Desde muy pequeño, Julio Almeida “cogía cabozos” con su abuelo en los charcos. Majorero de corazón, hoy compagina su trabajo como delineante con su otra pasión: la pesca. Reconoce que va en su ADN y que le gusta “en todos los sentidos y todos los exponentes”, hasta el punto de que ha fundado un club deportivo y asesorado a crear recientemente otro, ambos dedicados a la pesca en kayak. Su reciente triunfo en el III Circuito de la Kopa Canarias sabe a recompensa por una trayectoria dedicada a impulsar este minoritario deporte, que se abre camino y ya cuenta con cerca de 250 personas que lo practican en Fuerteventura.

A Julio la pesca le viene de familia, de su abuelo y de su padre. “Es una cosa que va por dentro, es imposible quitársela. Ves el mar y estás inquieto porque quieres echar un lance”, reconoce entre risas. Ahora, Julio continúa con ese vínculo con el mar y la pesca desde el kayak al que, según cuenta, se puede llegar de dos maneras: por un lado, al ver a alguien practicarlo y probar o como “evolución natural”. En concreto, como fue en su caso: se empieza pescando a boya, luego a fondo, de ahí se pasa al “spinning”, pero llega el momento en el que “quieres llegar más allá” y tienes dos opciones: “Subirte a un barco o fundirte con un kayak en el contacto más directo que puedes tener con la pesca y el mar”, explica.

Además, de todas las modalidades de pesca, Julio considera al kayak, sin duda, la más deportiva, pues al tener que trasladarse a remo o a pedales, se llegan a quemar cantidades de calorías similares a las del piragüismo o el ciclismo. “Hay días que te haces 25 kilómetros”, cuenta.

Entre cinco amigos fundaron en 2014 el primer club de pesca en kayak de Fuerteventura. Le pusieron el nombre de Fuertekayak e hicieron el logo en una servilleta. La idea surgió al ver que había un cierto asociacionismo en las islas capitalinas. Se informaron y se abrumaron por la cantidad de papeleo que había realizar, pero acabaron formando el club.

“La satisfacción más grande que tuve fue crear un punto de encuentro para muchísima gente de Fuerteventura que practica la modalidad y lo hacía en solitario, porque no conocía a nadie, con sus correspondientes riesgos”, destaca Julio. Con los años llegaron a ser más de cien socios en el club.

Este primer club sirvió para unir a muchos pescadores y para comenzar a organizar eventos, hasta el punto de que se pedían las vacaciones con un año de antelación. “Compartir con tantas personas una misma afición crea un nexo que es prácticamente como una familia, una afinidad bastante bonita”, cuenta.

Fueron esas primeras temporadas la ocasión para que Julio descubriera aspectos administrativos como planes de seguridad, coordinación, permisos, dispositivos de seguridad, subvenciones, patrocinios o el diseño de cartelería, entre otros. “Muchas veces tocaba quedarse en tierra para que todo saliera bien”, añade.

Desde hace un año, Julio forma parte de Mahokayak, un club de reciente creación a cargo de Francisco Negrín, de Antigua, que cuenta ya con 65 socios y con el que han conseguido bastantes logros deportivos, tanto en la Kopa Canarias, como en el Campeonato de Canarias de Kayak, incluso en otras modalidades como el “spinning” y el “rockfishing”.

Cuenta Julio que se está volviendo a vivir un “momento especial” para la pesca en kayak, similar al que vivió con el primer club. Al equipo, explica, están llegando “muchísimos aficionados” que se inician en esta modalidad “con gran ilusión” y que están deseando participar de las competiciones, encuentros y talleres que la entidad organiza. “Con muchas ganas de aprender y de compartir las experiencias que este deporte ofrece”, matiza.

En cuanto a la edad de los que practican este deporte, Julio señala que “hay de todo”, desde hijos de socios que hacen “sus pinitos”, siempre bajo control, hasta personas de más de 60 años que se hacen a la mar. “Solo es necesario mantener cierta forma física para ello”, asegura.

