Engaños con una cooperativa de viviendas ‘fantasma’
Un vecino de la capital fue víctima de una estafa para comprar una vivienda en una promoción inexistente
El precio medio de la vivienda en Fuerteventura se ha incrementado más de un 11 por ciento en apenas un año, según el estudio que elabora la sociedad de tasación Tinsa. La ausencia de nuevas promociones, el auge del alquiler vacacional y la falta de viviendas a precios asequibles son los ingredientes de un mercado que, en ocasiones, se convierte en caldo de cultivo para posibles engaños.
Es lo que aparentemente le ha sucedido a Manuel (nombre ficticio), que este pasado verano vio un anuncio en la Red que le llamó la atención: una cooperativa de viviendas cuyos promotores aseguraban que tenían un proyecto en Puerto del Rosario.
Para formar parte de la iniciativa y convertirse en socio sólo tenía que aportar su DNI. El gancho del anuncio era llamativo: los promotores de la cooperativa decían que no les importaban los ingresos del nuevo socio y que tampoco eran necesarios avalistas.
Manuel tiene empleo fijo y nómina, y vio en la cooperativa una forma de acceder a una vivienda en propiedad. El coste del inmueble, en un hipotético bloque de pisos, sería de 78.000 euros, la cuota de la hipoteca ascendería a unos asumibles 189 euros al mes durante 20 años y la cantidad hipotecada sería de 38.000 euros, mientras que los otros 40.000 euros se aportarían mediante subvenciones.
El afectado ingresó una cuota de 1.000 euros para inscribirse como socio de la supuesta cooperativa pero luego empezaron a ocurrir cosas extrañas
A Manuel le enviaron los estatutos de la supuesta cooperativa y una hoja para inscribirse. Para hacerlo, debía ingresar una cuota de 1.000 euros “una sola vez”. Lo hizo en una cuenta del BBVA que le facilitaron, pero luego empezaron a ocurrir cosas extrañas.
No le contestan a las llamadas ni a los correos electrónicos que le habían dado al principio, otra aparente empresa que hace de “intermediaria” le asegura que está “en la lista definitiva de socios” y le emplaza a una futura reunión presencial en Puerto del Rosario que finalmente nunca llega.
Gracias a la asociación de vecinos Los Hornos del Charco descubre que en el Ayuntamiento, al contrario de lo que le habían trasladado, no se ha presentado ningún proyecto ni petición de licencia en la zona en la que los supuestos promotores de la cooperativa le habían indicado, la urbanización Rosa Vila. Y constata que había sido víctima de un engaño.
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