En agosto hubo 101 establecimientos alojativos abiertos en la isla de Fuerteventura, con casi 51.000 plazas disponibles, es decir, ocho de cada diez. Algunos hoteles aún no han decidido abrir por la incertidumbre y otros porque todavía no han terminado las reformas que iniciaron. Fuerteventura es la isla que mayor número de plazas tiene abiertas respecto a su capacidad habitual, por delante de Lanzarote, que tiene un 77 por ciento, Tenerife un 72 y Gran Canaria, con sólo un 60,2 por ciento.

En lo que va de año, hasta agosto, el último mes del que hay datos completos, han llegado a la Maxorata 236.000 turistas desde el propio Archipiélago, más de la mitad de ellos desde Gran Canaria, según las cifras de entrada de pasajeros de Aena.

Además, desde la Península han llegado más de 146.000 turistas y otros 360.000 del extranjero, la mitad aproximadamente desde Alemania. Por orden de importancia, han entrado 43.000 turistas italianos, 28.000 franceses, unos 27.000 del Reino Unido (la mayor parte en el mes de agosto, lo que sugiere una recuperación), otros 32.000 de Polonia y 13.700 de Suiza.

“Parece que se cumple una regla y es que en tiempos de crisis somos la primera Isla en sufrir las consecuencias pero también la primera en recuperarnos”, dice Luis Cardona, presidente de la patronal turística Excelfuer.

Todos los indicadores apuntan a que esa regla no escrita se está cumpliendo. En la carrera de la recuperación del sector y de la economía del Archipiélago, Fuerteventura saca algo de ventaja al resto de islas. En agosto, la ocupación fue del 57,6 por ciento, pero, si se cierra el foco sobre los establecimientos abiertos, aparece un 72 por ciento, mientras que en agosto del año pasado había sido del 47,8 por ciento.

Luis Cardona: “En crisis somos los primeros en sufrir, pero también en recuperarnos”

El porcentaje ha ido creciendo a medida que avanzaba el verano: del 32 por ciento en junio al 54 por ciento en julio y el 72 por ciento en agosto. En Lanzarote, esa ocupación arrancó con un 20 por ciento, llegó hasta el 39 en julio y alcanzó el 60,2 por ciento en agosto. A Fuerteventura llegaron en el principal mes del verano más de 154.000 turistas, una cifra que aún está lejos, pero no tanto, de los casi 192.000 que llegaron en agosto de 2019, antes de la pandemia.

Lo que sí ha cambiado es la composición, el mapa de los países desde los que despegan los turistas. Mario de la Cruz, gerente de otra patronal, Asofuer, señala que ha sido un verano “atípico” en este sentido porque se ha basado en el turismo nacional e incluso en el turismo canario, pero también en el auge de mercados como el italiano o el francés e incluso el alemán.

Es el turismo británico el que no acaba de reactivarse, y eso afecta principalmente a la localidad de Caleta de Fuste, que tiene una gran dependencia histórica de este mercado, y en menor medida a Corralejo.

Sin embargo, el sur de la Isla no se ha visto tan afectado por el descenso del turismo británico. Por zonas, Caleta de Fuste tiene una ocupación cercana al 60 por ciento y el resto de localidades turísticas, alrededor del 80 por ciento. En agosto llegaron a la Isla casi 99.000 turistas extranjeros, mientras que hubo 26.400 turistas nacionales y cerca de 29.000 canarios, tanto de otras islas como incluso de la propia Fuerteventura, algo que confirma Cardona, que señala que “incluso ha habido movimiento interior desde Corralejo hacia el sur”.

“En general, la gente ha decidido no salir de su país” o al menos no irse demasiado lejos, “y creo que eso ha sido un éxito”, apunta. En este sentido, el presidente de Excelfuer se pregunta si para un futuro cercano se está trabajando “ese potencial tan enorme del mercado español, italiano o francés”. “Esa puede ser un lectura porque los mercados están ahí”, dice.

