ENTREVISTA

“De cada diez pacientes del búnker, siete vienen por cáncer de mama y próstata”

Juan Ignacio Rodríguez Melcón, oncólogo radioterápico

Eloy Vera 0 COMENTARIOS 21/06/2023 - 07:08

El oncólogo radioterápico especialista en tumores urogenitales del Hospital Universitario Doctor Negrín, de Gran Canaria, Juan Ignacio Rodríguez Melcón, es uno de los facultativos que se desplazan a Fuerteventura para atender a los enfermos de cáncer de próstata que se tratan en la Unidad Satélite de Oncología Radioterápica de la Isla, que este mes de junio cumple su primer año de funcionamiento. Recientemente participó en las jornadas Hablemos de cáncer, que organiza la Asociación Española Contra el Cáncer en Fuerteventura con la conferencia ¿Qué debemos saber del cáncer de próstata? Asegura que el cáncer de próstata es el más frecuente diagnosticado entre los varones. “Uno de cada nueve va a desarrollar un cáncer de próstata”, aunque aclara que la mortalidad en este tipo de cánceres es muy baja. “De cada cien pacientes que mueren por cáncer solo ocho es por próstata”, señala.

-¿Qué impacto tiene el tumor de próstata en la población?

-El tumor de próstata es el más frecuente diagnosticado en varones en el mundo occidental. Uno de cada cuatro pacientes varones que entran en una consulta de oncología es por un cáncer de próstata. En cuanto a la incidencia, uno de cada nueve varones va a desarrollar un cáncer de próstata en algún momento de su vida. Sin embargo, como causa de mortalidad es una causa menor. Hay muchos pacientes con cáncer de próstata, pero es raro morir de ello. Tiene una mortalidad global del tres por ciento.

-En el caso de Fuerteventura, ¿qué impacto tiene el cáncer de próstata?

-Los cánceres más tratados en Fuerteventura son los de mama y próstata. El de próstata es al varón lo que es la mama a la mujer. Son los cánceres más prevalentes, incidentes y frecuentes. Entre los dos suman, seguramente, el 70 por ciento. Siete de cada diez pacientes que se tratan en el búnker es por cánceres de mama y próstata. Hasta el 30 de abril se habían atendido a 192 personas con cáncer de próstata en la Unidad Satélite de Oncología Radioterápica de la Isla.

-¿Cuáles son los síntomas que tiene el paciente que padece este tipo de cáncer?

-Habitualmente ninguno. Por el lugar dentro de la próstata donde se suelen asentar los tumores, que suele ser en la zona periférica, normalmente son accesibles a un tacto rectal, pero no suelen mostrar clínica. El paciente no suele tener molestias al orinar. Es un tumor que se diagnostica porque el paciente va a su médico de cabecera, se hace la analítica y le sale el PSA alto, que es el marcador tumoral que tiene la próstata. Habitualmente son pacientes asintomáticos, con una edad alrededor de los 65-70 años, que van un día a su médico. Les pide una analítica general y salen elevados los marcadores. Suele ser así en el 85-90 por ciento de los pacientes. Luego, hay algunos que pueden tener una sintomatología urinaria que afecta a las vesículas seminales y que pueden tener hemospermia, que es una eyaculación con sangre. Si son tumores localmente avanzados pueden afectar a otros órganos como la vejiga o el recto que puede, incluso, tener algún sangrado.

“Uno de cada nueve varones va a desarrollar un cáncer de próstata”

-¿El perfil de los pacientes con cáncer de próstata en Fuerteventura varía con respecto a otras zonas?

-Fuerteventura tiene mucha población flotante. Hay mucho extranjero que viene a jubilarse. La población envejecida es la que suele tener cáncer de próstata. Por otro lado, tenemos un servicio de urología que, posiblemente, esté infraestimado en personal para esta Isla. Solo hay tres urólogos y están muy sobrecargados. Operan poco cáncer de próstata y tienen que derivarlos fuera. Muchos acaban viniendo a nosotros. Quizá podamos tener una falsa percepción de que tenemos más cánceres de próstata en Fuerteventura, pero tal vez venga explicado por esta población flotante de extranjeros añosos y por este servicio de Urología que no opera tanto y que nos deriva los pacientes a Gran Canaria.

