterio alentado por la literatura
En la actualidad, la Casa Winter está ocupada por Pedro Fumero, cuya familia trabajó en la finca desde hace décadas. Asegura que en la mansión siempre han existido elementos curiosos como signos de metralla o balas en la fachada exterior, una vieja vagoneta Krupp, emisoras, probetas y restos de torpedos.
El escritor Alberto Vázquez Figueroa dijo: “A nadie se le ocurre hacer un caserón como aquel en un lugar tan perdido. Si ahora para llegar te juegas la vida, en los años 40 debía ser mucho más peligroso. Algo muy importante tenían que esconder para construir ese monstruo en un sitio absolutamente inaccesible”.
Figueroa publicó en 1999 la novela ‘Fuerteventura’, un relato sobre el espionaje alemán con submarinos nazis que recalaban en la Casa Winter de Cofete, lo que ha alentado las teorías sobre la finalidad del apartado inmueble.
Winter nació en 1893 en la Selva Negra. En 1913 viaja a la Argentina y, a su vuelta en 1914, ya empezada la Primera Guerra Mundial, los ingleses abordan en el Canal de la Mancha el barco en que viajaba, lo detienen y lo recluyen en un barco-prisión anclado en Portsmouth. Es la primera vez que los servicios secretos ingleses lo consideran sospechoso de espionaje.
En febrero de 1915 se evade, alcanzando a nado el buque neerlandés Hollandia, y huye a España, donde residirá desde entonces. Trabaja en Vigo y Tarragona, completa sus estudios de ingeniería en Madrid en 1921 y pone en marcha varios proyectos de centrales termoeléctricas en Murcia, Tomelloso, Valencia, Zaragoza y la capital. Luego se traslada a Las Palmas, donde entre 1924 y 1928 levanta la Compañía Insular Canaria Colonial de Electricidad y Riego y su central eléctrica Alfonso XIII.
El polifacético y un tanto misterioso ingeniero alemán hizo diversos viajes de estudios por Europa y visitó por primera vez Fuerteventura en los años 30. La Dehesa de Jandía comprende 18.000 hectáreas de terreno que constituían la mayor propiedad rústica de Canarias en la época. Winter quiso adquirir la península, aunque al principio no pudo sino alquilársela en Burgos a sus propietarios, los herederos del marqués de Lanzarote y conde de Santa Coloma, en julio de 1937, por estar vigente un decreto de Gil-Robles que prohibía la venta de terrenos a extranjeros. En abril de 1941 la empresa Dehesa de Jandía SA compra la península y nombra administrador único al alemán.
Después del final de la guerra mundial, el matrimonio Winter-Althaus regresó a Fuerteventura (en 1947), cultivó en Casas de Jorós tomates y alfalfa que exportaba por el puerto de Gran Tarajal, en Tuineje, a unos cincuenta kilómetros al norte; y explotó el ganado caprino en el valle de Cofete con más de cincuenta medianeros, lo que le permitió comercializar queso y lana de gran calidad en el mercado central de Las Palmas, donde mantenía un puesto de venta con la marca comercial de la sociedad que administraba. A principios de los años 50, Winter llegó a ser propietario de una cabaña de siete mil cabezas, entre cabras y ovejas. Cuentan que en 1952 se elaboraban en Jandía 32.000 kilos de queso.
En el libro 'Orígenes de la propiedad en la península de Jandía', Juan Pedro Martín Luzardo explica que el alemán ejerció un dominio absoluto sobre los habitantes de la península, a través de un reglamento que les imponía un régimen casi feudal. La familia Winter asegura que la Villa fue construida en 1946, presenta dos plantas y una torre en la parte noreste y un balcón en el frente, y rechazan las historias que se cuentan de espionaje. Un palacete, casi un castillo en el más alejado confín de la Península, Cofete.
Comentarios
1 Anónimo Mar, 16/10/2018 - 11:44
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