El cierre del centro de Morro Jable obliga a los enfermos renales a tener que desplazarse a Puerto del Rosario
Los pacientes de diálisis del sur: nueve horas fuera de casa para su tratamiento
El cierre del centro de Morro Jable obliga a los enfermos renales a tener que desplazarse a Puerto del Rosario
Petra, de 82 años, se levanta a las seis de la mañana. A las seis y media la recoge una ambulancia en su casa de El Cardón y la llevan a Puerto del Rosario a darse la diálisis. A las tres y media la devuelven a su domicilio. Llega desorientada, cansada y se encierra en su habitación hasta que puede coger fuerzas de nuevo. Así, tres veces en semana después de que la Consejería de Sanidad decidiera cerrar el servicio de hemodiálisis de Morro Jable y derivar a los pacientes al hospital de la capital.
En el año 2018 la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias cerró un acuerdo con la empresa Fresenius Medical Care para llevar a cabo la prestación del servicio de Hemodiálisis en el sur de Fuerteventura. Se instaló en Morro Jable con el objetivo de dar servicio a los pacientes de los municipios de Pájara y Tuineje con una enfermedad renal crónica. En un primer momento, se empezó a dar servicio a seis pacientes a los que se les evitó, a partir de ese momento, hacer un trayecto de 90 kilómetros cada vez que tenían que dializarse.
En todos estos años, el número de pacientes ha ido oscilando según la demanda. Los usuarios solían coincidir en el buen servicio hasta que en marzo de este año empezaron los rumores de que el servicio iba a echar el cierre. En un primer momento, se dijo que se cerraba por un mes porque el nefrólogo salía de vacaciones. Luego, se oyó que el número de usuarios era insuficiente. En el momento del cierre eran seis los pacientes. Los enfermos jamás han conocido la causa exacta por la que han bajado las persianas. Finalmente, el 29 de abril cerraba el centro tras seis años de servicio.
“A nosotros no nos dieron información alguna. Un día nos dijeron que los pacientes tenían que ser trasladados a Puerto del Rosario porque el personal se iba de vacaciones, pero eso es mentira porque en estos años hemos visto que venía un sustituto cuando uno de ellos salía de vacaciones. Luego, nos enteramos por fuera que querían cerrarlo”, cuenta Noelia Pérez, la hija de Petra.
Su madre sufre varias patologías: problemas de tensión, diabetes y una enfermedad en los riñones que la obliga, desde hace siete años, a dializarse. El tratamiento será así de por vida.
Al otro lado del teléfono, Noelia cuenta el jarro de agua fría que supuso para su madre enterarse de un día para otro que iba a ser derivada a Puerto del Rosario. “La noticia la recibió mal. Tuvimos que sentarnos con ella a hablar. No quería ir más a diálisis. Quiso dejar el tratamiento y aguantar lo que tuviera que aguantar. Al final, la convencimos”.
A partir de ahí, comenzó el calvario para Petra. Tres veces en semana se tiene que trasladar de El Cardón a Puerto del Rosario, en ambulancia. Un trozo del trayecto por un barranco que, con el movimiento del vehículo, la deja agotada. “El traslado le ha afectado anímicamente”, cuenta su hija.
El servicio estaba en funcionamiento en un centro de Morro Jable desde el año 2018: “Un día nos dijeron que los pacientes tenían que ser trasladados”
Cuando regresa a casa después de ocho horas fuera, cuatro de ellas dializándose y las otras cuatro en salas de espera y carretera, “llega como si no te conociera. Viene desorientada. No contesta a nada. Se va a su habitación y ahí se encierra”, lamenta.
Noelia cree que su madre recibía mejor cuidado en el sur. “Había menos pacientes y eso hacía que el trato fuera más cercano y que estuvieran más pendientes el médico y las enfermeras”, opina.
El Partido Popular en el Cabildo majorero presentó una moción, que fue aprobada por unanimidad en el pleno, en la que se pide al Gobierno de Canarias que reestablezca el servicio de hemodiálisis en el sur de la Isla.