-¿A qué edad deben empezar las revisiones?

-Si no tienes antecedentes familiares, a los 50. Si tienes antecedentes familiares, hay que adelantarlo a los 45.

-¿A qué es debido el índice tan alto de cáncer de próstata?

-Es un cáncer que depende, fundamentalmente, de la edad y los andrógenos. Es decir, de las hormonas masculinas. Es nuestra próstata expuesta a nuestras propias hormonas masculinas durante muchos años. Digamos que es la manera que tiene la próstata de envejecer. Cada año es un año más que ha estado expuesta a esos estímulos hormonales y, por lo tanto, es más probable que se genere algún tipo de mutación o de alteración que dé lugar a un cáncer de próstata. Es difícil hacer algo para que no te toque un cáncer de próstata, pero es verdad que hay alguna cosa que se puede hacer.

-¿Y qué se puede hacer para prevenir el cáncer de próstata?

-Cuando uno es varón y tiene andrógenos, los andrógenos actúan sobre su próstata y eso no lo puedes evitar, pero sí se pueden evitar algunas cosas como no comer en exceso carne roja o no abusar de las grasas de origen animal. Luego, hay algunos alimentos que parece ser que pueden ser protectores como el tomate y algunos compuestos derivados de la soja y de algunas plantas de ese tipo.

-En alguna ocasión, usted ha afirmado que el estado de salud de los hombres está en crisis…

-Participo en la iniciativa de Movember, que se puso en marcha en Australia hace 20 años. Su objetivo era llamar la atención sobre la salud masculina. Hay aspectos de la salud masculina que, debido al concepto de masculinidad que tenemos los hombres, es como una especie de pandemia silenciosa. Todo el mundo está muy concienciado y hay carreras y maratones por el lazo rosa. Las mujeres tienen esa tendencia de ser más asociativas que los hombres y a preocuparse más de su salud. En el caso de Movember no sólo es el cáncer de próstata, sino también el suicidio, que afecta más a varones que a mujeres, el sedentarismo o el cáncer de testículos. La salud masculina está en crisis y, por regla general, hace que los varones vivamos, en cualquier lugar del mundo, bastantes menos años que una mujer.

“Se han atendido 192 cánceres de próstata en el búnker de radioterapia”

-¿Por qué el cáncer de próstata tiene menos visibilidad que el de mama?

-En primer lugar, porque los hombres no tenemos esa conciencia de hacer una asociación. No nos juntamos entre nosotros. Además, tenemos esa especie de idea tóxica de masculinidad de no querer pedir ayuda; callarnos si tenemos problemas o nos pasan cosas; ir al médico tarde. Si por él fuera, muchas veces el paciente no hubiera ido nunca al médico. Es la mujer la que lo trae. Es un motivo más para decir que la salud masculina está en crisis.

-En junio se cumple un año de la entrada en funcionamiento del búnker de radioterapia. ¿Qué balance hace?

-Creo que ha sido muy positivo. En su momento, nos pareció que lo más sensato, una vez se ponía en marcha una unidad de oncología radioterápica, es que fuera un centro satélite. Queríamos no sólo acercar la radioterapia a Fuerteventura, sino que los pacientes de la Isla siguieran teniendo la misma calidad en los tratamientos que estaban recibiendo cuando venían al Negrín. El nivel y la calidad del tratamiento se han incrementado mucho. Queríamos que no sólo hubiera una unidad, sino que fuéramos los mejores especialistas de cada área los que nos desplazáramos para que la población de Fuerteventura no se viera disminuida en la calidad.

