La magistrada del Juzgado de primera instancia 1 e instrucción 2 de Puerto del Rosario, Margarita Rodríguiez, ha decidido el sobreseimiento provisional y archivo de la causa por la destrucción parcial de los Soles de Tejate. En un auto firmado el pasado 7 de febrero decide finalizar el procedimiento.

El 19 de enero, la Fiscalía había dado por concluida la instrucción y solicitado el pase a procedimiento abreviado para que continuara la causa contra tres investigados, Gonzalo María Tortajada, Juan Manuel Alberto y María del Carmen Piqueras, arquitecto del Ayuntamiento de La Oliva, aparejador municipal y letrada del departamento de disciplina urbanística de ese mismo ayuntamiento, respectivamente. Les acusaba de un posible delito contra la ordenación territorial por la emisión de informes contrarios a la normativa de ordenación territorial.

La causa ya se archivó de forma provisional en diciembre de 2017 porque no estaba acreditado “el conocimiento de los técnicos de la localización del yacimiento” y “que se le hubiese producido daño”. El Juzgado destaca ahora en su auto que se mantiene la misma argumentación de entonces porque no ha quedado desvirtuada por las diligencias que se practicaron después, sino que se refuerza dicho argumento.

La magistrada considera que “no se desprende la existencia de un ámbito específico de protección debido a la falta de normativa publicada, siendo las actividades ganaderas desarrolladas en el mismo, desde hace más de veinte años, compatibles con el planeamiento”.

El colectivo ecologista Agonane había denunciado la destrucción de al menos un setenta por ciento de uno de los soles por unos trabajos de extracción de escombros y piedras para el que el Ayuntamiento de La Oliva concedió licencia. El pasado mes de diciembre, y a propuesta de Votemos Fuerteventura, que propuso la iniciativa, el pleno de La Oliva aprobó que se inste al Cabildo a que inicie el expediente de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) de los Soles de Tejate, ubicados en el Malpaís de la Arena ya que se trata de unos geoglifos excepcionales para el mundo aborigen de Canarias y el Norte de África.

Su importancia radica en el hecho de que son únicos por que su diseño y trazado geométrico los distingue de otras construcciones similares en Canarias. Forman parte de un conjunto arqueológico situado al sur de Lajares, que abarca las zonas de Tejate y Tisajoire y contiene otras muchas estructuras de piedra pertenecientes a un poblado prehispánico, incluido en la Carta Arqueológica y registrado en el inventario de Patrimonio del PIOF.