Salir a entrenar con el kayak surge de forma natural, a través de las propias redes sociales o por WhatsApp, donde aparecen propuestas y la gente se suma al plan. Los mejores meses para salir son octubre y noviembre, cuando el tiempo está en calma, aunque Julio reconoce que suelen estar pendientes de las diferentes aplicaciones meteorológicas para saber “cuándo se queda bueno y avisar al resto para ir”. En estos meses cuenta que puede salir unas seis o siete veces al mes, siempre en fines de semana, en sesiones en las que se pueden llegar a juntar unos 15 compañeros.

En la competición se establece como norma general la captura y suelta de las especies

Tampoco se olvida del programa de ayudas al deporte insular del Cabildo de Fuerteventura, que es “la base”, admite. Para Julio, se trata del “mejor programa de subvenciones al deporte de toda España”, pues ayuda “por igual a todos los deportes” y, “si se organiza bien, se hacen proyectos buenos y se presentan”, el Cabildo colabora para desarrollarlos. También destaca la ayuda continua del Ayuntamiento de Antigua en la organización de diferentes eventos.

En estos años de aventura sobre el kayak, Julio señala que se abre la oportunidad de viajar para participar a otras competiciones a nivel autonómico o incluso nacional, habiéndolo hecho ya, junto a otros compañeros, por ejemplo en Lanzarote, Tenerife o La Palma. También en Andalucía, Galicia, Cantabria, Murcia o Valencia, donde participaron en los campeonatos de España. “Eso te sirve, además de para ver sitios nuevos, para pescar en otros escenarios y para aprender mucho sobre distintas características de la pesca en función de donde se practique”, señala.

Técnica

Pero, ¿cómo funciona el sistema de competición de la pesca en kayak? La respuesta es sencilla: el sistema de puntuación consiste en el “centímetro punto”, es decir, por cada centímetro de pescado obtienes un punto. La talla mínima empleada en la Kopa Canarias es de 40 centímetros, salvo en especies con talla mínima superior.

Además, se establece un cupo, no pudiendo puntuar más de tres capturas de la misma especie, con el fin de premiar la movilidad y versatilidad de los deportistas que, además, así pueden demostrar “que saben pescar de varias maneras y localizar diferentes especies”.

En la competición se establece como norma general la captura y suelta, debiendo de servirse de un jamo para subir los peces a bordo sin dañarlos, fotografiarlos sobre una regla calibrada, facilitada por la organización para su puntuación, y devolver las capturas al mar. “Después de años de ajuste, creo que hemos llegado a unas bases técnicas, limpias, claras y respetuosas con el medio”, asegura Julio.

Competición

Almeida se proclamó recientemente campeón de la III Kopa Canarias, aunque para el capi, como lo llaman sus compañeros de club, la victoria fue triple: “Primero porque la organización fue perfecta. Segundo por el hecho de estar allí y volver a reencontrarte con tus amigos y toda la gente con la que compartes la afición y en tercer lugar porque, además, tuve la suerte de ganar”. Esta competición se organiza desde hace tres años. En la primera edición se organizó en tres mangas que se disputaron en Fuerteventura, Gran Canaria y Lanzarote. El año pasado solo se disputó en la isla de los volcanes, pero esta tercera edición se volvió a disputar en dos mangas, una disputada en la Maxorata y otra en la isla vecina.

“Hemos llegado a unas bases técnicas, limpias, claras y respetuosas”

La primera manga en Fuerteventura, recuerda, se disputó con una mar “bastante rizada” que puso a prueba a los 80 participantes. En esa primera etapa, un jurel de 70 centímetros y otras dos capturas subieron a Julio al primer cajón del pódium. En la segunda manga, en Playa Flamingo, con unas condiciones del mar mucho más favorables y junto a otros 70 participantes, entre los que se encontraba incluso algún famoso influencer del ramo, le bastó mantener la ventaja obtenida con tres bicudas, que le auparon a la tercera posición de la manga y le coronaron como campeón de la III Kopa Canarias 2024.

De cara al futuro, y a debatir en próximas asambleas, figuran una serie de proyectos, como la IV Kopa Canarias, una posible liga interna o junto a diferentes clubes del Archipiélago. También está prevista la realización de talleres, viajes a diferentes campeonatos de kayak y otras modalidades. “Hay que aprovechar el buen estado de forma por el que pasa este deporte”, señala. Lo que está claro es que ahí estará Julio, que continuará al pie de cañón en un deporte que aspira a crecer en la Maxorata.