Fuerteventura se echa a la calle: “La Isla está al borde del colapso”
Varios miles de personas se manifiestan en Puerto del Rosario y reivindican desde el acceso a la vivienda, acabar con la emergencia hídrica o que no se perfore la Isla por las tierras raras
Una multitud ha salido este sábado a la calle en Puerto del Rosario, dentro de la convocatoria ‘Canarias tiene un límite’ que se desarrolla en el conjunto del Archipiélago, para alertar de los perjuicios del actual modelo turístico. “La Isla está al borde del colapso”, se destacó en el manifiesto, leído a las puertas de la Delegación Insular de la Administración General del Estado.
Varios miles de personas recorrieron las calles de la capital majorera, con pancartas y lemas como “Canarias no se vende, se ama y se defiende”, “No es turismo, es colonialismo”, “Su negocio es nuestra miseria”, “Agua, agüita, Canarias está sequita” o “Gofio, cultura, trabajo y libertad”.
Laura Negrín, del colectivo Guanil y miembro de plataforma 20-A, ha alertado de “cómo el actual modelo turístico está afectando a la vivienda, a la sanidad, al transporte público, produciendo masificación y deteriorando el ecosistema”.
En una Isla donde cada vez se factura más en turismo y recibe más visitantes, los datos de pobreza son de los más altos del archipiélago. Negrín cree que el motivo en que “el dinero no se queda en Canarias”, y pone como ejemplo cómo hasta hace dos años en Costa Calma no había un instituto y los jóvenes se tenían que desplazar a otro municipio. “Y es que el dinero no se queda en Pájara cuando es uno de los municipios que más inyecta al Estado”.
En el manifiesto se ha hecho un diagnóstico de la situación y se han reclamado nueve puntos, algunos comunes a las reivindicaciones del resto de las Islas y otros específicos de Fuerteventura, como “el abandono inmediato de la investigación de tierras raras con fines mineros”, en referencia a las solicitudes de la constructora Satocan para perforar en los municipios de La Oliva, Puerto del Rosario y Pájara.
También se ha reclamado “un cambio urgente de modelo turístico que nos desplaza y nos condena a la pobreza”, la implantación de “una ecotasa para gestionar, proteger, mantener y desarrollar nuestros espacios naturales”, así como “una transición energética, responsable y justa en manos públicas al servicio de la población”.
“Canarias no se vende, se ama y se defiende”, “No es turismo, es colonialismo”, “Su negocio es nuestra miseria”, “Agua, agüita, Canarias está sequita”
Además, en el manifiesto leído por Ludi Sánchez, de la Coordinadora Montaña de Tindaya; Adelina Padrón, de EcoFem; y Vanesa Iglesias, de la Plataforma Alquileres Justos, se ha reivindicado la “conservación del suelo rústico, potenciando y fomentando la agricultura, ganadería y pesca para garantizar la soberanía alimentaria de la ciudadanía”.
En el plano turístico, los manifestantes han exigido “una moratoria turística y vacacional, y una regulación urgente de la compra de viviendas por personas no residentes con un uso especulativo”.
Asimismo, se ha reclamado “una garantía del acceso a la vivienda, al agua y a la energía como derechos fundamentales” de la población, y “una ordenación del territorio respetuosa con nuestro paisaje, con sus valores y con nuestras vidas, que nos permita proteger nuestro patrimonio y nuestra cultura”. Por último, se ha exigido “un estatuto de neutralidad que nos permita vivir en un territorio pacífico”.
Agua, minería y falta de planificación
En el manifiesto se ha recordado que hace 22 años la sociedad civil majorera ya se manifestó al grito de “Ni una cama más”. Sin embargo, dos décadas después consideran que Fuerteventura está en una situación crítica, con “cortes de agua, carreteras innecesarias, torretas y líneas de alta tensión, parques eólicos, granjas solares en cantidades excesivas y mal planificadas en manos de multinacionales que no benefician a la población, destrozando el paisaje majorero que tanto amamos”.
Además, denunciaron que la situación “se agrava con el empeño, en estos últimos meses, del Gobierno de Canarias en la búsqueda de tierras raras, que destrozarán zonas de máximo valor natural y geológico, y terrenos del mancomún de la Isla”.