Mejor de lo esperado

De la misma forma, otros mercados que han funcionado razonablemente bien son los de los países nórdicos y el polaco, que ha aparecido en medio de la pandemia, principalmente en el sur de la Isla. Tomás de Vera, director del hotel Fuerteventura Princess, dice que el verano se ha cerrado mejor de lo esperado. La cadena abrió sus dos hoteles en Jandía en junio, uno el día 4 y otro el 22, y la ocupación ha ido creciendo. Apunta que el turismo polaco ha surgido de repente, aunque gracias a un buen trabajo de promoción, y señala que, por contra, el turismo francés, que ha funcionado bien, “se está desinflando un poco”. “Estamos contentos, en cualquier caso, porque nos acercamos mucho a los números de 2019”, resalta.

Mario de la Cruz: “Los brotes son muy verdes, los turistas vienen con ganas de gastar”

Siguiendo en el sur de Fuerteventura, Cardona resalta que en Pájara aún hay un 30 por ciento de hoteles que no han abierto porque la fortaleza de la demanda todavía no es la suficiente. Dice que no existe un problema de conectividad aérea, “porque los aviones se ponnen a volar de un día para otro en cuanto haya demanda”.

En este sentido, De la Cruz afirma que las operaciones aéreas a la Isla solo descendieron en agosto en un 10 por ciento respecto al mismo mes de hace dos años: “Los brotes son muy verdes, los turistas vienen con ganas de disfrutar y de gastar”. Y Cardona insiste en que el turismo nacional “ha salvado la temporada” y le interesa a la Isla por su nivel de gasto.

En el norte están de acuerdo. Marcelino Umpiérrez, concejal de Turismo de La Oliva, dice que es fundamental fidelizar el mercado nacional, que es la asignatura pendiente de la Isla y que por ello están haciendo campañas, tanto en Aragón como en Castilla y León y en todo el norte de la Península, bajo el lema ‘La otra cara del Norte’.

Además, destaca que La Oliva ha sido el destino elegido preferentemente por los nómadas digitales, el turismo canario y el mercado nacional. “El balance que hacemos de este verano es tremendamente positivo, con una de las ocupaciones turísticas más elevadas de Canarias, y de manera progresiva se van incorporando los mercados centroeuropeos como italianos, franceses, polacos, checos, alemanes u holandeses. Esa es la ventaja de ser un destino multimercados”, apunta.

El invierno

El Archipiélago se prepara ya para la temporada de invierno, que es la que debe confirmar si la recuperación es un hecho. Umpiérrez destaca que la ocupación de septiembre ha sido excelente y que hay muy buenas perspectivas para el próximo invierno, donde ya empiezan a aparecer reservas con previsiones a corto y medio plazo. “Eso son señales de normalidad”, señala.

Tomás de Vera: “Estamos contentos, nos acercamos a los números de 2019”

De hecho, varias fuentes consultadas por Diario de Fuerteventura apuntan que las reservas para toda la Isla para el mes de octubre ya alcanzan el 80 por ciento de la planta alojativa. El touroperador Jet2, que mueve el mercado británico, ha planteado una operativa que se va asemejando a la del pasado.

En cualquier caso, ha cambiado el tipo de contratación porque cada vez más se deciden las vacaciones en el último momento o incluso ni siquiera los pasajeros se presentan en el hotel porque las nuevas políticas de cancelación no castigan esta práctica.

De Vera dice que las reservas se están haciendo con unos 15 días de antelación y que se avanza “día a día”, pero insiste en que la ocupación en octubre ya es importante: “Si recuperamos algo de mercado británico y se consolida el alemán puede ser un buen invierno para empezar a salir de esta”, señala el directivo hotelero.

Cardona, por su parte, cree que en esta ocasión, al contrario que en otros momentos de la pandemia, no va a haber parón. La parte más negativa es la importante rebaja en los precios por cama, para capar clientela, que “va a costar mucho tiempo recuperar”. Es más, “trabajar a más de seis meses vista es jugar a ser Rappel”, ironiza.