La consejera popular Esther Hernández fue la encargada de defender la moción calificando los traslados de los pacientes del sur a la capital de “un desgaste inhumano” ya que, a un tratamiento de unas cuatro horas, se le suman varias más de desplazamiento. “Este hecho repercute tanto en la salud física como mental de los pacientes”, señalaba.
Desde el PP insistían en que “no se puede permitir perder ningún recurso en sanidad, aunque los beneficiarios sean cinco pacientes, ya que mañana podrían ser diez”.
“Parece que la gente del sur no tiene derecho a nada. No se dan cuenta de que son personas mayores a las que ya de por sí el tratamiento las deteriora a lo que se suma el trayecto”, se queja Noelia.
Reclamaciones
Han sido varios los pacientes que han presentado una reclamación. Es el caso de Noelia. “Me han dicho que, si se abriera el centro, ella no iría para Morro Jable por la edad. Dicen que, si entra en parada, está en el Hospital y la pueden reanimar, pero allí también hay un centro, además del Centro de Salud de Morro Jable que está al lado. Para mí son excusas. No lo entiendo porque lo mismo que va a pasar en Puerto va a pasar allí”.
Son las ocho menos cuarto de la mañana. Juan Alonso acaba de dejar su coche en los aparcamientos del Hospital. Se levantó a las seis menos cuarto para poder llegar a tiempo a la sesión de diálisis. Desde hace un par de años, arrastra una enfermedad crónica de riñones. En agosto acabará con un tratamiento y se pondrá en la lista para un trasplante de riñón.
“El viaje a Puerto del Rosario me afecta, llego con dolor de huesos”, asegura Juan Alonso, que se levanta a las seis menos cuarto para poder llegar a tiempo a la sesión de diálisis
“Antes, estaba en Morro Jable en 15 minutos. Ahora hay días que tardo hasta hora y media en llegar a Puerto del Rosario. Depende del tráfico que haya ese día”, cuenta a las puertas del recinto sanitario, mientras otros pacientes con la misma patología y también del sur comienzan a bajarse de la ambulancia y a entrar al hospital.
En julio del año pasado empezó a darse el tratamiento de diálisis. Estuvo en el centro de Morro Jable hasta que en marzo le comentaron que lo iban a cerrar. “Eso fue lo único que me dijeron. Luego, que el nefrólogo se iba de vacaciones”, explica. Y poco más se supo salvo que tenía que seguir recibiendo el tratamiento en el Hospital de la capital los martes, jueves y sábados.
Juan ha optado por usar su propio vehículo, en vez de la ambulancia. “Si utilizo la ambulancia estoy ocho horas fuera de mi casa. La gente de Morro sale antes de las seis de la mañana de sus casas”, comenta. Aun así, asegura que llega a su domicilio con dolor de huesos. “El viaje en coche me afecta. Además, me siento cansado de madrugar. Cuando estaba el servicio en Morro me levantaba a las siete y media de la mañana. Ahora a las seis menos cuarto. Cuando llego a casa, tengo que estar toda la tarde acostado y con fatiga”, lamenta.
A Sanidad, Juan le pide que los escuche y reabran el centro del sur. “Ahí es donde los pacientes nos sentimos más cómodos”, insiste. Desde El Cardón, Noelia recuerda a la Consejería de Sanidad, que dirige Esther Monzón, que “piensen un poquito más en las personas mayores del sur. Es mucho trayecto para ellas”. “Todo lo bueno del sur lo quitan y lo mandan para Puerto”, añade el vecino de La Pared.
Carta a la Diputación
Días después de fallecer su padre, J.A.T., sus hijos enviaban una carta a la Diputación del Común denunciando el calvario que había sufrido el familiar, enfermo renal y en tratamiento de diálisis, después de que fuera derivado al hospital de la capital. El escrito también fue enviado al Cabildo, Ayuntamiento de Pájara, Dirección del Área de Salud de Fuerteventura, Gerencia de Servicios Sanitarios de la Isla y Servicio Canario de Salud. Sólo han recibido respuesta del Diputado del Común.