-¿Cuál es el protocolo desde que se detecta un paciente con cáncer de próstata en la Isla hasta que llega al búnker?

-El médico de cabecera pide un PSA a un paciente. Este se remite al urólogo, que tendrá que hacer un tacto rectal, tal vez una resonancia magnética y una biopsia. Una vez diagnosticado el tumor, se presenta en un comité de tumores donde están urólogos, oncólogos radioterápicos y oncólogos médicos. Se decide individualmente cuál es el mejor tratamiento y, una vez decidido, si tiene que llevar algún tipo de radioterapia, que es lo más frecuente. Luego, se le cita para una primera visita en el Negrín. Se sigue haciendo en el Negrín porque muchas veces lleva aparejado el tener que hacer algún tipo de prueba especial que no se realiza aquí, como puede ser una ecografía transrectal o una resonancia. Una vez se decide que ese paciente tiene que ser tratado con algún tipo de radioterapia externa vuelve para Fuerteventura, donde se le administra todo el tratamiento. La planificación, escáner y diseño del plan de tratamiento dosimétrico lo hacen los especialistas del Negrín, pero se ejecuta y administra en la Unidad de Fuerteventura.

“De cada 100 pacientes que mueren por cáncer solo ocho es por próstata”

-¿Qué mortalidad tiene el cáncer de próstata?

-Es muy baja. El 25-26 por ciento de los tumores que afectan al varón son de próstata, pero como mortalidad el cáncer de próstata supone sólo un ocho por ciento respecto a todas las muertes por cáncer. De cada cien pacientes que mueren por cáncer sólo ocho es por próstata.

-Se habla del cáncer de próstata, pero no podemos olvidar el de testículos. ¿Qué incidencia tiene en Fuerteventura?

-No tenemos datos exclusivos. El de testículos es un cáncer que tiene dos picos de edad. Uno en la juventud. Son varones adultos jóvenes alrededor de veintipico años, y luego otro pico en pacientes de alrededor de 60-65 años. Es un tumor que no es muy frecuente, pero que sí afecta a la población. El 99 por ciento se cura, bien con cirugía exclusiva, cirugía y quimioterapia o cirugía y radioterapia.

-¿Qué causas lo originan?

-Hay de dos tipos. Los seminomas y los no seminomas. Muchos de ellos son tumores germinales que derivan de células germinales. Al igual que en el caso del cáncer de próstata, no existe una manera de evitarlo. Es verdad que hay factores de riesgo como la criptorquidia, varones que nacen con un testículo en la ingle y que no terminan de bajar y que predisponen a un tumor testicular.

“La radioterapia supone una alternativa de tratamiento igual que una cirugía”

-En el cáncer de próstata, ¿qué terapias se aplican?

-Hay tumores de próstata que clínicamente no son relevantes en los que sólo hay que vigilar o retrasar el tratamiento definitivo. Cuando ya hay que hacer un tratamiento definitivo, en pacientes de riesgo bajo, intermedio, alto o localmente avanzado, tenemos la prostatectomía radical, que es quitar la próstata; radioterapia con distintas técnicas como la braquiterapia, radioterapia externa y técnicas más modernas de radioterapia externa como pueden ser la radiocirugía. En los últimos diez años, hemos asistido a la aprobación de un montón de fármacos que han aumentado la supervivencia y han cambiado drásticamente el panorama de la historia natural de la enfermedad y de la supervivencia que iban a tener los pacientes. Hemos pasado de sólo poder ofrecerles un tratamiento hormonal, una especie de castración química, a poderles ofertar una variedad importante de tratamientos hormonales, nuevas quimioterapias, etc...

-¿Qué supone la radioterapia para este cáncer?

-Supone una alternativa de tratamiento igual de curativa que puede ser una cirugía y con un perfil de toxicidad muy bueno y diferente a la cirugía. Desde los comités de tumores, ofertamos un abanico de posibilidades casi a la carta. Al paciente, asesorado por nosotros, se le da la opción y elige la terapia.

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