Guisguey es un pueblo blanco con los techos de color canelo en el que apenas residen 200 vecinos que aprovechan la concienciación y el trabajo colaborativo como punto de unión para fomentar la vecindad. La labor de la asociación de vecinos Los Pajeros, con más de 40 años de historia, le ha valido ya varios reconocimientos.

En la plaza de la Iglesia puede contemplarse una representación de la antigua pedanía con todos sus tesoros patrimoniales y etnográficos, que se confeccionó a modo de belén estas pasadas navidades y que ahora ofrece al visitante una imagen del pasado de Guisguey que los vecinos del presente insisten en recuperar para marcar el futuro de la comunidad. Ha sido realizado por los vecinos en una escala 1.16 bajo la dirección del artista Lixber Reguera, también encargado de la estatua que gobierna la recuperada plaza, dedicada al alcalde pedáneo, Pablo Espinel de Vera, asesinado a manos de legionarios. Para continuar con la visita por el pueblo, una escultura de Silverio López dirige al visitante al antiguo camino del sesteadero, donde descansaban o bebían las cabras a su paso por la localidad.

La asociación de vecinos Los Pajeros, después de haber sido reconocida como aliada de la biosfera por su labor medioambiental y de conservación patrimonial, ha vuelto a dar una lección sobre reciclaje aunando el aprovechamiento de los materiales desechados y las fiestas de Carnaval. A raíz de la celebración de la gala del Frangollo de las carnastolendas de Puerto del Rosario, donde se exhiben trajes confeccionados con materiales reciclados, la asociación ha elaborado un singular traje. En esta acción también ha colaborado todo el pueblo bajo la dirección de Coromoto González, hija de una vecina. Se han precisado centenares de botellas de plásticos, tapones, sacos de papas y ramas secas para elaborar el traje y los adornos, que se han recogido de los hogares de los propios vecinos, bares o puntos limpios. El 4 de marzo es cuando Guisguey desfile en favor del reciclaje.

La nueva junta directiva, bajo la presidencia de David de León, lleva cinco años al frente de la asociación con una finalidad clara: concienciar por el respeto al medioambiente y recuperar el patrimonio, “que es inmenso”, dice el máximo representante del colectivo. “Se ha logrado que los vecinos colaboren en la peonada mensual encaminada a la limpieza del pueblo, arcenes, etcétera”, destaca. Uno de los logros de los que Los Pajeros se sienten más orgullosos ha sido la recuperación de la plaza del alcalde Pablo Espinel de Vera. En esta labor trabajaron con el apoyo de las instituciones: Ayuntamiento de Puerto del Rosario y Cabildo. Se ha recuperado así una antigua era totalmente enterrada. A través de bingos y donaciones vecinales se logró el respaldo económico necesario para ejecutar esta actuación. “Fue un trabajo precioso, un proyecto muy bonito”, comenta De León. A la inauguración acudieron el hermano del alcalde pedáneo asesinado y la hermana de su viuda, que no habían pisado su casa en 40 años. Fue una historia muy emotiva”, relata.

Otro proyecto que está en marcha es la repoblación forestal. Recuerda David que Guisguey fue el granero de Fuerteventura y, además de los cereales, contaba con una frondosa arboleda. En las orillas de los barrancos se han llegado a plantar unos 200 ejemplares. Para ello se necesita sacar adelante un proyecto estancado durante siete años, que es llevar el agua al pueblo. Otra de las necesidades pendientes es la construcción de una cancha deportiva. El pueblo cuenta con importantes equipos de bola canaria que no tienen más remedio que jugar en domicilios particulares.

También se está llevando a cabo la rehabilitación del patrimonio etnográfico de la pedanía. Hornos de cal, caleras, eras, muros de piedra, aljibes... Son parte del legado que se está recuperando para elaborar una ruta del agua por los caños del pueblo. Asimismo, se han recuperado corrales de consejo, donde se guardaba el ganado. David destaca también que recuperar “lo que hicieron nuestros antepasados para nosotros es vital y cuando se tira una casa de piedra la gente no es consciente del esfuerzo que supuso en su momento esta edificación. Por suerte, muchas ya se han rehabilitado”.

David destaca que recuperar “lo que hicieron nuestros antepasados para nosotros es vital y cuando se tira una casa de piedra la gente no es consciente del esfuerzo que supuso en su momento esta edificación”

Otro objetivo es continuar con el embellecimiento del patrimonio arquitectónico y urbanístico. “Intentamos que se rehabiliten las viviendas, algunas en ruinas. Hemos solicitado que se favorezca la rehabilitación a través de bonificaciones en los impuestos” en este núcleo de 60 casas diseminadas, algunas de ellas en estado de ruina o abandonadas y con unas características especiales amparadas por un plan especial de protección. “Queremos que Guisguey sea un pueblo limpio y cuidado. Afortunadamente la concienciación ha ido en aumento y los que eran reacios se han dado cuenta de que ahora son los menos y están acorralados”, comenta David.

“Entendemos que, para mantener limpio el pueblo como nosotros queremos, tenemos que poner nuestro granito de arena. No nos cuesta trabajo. Somos un pueblo pequeño, pero es otra forma de hacer pueblo. Nos sirve para unirnos”, enfatiza David de León, que reconoce que Guisguey, con una población en torno a 180 vecinos, se ha convertido en un pueblo dormitorio. “Con estas acciones nos unimos”, sentencia.

Otra de las actuaciones desarrolladas está encaminada a que la localidad cumpla con los estándares de Reserva Starlight. “El pueblo de noche está casi a oscuras para que se pueda observar ese cielo precioso que tenemos”, dice. Todo forma parte de un proyecto más amplio para contar con un observatorio, para el que ya se encuentran en comunicación con las asociaciones de astronomía de la Isla. Pero esa será otra historia...