DESTACAMOS

El juego de la lata, un deporte autóctono

La asociación cultural Maho trabaja en la conservación y visibilidad de la práctica de esta expresión tradicional rescatada gracias a los maestros Simeón y Domingo Alberto

María José Lahora 1 COMENTARIOS 25/07/2024 - 08:00

La tradición del juego del palo o de la lata, como se le conoce en Fuerteventura, procede originariamente del norte de África con la llegada de los primeros pobladores de Canarias. Existen reseñas en batallas como la del Acentejo, en Tenerife, o la de Tamasite en la isla majorera del uso del palo como método de defensa contra los ataques foráneos. También servía como medio para resolver conflictos entre lindes.

La familia Alberto fue la responsable de rescatar el autóctono juego de la lata de Fuerteventura, concretamente los hermanos Simeón y Domingo fueron maestros de este deporte tradicional en la Maxorata. Omaira Darias, entrenadora y componente del colectivo Maho, Asociación Cultural del Juego del Palo Canario -fundado en 2019 para la conservación de su práctica y difusión- recuerda que es además “una expresión cultural con mucho arraigo en la tradición pastoral de la Isla”.

Omaira explica que a partir del juego del palo genérico se establecen diferentes modalidades dependiendo de su tamaño. Así se conoce la existencia del “palo camellero” de uso agrario, de menor tamaño y más dúctil cuyas medidas van desde las tres o cuatro cuartas partes tomando como referencia la palma de una mano. Por sus menores dimensiones podía ser empleado con una única mano. Servía para riñas entre familiares o defensas de los terrenos. Es el conocido como el “palo chico”.

Con palos de tamaño comprendido entre la barbilla y la cintura (palo medio o vara), se practica la modalidad que se recuperó en Fuerteventura a través de varias familias, con su forma característica de jugar. Un catálogo creado entre los años 80 y 90 del siglo pasado ha permitido la clasificación de estas modalidades con la denominación de estilos.

Cada isla ha recuperado algunos estilos: Quintero, en El Hierro, por ejemplo. Mientras que el Club Aragavia de La Palma practica el estilo de Hernández Molina, conocido como palmero, también se decantan en la isla bonita por el Garafiano. En Tenerife existen varios estilos: Morales, Déniz -también jugado en Fuerteventura, Gran Canaria y La Palma- junto a la escuela de don Eduardo Oramas Alayón, Verga, Acosta y el estilo de trozo y punta, donde se usan las dos partes del palo; finalmente en Lanzarote se practica el conejero.

En el caso de Fuerteventura, la asociación Maho se decanta por el estilo Déniz. “Es el que hemos aprendido de nuestros maestros Alejandro Rodríguez Buenafuente y don Ángel Gonzalez, del colectivo universitario de la Universidad de La Laguna, donde nosotros comenzamos nuestra andadura en el juego del palo”, explica Omaira.

En el estilo Déniz se coge el palo siempre con la mano derecha aunque el jugador sea zurdo. Se agarra por la punta, cerca del extremo, con las dos manos muy juntas, la derecha siempre por encima de la izquierda, según explica el estudio Juegos y deportes tradicionales canarios: juego del palo canario y salto del pastor, de Daura Hernández García para el Museo del Juego.

El palo tiene dos extremos, el más delgado se llama punta y el más grueso trozo. En el estilo Déniz se coge el palo por la punta. En otros estilos como el Verga por el trozo. La punta es una de las técnicas punzantes y se puede hacer a la barriga, a la garganta o a los ojos, exponen en el estudio del Museo del Juego.

En Gran Canaria es habitual que los palos sean de mayor tamaño, más similares a la lata majorera. De hecho se le conoce como “lata o garrote” y en Fuerteventura ha predominado el apelativo de “lata”. “La diferencia básicamente consiste en que en la lata nunca se cambian o sueltan las manos, se juega con las manos enfrentadas que se deslizan para su manejo. Sus medidas son de una palma o cuarta por arriba de la cabeza de cada jugador. Carece de regatón, al contrario que en el palo o lanza del salto del pastor”, explica Omaira.

Tras el fin de los estudios universitarios, los aficionados majoreros se dan cuenta del interés que ha despertado el juego del palo entre otras personas de Fuerteventura y deciden fundar Maho, Asociación Cultural del Juego del Palo Canario. En este colectivo, además del estilo Déniz se introduce el juego de la lata, rescatado de los hermanos Alberto (Simeón y Domingo) de Antigua. En la asociación ha sido y es maestro de lata, Gerardo Mesa. “Ha hecho de intermediario entre ambas generaciones de jugadores”, señala Omaira.

