“Fuerteventura entró en la era de la modernidad de la mano de Unamuno”
Marcial Morera, director de la Cátedra Cultural Miguel de Unamuno
Fuerteventura se prepara para celebrar el centenario del confinamiento del escritor y filósofo Miguel de Unamuno en la Isla, en 1924. El catedrático de Filología Española de la Universidad de La Laguna, Marcial Morera, es uno de los grandes estudiosos de la estancia del bilbaíno en tierras majoreras. El también director de la Cátedra Cultural Miguel de Unamuno, que organiza cada año el Cabildo majorero, insiste en la importancia que tuvo la Isla en la obra del escritor y apunta cómo, por ejemplo, la aridez del paisaje afectó a “su ya de por sí poesía desnuda”. El filólogo no duda en afirmar que “la Fuerteventura moderna, la idea que se tiene hoy de esta Isla y de su gente, tanto dentro como fuera de su geografía, nace al mundo en el año 1924”.
-¿Cómo marcó a Unamuno su exilio en Fuerteventura?
-Podríamos decir que, más que acallar las demoledoras críticas que don Miguel venía vertiendo, desde hacía tiempo, contra la monarquía de Alfonso XIII y la dictadura primorriveriana, en múltiples artículos de prensa y “sermones laicos”, como le gustaba decir a él, lo que consiguió el general Primo de Rivera desterrando a Unamuno a Fuerteventura fue exacerbarlas todavía más.
-Entonces, el confinamiento no sirvió para callarlo…
-En efecto, durante su confinamiento en Fuerteventura y su destierro en Francia, don Miguel eleva considerablemente el tono crítico de su discurso de denuncia, tanto en su obra literaria, el diario de destierro De Fuerteventura a París, principalmente, como en periódicos de distinto tipo y formato, como España con honra y Hojas libres; en las tertulias que organizó en Fuerteventura y en París como la que se celebraba en la famosa cafetería La Rotonde, en particular, que el dictador llegó a considerar como “comité revolucionario”; en las conferencias que dictó en París y Hendaya y en gestos de protesta diversos como fotografiarse encadenado con Rodrigo Soriano en la isla de su confinamiento.
“Para Unamuno, Fuerteventura y su gente constituyeron una revelación”
-¿Qué influencia tuvo Fuerteventura en la personalidad de Unamuno y en su posterior obra literaria?
-Para Unamuno, Fuerteventura y su gente constituyeron una verdadera revelación. Fuerteventura, porque su paisaje desnudo, desprovisto de hojarasca o vegetación encubridora y del ruido de lo que él consideraba la superficial historia, y su mar le permitieron entrar en contacto directo con la divinidad y los majoreros porque, por su vida esencial, que, “solo da flor y fruto”, sin hojas, le ofrecieron una manifestación concreta del ser humano en estado puro; un verdadero hombre intrahistórico. “Bajo el clima de Fuerteventura prospera la Humanidad; pero una humanidad recatada y resignada, enjuta y sobria; una humanidad muy poco teatral”, escribe el autor en el artículo titulado Este nuestro clima que redactó en la Isla. Con la pérdida de las colonias, pensaba don Miguel que España tenía que abandonar su antigua política imperialista de guerras y conquista, que tan bien simbolizaban el Cid Campeador y don Quijote, que algunos, como los mismos Alfonso XIII y Primo de Rivera, querían recuperar con sus campañas africanas y volver la vista hacia la humildad de la aldea, al pueblo llano. Y la gente de Fuerteventura constituía, según nuestro autor, un paradigma para esta regeneración.
“Se debe difundir su legado majorero tanto dentro como fuera de la Isla”
-Los especialistas unamunianos hablan de un cambio de estilo literario tras su paso por Fuerteventura…
-Influyó Fuerteventura en el estilo literario de don Miguel porque la radicalización del discurso político lo condujo hacia una retórica del insulto, como la han llegado a llamar algunos unamunianos, plagada de palabras gruesas, que no deja títere de la dictadura y de la monarquía con cabeza, como este texto que aparece en De Fuerteventura a París, donde la figura del dictador queda reducida a mera caricatura: “Añoso ya y tonto de capirote/ aburrido de tan largo jolgorio/ una tarde pensó don Juan Tenorio/ divertirse en hacer de don Quijote”.
-Y también influyó el paisaje…
-La aridez del paisaje afectó igualmente a su ya de por sí poesía desnuda, que terminó desprendiéndose de los arreos retóricos que todavía le quedaban. En definitiva, el confinamiento en Fuerteventura, más que un castigo, como pretendía el dictador, fue una liberación para el azote de la España más carca.
“La radicalización del discurso político lo llevó hacia una retórica del insulto”
-¿Cuál era la visión que Unamuno tenía de la Isla?
