El promotor de la iniciativa para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) “los restos de Puerto Cabras”, el historiador Carmelo Torres, ha denunciado que la propuesta se “empantana” en el Cabildo de Fuerteventura.

“Transcurridos más de tres meses desde el registro de entrada del documento que debía dar paso a la declaración BIC de lo que las sucesivas corporaciones municipales de la capital y cabildicias han dejado en pie del casco histórico del 'Viejo Puerto de Cabras', ambas instituciones mantienen el silencio”, señala.

Torres explicó que en el evento cultural organizado por la asociación de vecinos Los Hornos del Charco y los impulsores de la iniciativa se puso de manifiesto que “el interés es nulo desde el Consistorio de Puerto del Rosario”, al no asistir ningún concejal, “y tibio desde el Cabildo”. Al acto solo asistió el consejero de Patrimonio Histórico, Juan Jiménez.

“La no participación de la clase política no hace sino poner de manifiesto que en ocasiones, cuando hay muchos intereses creados, ni el sentido común ni pensar a medio y largo plazo tienen cabida, siendo por ello que es posible que se termine con un núcleo histórico por la recaudación de un puñado de licencias y demás”, añade Torres.

El historiador explicó que se ha producido “una solicitud de mejora estimada por los técnicos del Cabildo sobre el documento original”, optando por “maximizar la propuesta”. “Ahora se habla de proteger entorno a 140 inmuebles y estructuras, entrando algunas de las mismas por expresa petición del técnico de patrimonio histórico Nacho Hernández, caso de los restos de las salinas de 'El Viejo', que aún mantienen parte de su estructura entre la central eléctrica y la potabilizadora”, detalló.

El centro de la propuesta mejorada abarca las 75 viviendas de la propuesta inicial más otras de las calles de La Cruz, Virgen del Rosario, Primero de Mayo, San Roque, Secundino Alonso, León y Castillo o Fernández Castañeyra.

Además, se ha tomado la iniciativa de proponer una “protección de máximos”, incluyendo asimismo todos los hornos de cal de la capital y de su entorno, así como el viejo cementerio, la molina y el depósito de aguas de La Charca, una casa rural con sus gavias y su era de la zona del Fabelo.

También se incluye en la propuesta los tres puentes que se conservan del tránsito del siglo XIX al XX y que ponían en contacto la capital con el resto del territorio majorero que, a pesar de encontrarse fuera del perímetro de la propuesta de Bien de Interés Cultural, se podría llevar a cabo empleando la figura de “islotes de protección”, que permite sumar bienes a la propuesta de un conjunto histórico.

Según Torres, a raíz de lo manifestado por el consejero de Patrimonio Histórico, “se decidió dar cabida en la iniciativa a la Casa-Museo de Unamuno, el edificio del Cabildo Insular, el de la antigua Delegación del Gobierno” o “la iglesia de la capital”.

También se incluyen “espacios que permitirán articular el BIC y preservarlo”, como por ejemplo la antigua Plaza de España, hoy cafetería Tinguaro, “que debería ser un mirador hacia la bahía y no un obstáculo”. Otro es el espacio existente entre las casas de la cornisa y la avenida marítima, “que debería permanecer sin construir, pero sí embellecerse para potenciar y realzar el conjunto como atractivo”.

“Mutismo”

“A pesar de todo, el mutismo no hace sino presagiar que nunca llegue a decidirse el Cabildo acerca de si se declara o no, teniendo por ello que en breve plazo acudir a las más altas instancias del Gobierno de Canarias a luchar por la declaración del BIC”, señala Torres. Los promotores de la iniciativa destacan que las “actitudes cobardes deben ser los vecinos los que tomen las riendas de hacia dónde queremos ir, tanto en esta cuestión como en otras”.

Los impulsores de la iniciativa para declarar el Bien de Interés Cultural advierten de que algunos técnicos de Patrimonio y Cultura “tienen intereses inmobiliarios en la zona, debiendo por ello no intentar ser juez y parte, pues todos sabemos a lo que ello puede conducir: al juzgado”.