Protección

Desde la asociación Maho apuestan por la protección de las manifestaciones culturales propias de la Isla, como el juego de la lata. “Hay que darle visibilidad y precisa de una urgente protección, al igual que ya se hizo con las apañadas (recientemente declaradas de bien interés cultural). Es una manifestación ancestral y única en Fuerteventura y es importante mantenerla. Puede que aún existan mayores que lo practiquen. Hay que evitar que el juego desaparezca con ellos”, destaca Omaira. Pone el ejemplo del rescate del juego de la lata gracias a los hermanos Alberto, lo que significa que aún puede haber otras familias que lo practiquen.

Se trata de un juego “bastante noble”, algo que comparten con la lucha canaria. “Siempre hay que ofrecer la mano al compañero de juego y nunca se da con la lata. Marcamos los palos si hace falta y entre nosotros sabemos cuando ha entrado el palo de uno o de otro. No existe competición como tal del juego del palo en Canarias. La hubo en Tenerife. Actualmente, se mantiene como una actividad lúdica y deportiva arraigada a parte patrimonial y cultural”, explica la entrenadora y una de las fundadoras de la asociación Maho para la conservación y divulgación de esta práctica.

Homenaje a la familia Alberto en Antigua. Foto: Cedida.

Asociación Maho

Omaira es una de las fundadoras de la asociación cultural Maho en Fuerteventura, creada en el año 2019. Si bien, desde 2017 ya estaban transmitiendo entre el colectivo de amigos las inquietudes por la divulgación de la práctica de este juego tradicional y su conservación que luego se ampliaron a encuentros canarios. La asociación cuenta con sede en Puerto del Rosario, donde cuentan con club para el entrenamiento de las reglas del juego de la lata, así como en Antigua. Entre ambos clubes -Puerto del Rosario y Antigua- suman una treintena de practicantes del juego de la lata.

Recientemente, en Antigua ofrecieron una exhibición con motivo del homenaje a los herederos de la familia Alberto, encargada del rescate de la tradición. Fue en el terrero de lucha de Antigua coincidiendo con la celebración de la semifinal entre el Club de Lucha de Antigua y el Saladar de Jandía. Al respecto, Omaira recuerda que: “Antes, el juego del palo estaba muy presente en los encuentros de lucha. Se aprovechaba el previo de la luchada o el intermedio para realizar las exhibiciones”.

“Nos hemos propuesto ir recuperando esta tradición gracias a la colaboración del Club de Lucha de Antigua, ya que entrenamos ambos colectivos en el mismo terrero. Por el momento pudimos realizar este encuentro homenaje. También estaremos presentes en el campus de lucha de Tetir que se celebra este mes y vamos a colaborar con el club con un taller. Es otra forma de darle visibilidad a esta tradición”, dice.

Han realizado también charlas divulgativas en centros escolares y talleres en diferentes localidades de la Isla, gracias a una colaboración con la Consejería insular de Cultura. Además, participan con exhibiciones en romerías y fiestas populares. Trabajan también junto con el Cabildo de Fuerteventura en una escuela de verano para enseñar el manejo del juego de la lata en la zona deportiva de Los Pozos. Actividad que se desarrolla los miércoles de julio y agosto.

Repoblación de acebuches para palos autóctonos

Maho tiene una buena comunicación con la asociación de vecinos de Guisguey Los Pajeros. Entre ambos colectivos están llevando a cabo una repoblación de acebuches, en colaboración con el Gobierno de Canarias, en una finca de la localidad. “Los acebuches son los árboles con los que se elabora la vara o lata”. Se trata de una acción con la que desean contribuir a la reducción de la huella de carbono. Confían en que en un tiempo puedan confeccionar sus palos con acebuches plantados con semilla endémica de Fuerteventura. Por el momento, aún deben recurrir a viajar a Tenerife para disponer de varas, aunque la confección final se realiza en la Maxorata. También fue en Guisguey donde realizaron una “quedada” para enseñar a la elaboración de las latas después de disponer de la pertinente autorización de la Asociación Universitaria de Palo Canario de Tenerife, que les provee de los palos para su ejecución.

Comentarios

Pronto cambiaremos al juego del machete

Añadir nuevo comentario