-La visión que tiene don Miguel de Fuerteventura es la de “un oasis en el desierto de la civilización”, donde el paisaje, la flora, la fauna, el mar y el hombre se encuentran reducidos a lo que es realmente esencial, despojado de todo perifollo. En la tierra, destacan la montaña gastada y el paisaje luminoso. En la flora, las enjutas aulagas y las resistentes tabaibas. En la fauna, la descarnada o esquinuda (el neologismo es de don Miguel) camella. En el mar, la compasión. Y en el hombre, su sobriedad bíblica: se alimenta de “pan en esqueleto”, que es la pella de gofio; construye la morada que habita con la piedra y el barro que da la tierra, en lugar de con el ladrillo y la teja de la civilización; y se atavía de forma sobria. Todo esto se refleja muy claramente en el soneto XVI de De Fuerteventura a París, formalmente perfecto, que constituye la mejor definición que se haya dado nunca de la vieja Maxorata y de sus moradores. Obviamente, se trata de una realidad poética, inventada por el autor.
Miguel de Unamuno, durante su estancia en Fuerteventura. Foto: Jesús Pérez Naranjo/Fondo fotográfico del Cabildo de Fuerteventura.
“La aridez del paisaje afectó igualmente a su ya de por sí poesía desnuda”
-Según va avanzando su estancia en la Isla, ¿cómo va cambiando la visión que Unamuno tiene de Fuerteventura?
-En realidad, la visión que don Miguel tiene de Fuerteventura no cambió sustancialmente a lo largo del tiempo, según pone de manifiesto tanto el diario de destierro como su correspondencia personal. Un día después de haber llegado a la Isla, escribe a doña Concha, su mujer, lo siguiente: “La isla es de una pobreza triste; algo así como unas Hurdes marítimas. Es una desolación. Apenas si hay arbolado y escasea el agua. Se parece a La Mancha. Pero no es tan malo como me lo habían pintado. El paisaje es triste y desolado, pero tiene hermosura. Además, yo no he encontrado todavía paisaje feo”. Y esta impresión de hermosura de la Isla, que tuvo desde el principio, va a persistir en el tiempo. Lo que hará don Miguel a partir de aquí será simplemente desarrollar, tanto en prosa como en verso, las inmensas posibilidades poéticas, religiosas, filosóficas, políticas, sociales e históricas que “la hermosura” del paisaje de esta tierra pobre le ofrecían. Donde sí que se nota un cambio con el pasar de los días de su estancia en la Isla es en su propio estado de ánimo, mucho más pesimista al final del destierro, cuando tuvo que asumir la evidencia de que la dictadura de Primo de Rivera no iba a ser algo pasajero o fugaz, como con tanto optimismo había pensado en un principio, sino que iba para largo.
“Unamuno ve Fuerteventura como un ‘oasis en el desierto de la civilización’”
-Se cumple el centenario de su llegada. ¿Cómo deben recordar los majoreros a Unamuno?
-Pues deben recordarlo celebrándolo por todo lo alto, difundiendo su legado majorero tanto dentro como fuera de la Isla, mediante conferencias, cursos, exposiciones, debates, mesas redondas, publicaciones, etc., porque dicho centenario no es solo importante para nuestro autor, que descubrió en la árida Fuerteventura el “sino de su patria”, le permitió entrar en contacto directo con la divinidad y lo indujo a poetizar de forma parcialmente distinta a como lo había hecho hasta el momento del destierro. Es también importante para Fuerteventura toda porque entró en la era de la modernidad de la mano del español más importante del siglo XX. Hasta tal punto es esto así, que puede decirse que la Fuerteventura moderna, la idea que se tiene hoy de esta Isla y de su gente, tanto dentro como fuera de su geografía, nace al mundo en el año 1924; que 1924 es su año fundacional, aunque la difusión de esta personal interpretación poética unamuniana, que fue en principio solo realidad lingüística, haya ido convirtiéndose en realidad empírica poco a poco, como es natural. Solo con el tiempo, las palabras se hacen cosas, a fuerza de costumbre, verdadera madre de la realidad del hombre, que es la que crea él mismo con la lengua que habla.
Comentarios
1 Jesús Mié, 13/03/2024 - 09:43
2 Tomás Mié, 13/03/2024 - 18:58
3 Santiago Jue, 14/03/2024 - 08:48
4 Anónimo Jue, 14/03/2024 - 13:13
5 m. josé Vie, 15/03/2024 - 15:35
6 m. josé cuesta Vie, 15/03/2024 - 15:37
7 m. josé cuesta Vie, 15/03/2024 - 15:40
8 Un lector de cartas Sáb, 16/03/2024 - 21:14
9 Gregorio Fulgencio. Dom, 17/03/2024 - 08:59
10 Tetir Dom, 17/03/2024 - 23:11
11 Unamuno Lun, 18/03/2024 - 14:39
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