El campo majorero se silencia
La sequía, las causas antrópicas y las fotovoltaicas están produciendo la extinción silenciosa de especies residentes como el gorrión moruno o la tarabilla canaria
Cuando el ornitólogo José Antonio Sarrión, conocido por Sarry, comenzó una campaña de anillamiento en Fuerteventura, a principios de 2020, solía capturar unos diez o doce gorriones al día. Cinco años después, hay jornadas en las que ve dos, uno o, incluso, ninguno. El número de ejemplares de la especie se ha reducido considerablemente. También se escucha, cada vez menos, el sonido de otras aves residentes en la Isla como los camachuelos trompeteros, las tarabillas y los trigueros. Poco a poco, el campo majorero se está silenciando.
El estrés hídrico, la presión humana sobre el territorio y la proliferación de instalaciones fotovoltaicas están produciendo la extinción silenciosa de una serie de aves paseriformes residentes en Fuerteventura.
Sarry comenzó el 14 de marzo de 2020, el mismo día que España entró en estado de alarma por la pandemia del Covid, con una campaña de anillamiento en la Isla. La primera ave que anilló fue una tarabilla canaria, una especie de apenas 12 gramos, que se alimenta de invertebrados y es endémica de Canarias. Únicamente vive en Fuerteventura.
Hace unas semanas se conocían los resultados de un estudio liderado por la Universidad de Oviedo en el que se revela que el cambio climático está provocando el colapso de la población de tarabillas.
El estudio estimó el tamaño de su población en 2024 y lo comparó con los datos obtenidos hace casi 20 años, unos resultados que, según el profesor de Ecología de la Universidad, Juan Carlos Illera, “han sido desalentadores y muy preocupantes, ya que se ha detectado la disminución de entre un 63 y un 70 por ciento de sus ejemplares, de acuerdo con dos métodos analíticos utilizados”.
Sarry es anillador experto de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y socio del Grupo Ornitológico Alcaidón de Canarias, una asociación creada recientemente en el Archipiélago. Poco después de instalarse en Fuerteventura, comenzó una campaña de anillamiento científico.
Realiza la tarea en las conocidas en el argot de la ornitología como Estaciones de Esfuerzo Constante, en los barrancos de Río Cabras, en Puerto del Rosario, y Madre del Agua, en Betancuria. Cada 15 días o una vez al mes, instala unas redes y durante unas cinco horas espera a que se acerque algún pájaro para anillar y extraer datos que den pie a estadísticas y a estudios futuros. Hasta la fecha, ha anillado 1.602 individuos de 71 especies diferentes.
Sarry explica que cuando se captura un ejemplar no solo se le pone la anilla, sino también “se le toman una serie de medidas biométricas, análisis de sangre y de pluma. Todo esto nos permite obtener una serie de datos sobre la población; el estado de salud del individuo y, por ende, de la población”.
Además, la recogida de datos permitirá conocer, de primera mano, el estado y el número de individuos de una especie en una zona concreta y, a largo plazo, saber cuáles son las tasas de supervivencia de esos individuos. También aporta pautas sobre los patrones migratorios de muchas aves.
“De cuando empecé a anillar hasta ahora, he visto cómo el número de especies residentes en la Isla ha variado significativamente. Antes, era más fácil anillar un gorrión moruno o un pispo. En estos momentos, la tasa de anillamiento durante una jornada es muy pequeña, incluso a veces el dato es cero”, asegura el ornitólogo después de cinco años recorriendo el campo majorero.
“Cuando hablas con ornitólogos y expertos en aves, que han estado trabajando en Fuerteventura, te comentan que antes era muy común encontrarse pájaros. Ahora, puedes estar horas en el campo sin observar alguno”, sostiene.
La percepción de Sarry es que el ecosistema majorero “ha colapsado”
La percepción de Sarry es que el ecosistema majorero “ha colapsado” y recuerda que la Isla vive una sequía extrema desde 2010. “Son ya muchos años sin lluvia. Estamos viendo que la tasa de supervivencia de algunas plantas ha llegado a su ciclo vital. Ahora, vemos aulagas y espinos con las matas totalmente secas. Aunque llueva, esa mata no va a reverdecer ni a tener ningún brote verde”, indica.
