actualidad

Pájara cede el suelo para la construcción del Centro de Atención Especializada Extrahospitalaria

El alcalde Pedro Armas explica que se ha acordado de forma definitiva la cesión de este espacio, tras las modificaciones pertinentes para que la parcela pudiera ser de uso sanitario

Diario de Fuerteventura 4 COMENTARIOS 22/03/2023 - 12:42

El Ayuntamiento de Pájara ha aprobado de manera definitiva en el último Pleno la cesión de suelo al Gobierno de Canarias para la construcción del Centro de Atención Especializada Extrahospitalaria (CAE) del sur de Fuerteventura.

El alcalde de Pájara, Pedro Armas, explica que, “por fin”, se ha podido acordar de forma definitiva la cesión de estas parcelas, tras las modificaciones pertinentes para que el suelo pudiera ser de uso sanitario.

“Hubo que hacer una modificación en el uso del suelo, puesto que no estaba estipulado que este pudiera ser empleado para infraestructuras sanitarias y tuvimos que hacer un cambio puntual para quitar una calle que dividía la parcela y que no permitía la calificación del espacio para uso sanitario”, detalló el alcalde.

Pedro Armas recordó que el Ayuntamiento lleva trabajando en este procedimiento cerca de un año y que, finalmente, la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias puede iniciar sin problemas el proyecto de construcción del nuevo CAE del sur.

La Consejería de Sanidad contará con 12.160 metros cuadrados de suelo municipal, que están ubicados en la localidad de La Lajita, y que son el primer paso para poder contar con esta importante infraestructura sanitaria en el sur de la Isla.

Comentarios

Pedro Armas estoy segura que vas arrasar con mayoría absoluta en Pájara y en el Cabildo van a rozar la mayoría. Perdón pero fue que lo soñé anoche y era tan Real que creí que era verdad. De sueños se vive también.
¿NO podían haber encontrado una foto más vieja, para ilustrar este artículo? Las hay, pero para tratar de un asunto del presente enfocado al futuro, quizá hubiera sido más propia alguna más actual.
Aún recuerdo cuando nuestro.a único.a médico sanitaria por la zona, La Lajita/ Tarajal de Sancho, era seña Cristina, que con sus rezados, sus manos... intentaba hacer lo que podía por mantener sanos a sus semejantes. Todavía recuerdo cómo, muy de mañana, se acercaba a mi cama y poniendo sus dedos fríos y callosos sobre y alrededor de mi homblico, apretando y sobando la piel hacia él, al tiempo que murmurando rezos, se afanaba, me decía ella, en buscar y encontrar mi pomo, para ponerlo en su sitio, que según sus maniobras, debía de estar por el hombligo. Nunca supe si al final lo encontraba o no, como yo tampoco lo pude ver, sentir o saber qué era o cómo era mi pomo: la gente " e con un pulpo ntendida" hacia un símil, comparandolo con un pulpo, cuyos rejos se partían y separaban del resto y cada uno por su lado se repatía por el cuerpo de su huésped. Eso enfermaba a éste, haciendo preciso recomponer el pulpo.pomo para que volviera a estar sano. La o el curandero-a, iba amañando a los " rejos" a regresar a su sitio y a unirse al resto, pegarse a su cuerpo.... hasta que el próximo gran susto, lo que más lo descomponía, volviera a desparramar sus partes otra vvez.Ahora me parece increíble que mi madre, sus vecinos y familiares, la gente de mi pueblo, creyeran en esas cosas...y yo, como chiquilla, me asustaba, impresionaba, y no podía sino creer lo que los mayores creían y en lo que, decían, " tenían fe". Y eso de tener un " pulpo" o algo semejante, mirando en mi estómago a la altura del hombligo... y que se espantara.asustara y vagara por otras partes, las que él quisiera, de mi cuerpo, me ponía, me ponía...Pero bueno, me lo hacían por mi bien, porque también " teníamos mucha fe" en la magia negra, la brujería... que hacía tantos daños a las personas y sus cosas... ¡ Cuánto tiempo, qué tiempo, qué miedos y angustias!
También recuerdo gente que curaba el " quebranto", nunca supe bien en qué consistía ese mal, quizá ni lo supieran los que creían en él, hablaban de él y decían curarlo. No sé de enfermos adultos, sino de niños...Creo recordar, que en la ceremonia de sanación, participaban al menos tres personas: el curandero, una madrina y un padrino. Todo comenzaba rajando en dos, sin cortarla del árbol, una vara larga; separando las dos partes una de otra, entre ellas se hacía pasar al niño enfermo, pasándoselo entre los padrinos, mientras el sanador echaba sus rezados y no sé si hacía algo más. Al final, las dos partes hundidas de la rama, volvían a juntarse y se envolvían con tela de saco o de lo que fuera, abandono todo muy bien, con el fin de que las partes se soldaran, porque eso aseguraba que el " quebranto" del niño se curarla. Ya no se ven, pero en mi infancia existían esos " envoltorios" en algún árbol, especialmente granaderos...Pero buenos, es que hasta estos, como higueras etc, hace mucho, mucho tiempo que se secaron, todos.

Añadir nuevo comentario