Se ha reclamado “un cambio urgente de modelo turístico que nos desplaza y nos condena a la pobreza", una moratoria y la ecotasa
Otra asignatura pendiente, que ya fue motivo de una manifestación el pasado mes de octubre en Fuerteventura, es la “emergencia hídrica que nos ahoga”. “Mientras nuestras reservas de agua se desvanecen por el abandono de los sistemas tradicionales, se promociona un desarrollo descontrolado para piscinas turísticas y campos de golf”, denunciaron los manifestantes, al tiempo que se preguntaban “dónde están nuestros líderes cuando nuestra tierra se marchita y nuestros océanos se contaminan”.
“La biodiversidad de Fuerteventura está en peligro, sacrificada en nombre del progreso sin límites”, y “nuestros parajes naturales son testigos mudos del deterioro”, se denunció en el manifiesto, en el que se hizo hincapié en la necesidad de “implementar una ecotasa que revierta en la conservación de nuestros espacios naturales y genere empleo para las futuras generaciones”.
“Perjuicios y ninguna recompensa”
Pese a los datos de afluencia turística en los últimos tiempos, después de la crisis del Covid, los convocantes de la manifestación han puesto el foco en que “la población solo recibe perjuicios y ninguna recompensa”. Así, mientras “la agricultura languidece, nuestra economía sigue dependiendo del exterior”, el sistema educativo está “colapsado” y la sanidad desbordada. “La factura de la luz no deja de subir, aunque nuestros bolsillos estén cada vez más vacíos”, critican.
“Necesitamos un alto a esta vorágine, una planificación que tenga en cuenta nuestras necesidades, que integre y acoja con dignidad a la población migrante y dé respuesta a las necesidades de la tercera edad y a las personas con diversidad funcional, las cuales han sido ignoradas durante demasiado tiempo”, se afirma en el manifiesto, en el que se reclama “decidir juntos el futuro de Canarias”.
“Presión inmobiliaria”
Un punto central en el diagnóstico de la situación plasmada en el manifiesto es la situación de la vivienda, que “para la población local es casi una utopía”. “La presión inmobiliaria deja a miles de familias sin techo”, con precios “disparatados” y alquileres que “se llevan el salario mensual”. “A pesar de batir récords de ocupación año tras año, nuestras condiciones de vida no mejoran” y “casi el 40 por cieto de la población vive en la pobreza, con salarios que apenas les permite subsistir”, recalcan.
También se han criticado los “macroproyectos”, tanto vinculados con el sector turístico como con “infraestructuras energéticas, portuarias, viarias y turísticas sin control, agotando espacios y recursos naturales importantes para la vida y ocupando nuestro suelo rústico”. “Se utilizan las excusas de la energía renovable para seguir vendiendo nuestra tierra a intereses especulativos”, denunciaron. “Es hora de decir basta”.
Más imágenes
Comentarios
1 JUAN Sáb, 20/04/2024 - 19:15
2 Majorero Sáb, 20/04/2024 - 22:48
3 Durruti Sáb, 20/04/2024 - 23:05
4 Vecino de la Oliva Dom, 21/04/2024 - 00:52
5 Anonimo Dom, 21/04/2024 - 05:22
6 Majorero 2 Dom, 21/04/2024 - 10:23
7 Adrián Dom, 21/04/2024 - 11:35
8 Ignacio Dom, 21/04/2024 - 12:17
9 Mama mia Dom, 21/04/2024 - 12:25
10 RAFA Dom, 21/04/2024 - 12:50
11 Unodeaqui Lun, 22/04/2024 - 08:19
12 majorero Lun, 22/04/2024 - 08:26
13 Lanzarote Lun, 22/04/2024 - 09:48
14 Jesús Lun, 22/04/2024 - 13:13
15 Anónimo Lun, 22/04/2024 - 14:18
16 Pelayo Mar, 23/04/2024 - 22:30
17 edubasil Sáb, 14/09/2024 - 17:19
18 Ricardo Mar, 15/10/2024 - 01:26
Añadir nuevo comentario