El 26 de febrero fue el último día de diálisis en Morro Jable. Un día después, el hombre empezó el tratamiento en Puerto del Rosario. Se levantó a las cinco de la mañana. Lo recogió la ambulancia a las siete menos cinco en su casa de Morro y no regresó a la vivienda hasta las tres y cuarto de la tarde.
El segundo día de tratamiento llegó mareado, cansado, no quiso almorzar y se acostó. Pasó todo el día en la cama descansando. El lunes 4 de marzo se pasó todo el día tumbado sin apenas querer comer. No durmió en toda la noche nervioso para no quedarse dormido para la diálisis. “Le intentamos tranquilizar diciendo que no se iba a quedar dormido, que estábamos pendientes, pero no lograba conciliar el sueño porque estaba nervioso por no perder su tratamiento”, cuentan sus hijos.
“No sabremos si el 5 de marzo era su día, lo que sí garantizamos y sostenemos es que el cambio y los traslados produjeron y aceleraron su deterioro”, señalan unos familiares
Un día después, el cuarto día de diálisis, fue en coche hasta Puerto del Rosario porque el trayecto en ambulancia, otra vez, no lo podría soportar. La familia volvió a hablar con Nefrología diciendo que iban a pedir por escrito que volviera al centro de diálisis en Morro Jable, asumiendo el riesgo si algo le pasara, pues sabían que no iba a resistir muchos más traslados.
El día 5, al regreso a casa, no quiso comer, se tumbó porque estaba mareado y tenía calor. Falleció esa tarde en su vivienda. “Sólo cuatro días de diálisis en el hospital de Puerto del Rosario y estuvo mal toda la semana, apenas comió, apenas caminó, solo acostado, cansado y muy desganado. Lo habitual era que después de un día de diálisis en Morro Jable, almorzara, durmiera la siesta y se levantara, para ducharse, preparar sus medicamentos y realizar las tareas cotidianas que a él le gustaba hacer”, cuentan sus hijos en el escrito al que ha tenido acceso Diario de Fuerteventura.
“Durante esa larga semana, se deterioró y perdió todo aquello por lo que él había luchado durante toda su enfermedad, su independencia. Cuidaba su salud escrupulosamente. Era un paciente muy disciplinado que hacía lo que los médicos le indicaban. Quería vivir, su fuerza de voluntad y ganas hicieron que llegara hasta donde lo hizo. No merecía un final así, haciendo kilómetros para recibir su tratamiento”, insiste la familia.
“No sabremos si el 5 de marzo era su día, lo que sí garantizamos y sostenemos es que el cambio y los traslados produjeron y aceleraron su deterioro, perjudicando severamente su salud. El tiempo que le quedaba lo vivió como un auténtico calvario”, denuncian.
Los hijos saben que ya nada podrán hacer para recuperar a su padre, pero sí piden que “se reconsidere y escuche lo que pacientes y familiares tengan que decirles cuando se pretendan tomar decisiones que afectan a su estado de salud, bienestar, rutina, descanso, equilibrio... decisiones precipitadas que, en ocasiones, como es el caso, producen desgaste y sufrimiento innecesario en el paciente. Respetar su voluntad, no vulnerar sus derechos”.
Este diario ha intentado ponerse en contacto con la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias para que pudieran dar su versión sobre la retirada del servicio en el sur de la Isla. Hasta el momento del cierre de esta edición, no se había recibido respuesta.
Comentarios
1 Políticos Mar, 09/07/2024 - 08:11
2 Anónimo Mar, 09/07/2024 - 11:40
3 Tiscamanita Mar, 09/07/2024 - 12:30
4 La Sanidad Mar, 09/07/2024 - 13:29
5 Lugar de arriba Mar, 09/07/2024 - 13:53
6 majorero Mar, 09/07/2024 - 17:01
7 Chano Mié, 10/07/2024 - 08:46
8 Anónimo Mié, 10/07/2024 - 11:45
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