El grupo nacionalista canario llevará al Parlamento autonómico una propuesta para “expresar al Estado y al Ministerio de Defensa el rechazo y oposición a la realización de grandes maniobras militares en Fuerteventura, por las molestias y problemas que generan entre los vecinos y turistas, además de la incidencia que están teniendo en el entorno ambiental”.

Asimismo, solicita la creación de un grupo de trabajo, integrado por representantes de instituciones locales del Gobierno canario y ministeriales para estudiar el cierre definitivo del campo de tiro de Pájara y “especialmente suspender la proyectada ampliación del ámbito de influencia del mismo”.

También reclama que se inicie un proceso de revisión del Campamento Teniente Coronel Valenzuela para permitir el desarrollo del Plan Director del aeropuerto de Fuerteventura. La iniciativa se debatirá en el pleno del Parlamento de Canarias de la próxima semana, que arranca el martes.

CC recuerda que la Isla cuenta con alrededor de 45 millones de metros cuadrados destinados a instalaciones y terrenos militares y que “en el entorno rural inciden directamente sobre costumbres y usos tradicionales de los majoreros, e incluso sobre espacios naturales protegidos”.

Alude además en su propuesta a la comparativa publicada por Diario de Fuerteventura en relación al frente judicial abierto contra el Ministerio de Defensa tras la demanda interpuesta por el Cabildo majorero contra la nueva delimitación del Acuartelamiento Teniente Coronel Valenzuela, en la que se indicaba que la superficie ocupada por el campo de tiro de Pájara, con 42 millones de metros cuadrados y el resto de instalaciones militares, “es mayor que la de 39 de los 88 municipios de Canarias, es decir, el 45 por ciento de los municipios canarios”.

Asimismo, exponen que la actividad de este asentamiento militar ha ido en aumento en las últimas décadas, hasta el punto de acoger no sólo maniobras de tiro terrestre, sino también prácticas aéreas y hasta desembarcos navales en sus cercanías.

En cuanto al Campamento Valenzuela, recuerdan los nacionalistas que ocupa tres millones de metros cuadrados de la Isla desde finales de los 70 en el entorno del aeropuerto de Fuerteventura y de las localidades de El Matorral y Llanos de la Mareta y “cuya actividad no sólo ha ido en aumento, sino que además viene siendo objeto de una importante ampliación de su perímetro de seguridad” el cual se ha realizado “sin consulta ni diálogo con las instituciones locales y ha obligado a paralizar y modificar la planificación en materia de carreteras”.

“También ha incidido sobre el Plan Director del aeropuerto de Fuerteventura y sobre el propio Plan General de Ordenación Urbana de Puerto del Rosario. Tal ha sido la forma de proceder del Ministerio de Defensa en esa materia que las instituciones locales han tenido que recurrir a la vía judicial para frenar y reorientar esta ampliación”, recuerda.

Maniobras en Lobos

En su exposición de motivos, Coalición Canaria recoge también que estas maniobras y ejercicios “no sólo se han circunscrito” a los grandes recintos militares, sino que “se viene observando una mayor frecuencia” de los mismos en la costa, entornos de poblaciones y espacios naturales.

Coalición Canaria alerta de que “se ha llegado incluso a plantear el retorno de la actividad de maniobras al islote de Lobos, actualmente Parque Natural”. El impacto medioambiental de las mismas ha sido denunciado por ecologistas y ha contado con la oposición de población e instituciones. Durante décadas las instituciones de la Isla y colectivos sociales han venido denunciando las molestias que este tipo de actividades militares generan.

La última ocasión que se desató la polémica tuvo lugar con las maniobras ‘Gruflex’, el pasado mes de noviembre y “cuyos preparativos fueron desmentidos en septiembre”, recuerdan los nacionalistas, a pesar de que finalmente se llevaron a cabo. “Por lo tanto no se informó correctamente a la sociedad y a las instituciones majoreras, negando lo que luego fue una evidencia”, reprochan.

En la propuesta que se lleva al Parlamento canario, CC recuerda que “estos ejercicios planificaron actividades militares en varias playas de Fuerteventura, tanto en la costa de Barlovento como de Sotavento, y con cientos de soldados, además de un numeroso equipamiento de vehículos de guerra”.

“Han sido, probablemente las maniobras más importantes que se desarrollan en las costas de Fuerteventura desde comienzos de siglo. Concretamente desde las Neotapon de 2002, que generaron un fuerte impacto ambiental, y la repulsa social y científica internacional por la matanza de cetáceos que se realizó”.

Tras la misma se consiguió el compromiso verbal de que no volverían a realizarse este tipo de ejercicios navales y terrestres en las costas majoreras y la proliferación de estudios científicos ha puesto en valor la riqueza de la biodiversidad de Fuerteventura. En concreto, la Comisión Europea a través de la Red Natura 2000 ha considerado que “las costas orientales de Fuerteventura y Lanzarote constituyen un auténtico santuario marino para los cetáceos” con hasta 28 especies diferentes de zifios, rorcuales, cachalotes, orcas, delfines y calderones. “Un tercio de todas las especies de cetáceos del mundo se puede avistar en este espacio marino protegido”.

Coalición Canaria recuerda que en otras zonas del Estado las instalaciones militares han ido disminuyendo y pasando a un uso civil. Pero en la Isla esta evolución no ha ido en la misma línea que en otras partes. Fuerteventura se alza “a modo de bastión militar en una zona fronteriza”, asociada a la cercanía al continente africano.

Esta reactivación de los ejercicios militares contrasta con la actitud de las instituciones locales y la sociedad majorera, “que avanzan en la ordenación lógica y sostenible de las actividades sobre los espacios naturales y entornos poblacionales para reducir las molestias a los vecinos y la afecciones ambientales”, sustenta la exposición nacionalista.