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La dificultad de compaginar ocio y descanso vecinal en Puerto del Rosario

Ruido, insalubridad, inseguridad ciudadana, vandalismo y recurrentes actividades de dinamización comercial son los perjuicios que sufren los residentes de Primero de Mayo

María José Lahora 0 COMENTARIOS 13/02/2025 - 06:49

Compaginar ocio nocturno y actividades de dinamización comercial con el descanso vecinal es un difícil reto al que se enfrenta el Ayuntamiento de Puerto del Rosario. Los continuos eventos desarrollados en pleno centro de la capital están provocando un grave malestar entre los residentes de una de las calles más dinámicas, Primero de Mayo. La zona se ha convertido además en foco de atracción para grupos de jóvenes trasnochadores poco respetuosos con sus conciudadanos. Ruido, insalubridad, inseguridad ciudadana y vandalismo son las principales consecuencias que sufre el vecindario.

La alarma ha saltado desde la Asociación de Vecinos de la Barriada del Carmen-Portón de los Pozos. Sus representantes muestran el malestar ocasionado por los eventos que se organizan durante todo el año en esta céntrica zona de Puerto del Rosario y que perjudican el descanso de los residentes, además de tener que lidiar con problemas de seguridad ciudadana y vandalismo. El ruido que ocasionan las actividades se desarrolla desde primeras horas de la mañana hasta la noche.

Las molestias comienzan desde las primeras horas de la madrugada, con el montaje de las carpas para los mercadillos dirigidos a los cruceristas que visitan Puerto del Rosario. Una actividad que se inicia a las 6.30 de la mañana. A ello se suman “los conciertos y música diaria, ferias de todo tipo, actividades comerciales y eventos de la asociación de comerciantes, entre otros actos” que impiden el descanso en este céntrico vecindario. “Además de tener que soportar el ruido desde primera hora de la mañana, los vecinos nos encontramos lidiando también con malcriadeces y faltas de respeto continúas de jóvenes que se agrupan hasta altas horas de la madrugada en portales, peleas, delincuencia, inseguridad, suciedad y todo lo que ello conlleva para el bienestar emocional y la salud en general”, denuncian desde la asociación vecinal.

Celebraciones

Las ferias y actividades que se organizan a lo largo de todo el año son solo parte de un problema que se acentúa con celebraciones públicas y privadas o “con la vista gorda que se hace sobre personas que viven en la calle desde hace tiempo”, añaden. “Cada semana hay eventos de todo tipo que lo único que hacen es alterar la vida de los vecinos. Si a eso le sumamos las fiestas nocturnas sin autorización de locales de hostelería, esto se convierte en un sinvivir diario”, sostienen.

“Cada fin de semana y víspera de festivo, la zona se convierte en territorio sin ley”

Consideran que las instituciones tendrían que velar por el cumplimiento de la normativa en materia de decibelios a lo largo de toda la jornada. “Hay que contemplar el tipo de barrio y la población mayor que vive en la zona. El ruido se instala dentro de la casa incluso en horarios laborales donde mantener una conversación con convivientes o ver un video se hace imposible, horarios de calor en los que no se pueden abrir ventanas porque es imposible disfrutar del silencio... No es que no se respeten los horarios, es que no se respetan las normativas en materia de decibelios ni se tiene en cuenta que no se trata de algo puntual, sino que es un estilo de vida diario”, sostienen.

Vandalismo

El vecindario sufre además los efectos del incivismo y el vandalismo, como demuestra una de las pintadas en uno de los edificios de la calle Primero de Mayo, precisamente el que se encuentra junto a la sede de una administración pública, la de la Agencia Tributaria. “Un problema que viene ocurriendo desde que el enfoque comercial de esta zona cambió por intereses públicos y privados”, comentan.

“El incivismo se sufre habiendo fiestas o no. Muchos jóvenes de todo tipo usan los portales de los domicilios y comercios para reunirse, armar escándalo e intimidar a los vecinos. Además, usan la zona peatonal para hacer explosivos, destrozar sombrillas, mobiliario urbano, terrazas de establecimientos de hostelería, puertas de domicilios y negocios, entre otras muchas cosas”.

Leanne Mousley, presidenta de la asociación vecinal.

La asociación propone una mesa de trabajo con representantes vecinales

La situación se agudiza ante los problemas de inseguridad ciudadana. Los residentes tienen que sufrir en numerosas ocasiones insultos, respuestas inapropiadas, amenazas, intimidaciones, agresiones y enfrentamientos que han terminado en denuncias ante las autoridades pertinentes. “Cada fin de semana y víspera de festivo o día no lectivo, la zona se convierte en un territorio sin ley”.

Todos los fines de semana  tienen que llamar en varias  ocasiones a la Policía Local ante los altercados que se producen o el “insostenible” nivel  de decibelios. Denuncian, asimismo la “imposibilidad” de acceder a sus propias viviendas “por estar el portal lleno de jóvenes que se niegan a moverse”.

Todas estas acciones generan además suciedad e insalubridad. La falta de limpieza e higiene en la céntrica barriada de Puerto del Rosario es otra de las denuncias que realiza la asociación vecinal. “En la zona no sólo transitan los turistas que vienen en crucero, estamos los vecinos de siempre, los que pagamos impuestos, y se debe limpiar para ello, y no a las 10 de la mañana tener que salir a la calle, con una calle llena de pipas, latas y mugre pegada al suelo, pis, incluso defecaciones humanas en alguna ocasión en el mismo portal del edificio”, exponen estos vecinos con indignación.

Escrito

La situación ha sido puesta en conocimiento de las instituciones a través de un escrito conjunto apoyado por gran parte de los vecinos y vecinas de la zona. El escrito se presentó el pasado 27 de agosto de 2024 y estaba firmado por un conjunto de 114 residentes y otros 93 usuarios de la zona que “ya no vienen por la poca tranquilidad que se respira”. Se añade a esto denuncias a través de llamadas a la Policía, conversaciones con los agentes a pie y publicaciones de denuncia en redes sociales. Denuncias a las que se suman el estado de algunas alcantarillas levantadas. “Si no han provocado accidentes ha sido de milagro”.

Consideran que las instituciones tendrían que velar por cumplir la normativa

Ya han mantenido un encuentro con el grupo de gobierno para buscar soluciones que permitan la armonía entre el bienestar vecinal y el desarrollo de las actividades comerciales. “No nos oponemos al comercio. Solo necesitamos que no se olviden de los vecinos como entendemos que han hecho hasta ahora”, dicen.

La asociación vecinal considera que debería tener voz en las decisiones municipales. “La falta de consideración en cuanto a ruidos es algo que no está contemplado en Puerto del Rosario desde siempre. Preguntemos a vecinos de barrios cercanos al recinto ferial... No obstante, los problemas son diarios y máxime con el cambio de enfoque que se está dando a Puerto del Rosario para una ciudad turística, de pésima calidad”, comentan.

Propuestas

La asociación vecinal propone la creación de una mesa de trabajo con representantes vecinales a fin de que la dinamización de actividades salga desde los barrios, “no centralizada desde arriba ni únicamente desde locales comerciales”. “Los establecimientos tienen sus propios intereses, pero nunca pueden olvidar que están en una zona donde viven personas y hay necesidad de respetar el cumplimiento de la normativa”, insisten.

La solución pasa, a juicio de estos residentes, además de por una mayor vigilancia y control sobre la contaminación acústica, por el uso de otros espacios de la ciudad para estos eventos y que se cumplan las normas por parte del Ayuntamiento y el Cabildo en cuanto a ruido y descanso para los vecinos de esta zona de la capital.

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