La falta de lluvias que azota Fuerteventura está haciendo que la Isla se convierta en un secarral. Las escasas precipitaciones han condenado a las presas y humedales a la sequía y al campo a convertirse en un erial. “El estrés hídrico está haciendo que no haya especies vegetales de las que alimentarse los insectos que, a su vez, son la dieta de los pájaros. Al final, es la pescadilla que se muerde la cola”, explica. Y añade: “Cuando no pueden alimentarse bien, están sujetos a un estrés que también hace que merme su salud”.
Si la naturaleza no lo está poniendo fácil, tampoco lo está haciendo el que transita por Fuerteventura. Detrás de la merma de aves residentes también están las causas antrópicas. La apertura de caminos de tierra por medio del campo; el paso de motos y quads y la molestia de los excursionistas, a veces en compañía de perros, también generan estrés en estas aves, sobre todo si se encuentran en fase de reproducción. La pérdida de la agricultura tradicional, con gavias en las que apenas ya se planta, tampoco ayuda.
El escribano triguero era una especie granívora muy común en Fuerteventura hasta hace algún tiempo. Sarry asegura que ahora hay “muchas zonas” en las que no se ven y cuando se observan su presencia es muy reducida. “Antes también era muy común observar bandas de terreras común en el campo, eso ya no ocurre”, lamenta. “No solo es la percepción de los números, sino también el silencio. Cuando sales al campo, hay veces que no escuchas nada”, lamenta.
Cabras y gatos
Al no haber comida en el campo, las aves se van en busca de alimento a las cabañas ganaderas. “Las ganaderías están ayudando a que sobrevivan estas especies de aves, pero también provoca que haya una transmisión de enfermedades como la viruela aviar o Avipoxvirus”, indica.
La cabra de costa también tiene su parte de responsabilidad. “El ganado de costa está dando la puntilla a esas últimas matas que sobreviven al estrés hídrico”, explica el ornitólogo.
El aumento de gatos silvestres no ayuda a la supervivencia de las aves
En el puñado de enemigos también está el gato asilvestrado. El aumento de colonias de gatos silvestres por toda la Isla no ayuda a la supervivencia de las aves residentes en Fuerteventura.
Por otro lado, grupos ecologistas y el equipo de expertos de Doñana, que trabaja en la campaña de recuperación del guirre, llevan años alertando del peligro de los molinos eólicos para el guirre, el halcón tagarote o el busardo ratonero. Muchas de ellas recogidas en los catálogos de especies amenazadas.
En el caso de las especies paseriformes como la tarabilla canaria, el gorrión moruno o el camachuelo trompetero también han encontrado en las renovables a un enemigo. En este caso, se trata de las fotovoltaicas. “Es un tema para tener en cuenta porque se están eliminando zonas óptimas para la supervivencia de especies debido a la instalación de plantas fotovoltaicas”, denuncia.
Rarezas
Durante las jornadas de anillamiento, de vez en cuando, suena la flauta y caen en las redes pájaros que muy difícilmente se ven por la Isla. En estos años, el ornitólogo ha visto desde un carricerín común con anilla del Museo de París hasta una curruca capirotada con anilla de Holanda. El último día de anillamiento de 2024 cayó en las redes un mosquitero común marcado por el Museo de Londres.
También ha capturado algunas curiosidades, muy poco comunes en la Isla, como el mosquitero ibérico o el jilguero lugano, ambas son especies invernantes. Además, explica, “en noviembre de 2023 tuvimos la suerte de anillar en el Barranco de Madre del Agua a una reinita estriada, un divagante neártico procedente del continente. Es la primera observación de esta especie en España”.
“Son especies divagantes que se pierden en su ruta migratoria debido a la confluencia de los vientos. La época de ciclones o huracanes en el Atlántico coincide con la de migración de todos los paseriformes americanos. Muchas especies se pierden y se desorientan y pueden acabar aquí”, explica.
Comentarios
1 Jose Carlos Mar, 18/02/2025 - 12:22
2 Mito Mar, 18/02/2025 - 16:50
3 Mahorera Mar, 18/02/2025 - 21:00
4 Vecino de la Oliva Mié, 19/02/2025 - 07:39
5 Marianne Mié, 19/02/2025 - 11:25
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