“Buenas. Tenemos 151 emigrantes acogidos. No recibimos ni un duro para atenderles y no podemos más con esto”. Un mensaje del pastor Ángel Hernández alertaba este lunes de la situación en la que se encuentran personas que han llegado en pateras a Fuerteventura en los últimos meses.

Durante el estado de alarma por la pandemia de coronavirus, el goteo de embarcaciones con rumbo a la Isla ha continuado. El confinamiento y la limitación de los viajes entre Islas y a la península también ha frenado la salida de migrantes de Fuerteventura.

La obligatoriedad de que los extranjeros que entran en España tengan que cumplir una cuarentena ha añadido complejidad al protocolo y se ha llegado a alojar a migrantes en terreros de lucha de forma temporal.

La entidad que presta asistencia humanitaria es Cruz Roja, que atiende a los migrantes en un primer momento a pie de muelle y también gestiona los lugares donde se alojan con posterioridad, pero tanto el albergue de Tefía, que se habilitó el año pasado como recurso excepcional, como pisos que tutela la ONG, se han quedado pequeños.

El coordinador de Misión Cristiana Moderna apelaba a la “solidaridad” de sus contactos por si podían donar productos de higiene personal, como gel de ducha, champú, desodorante o pasta de dientes, y de limpieza, como detergente para lavar la ropa a mano. “Se lo agradecería”, escribía este lunes por la mañana.

El pastor Ángel señala que han pedido una subvención a la Delegación del Gobierno para cubrir el coste de los alimentos y también ha mostrado interés por convertirse en un centro de acogida. Esto le daría una cobertura para la derivación de migrantes.

Los 151 migrantes que se encuentran en instalaciones gestionadas por Misión Cristiana “no es que nos hayan sido derivados, ese no es el término adecuado, sino que los acogemos para que no se queden tirados en la calle”, explica.

La diferencia es sustancial: si fuesen derivados, el Gobierno central aportaría económicamente para afrontar los gastos, algo que no sucede en la actualidad. “Si no los acogemos no tendrían a dónde ir y eso es algo que nadie quiere”, apostilla.

“Si no los acogemos no tendrían a dónde ir y eso es algo que nadie quiere”, señala el pastor Ángel

El pastor asegura que el Cabildo “intenta ayudar” pero carece de competencias en materia de inmigración, una responsabilidad estatal. Los menores extranjeros no acompañados sí que son responsabilidad de la comunidad autónoma, que se la ha delegado a los cabildos. Antes, las mujeres que llegaban se quedaban con Cruz Roja, pero Misión Cristiana también las ha acogido en las últimas semanas.

El Cabildo majorero ha subvencionado a Misión Cristiana con 162.000 euros durante dos años. Según el desglose facilitado por su coordinador, ahí se incluye el salario de una trabajadora social, así como el alquiler de la casa de acogida (9.600 euros) o el mantenimiento de la denominada Guaguaseo (16.359 euros).

La organización también ha recibido alimentos para hacer frente a la demanda social por la crisis económica de la covid-19, valorados en 43.000 euros. En cualquier caso, señala Hernández, en esas ayudas públicas de la Corporación insular no se incluye el coste derivado de la atención a los migrantes.