El Tribunal Supremo (TS) ha hecho firme la condena a 8 años y medio de cárcel al patrón de una patera que naufragó cuando se desplazaba a Canarias el 10 de septiembre de 2023 provocando la muerte de 13 personas cerca de Fuerteventura.

Al procesado se le atribuye un delito contra los ciudadanos extranjeros por el que se le imponen cuatro años y medio de cárcel, y otros trece de homicidio por imprudencia grave que sumarían cuatro años más.

Según los hechos que se dan por probados, el acusado asumió la responsabilidad de patronear una embarcación neumática que zarpó de la localidad marroquí de Tan Tan con destino a Canarias transportando a 51 personas, entre ellas al menos dos menores de edad.

La embarcación, que carecía de medidas de seguridad y chalecos salvavidas para todos los ocupantes, colapsó a unas 42 millas de la costa de Fuerteventura, lo que provocó la caída de varios migrantes al mar y la muerte de 13 de ellos.

Los otros 39 fueron rescatados por Salvamento Marítimo y trasladados al muelle de Gran Tarajal.

La defensa del acusado ha venido alegando en las distintas instancias que no hay pruebas directas y sólidas que le incriminen, más allá de una serie de declaraciones de los viajeros quienes aseguran haberlo visto ejerciendo de patrón.

La respuesta del acusado que siempre ha sido rechazada es que este reconocimiento es imposible dado que durante el viaje llevó siempre un pasamontañas que ocultaba su rostro.

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) en su momento y ahora el TS basan su veredicto en las afirmaciones de dos testigos protegidos que identificaron al acusado como responsable de la embarcación sin ningún tipo de duda.

Los tribunales inciden en la precaria situación de la embarcación y la total falta de medidas de seguridad, lo que llevó a considerar al acusado responsable de la tragedia y fallecimiento de los 13 pasajeros, algunos de los cuales nunca llegaron a ser identificados. La sentencia señala que la embarcación neumática, de pequeñas dimensiones y sin ningún tipo de equipamiento de seguridad, era completamente inadecuada para una travesía de tal magnitud, poniendo en grave peligro la vida de todos los ocupantes, de lo que era consciente el condenado.