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El catálogo de Patrimonio de Betancuria incluye 103 casas, el 45% en mal estado

El municipio se convierte en el primero de Fuerteventura en aprobar este documento de protección

Eloy Vera 0 COMENTARIOS 23/07/2024 - 07:29

Betancuria cuenta ya con su Catálogo de Bienes Patrimoniales Culturales y se convierte así en el primer municipio majorero en sacar adelante el documento. El texto blinda 103 inmuebles repartidos por los pagos de Betancuria, Valle de Santa Inés y Vega de Río Palmas de los que, alertan, el 45,63 por ciento se encuentran en mal estado y un 18,4 en muy mal estado.

La Ley de Patrimonio Cultural de Canarias, que entró en vigor en junio de 2019, daba un plazo de tres años a los ayuntamientos para la elaboración y aprobación de los catálogos municipales. En junio de 2022 todos los municipios de la Isla debían tener aprobado su catálogo. En el caso de Fuerteventura, la situación es dispar. Unos se encuentran avanzados y otros estancados desde hace años.

El texto, elaborado por el despacho de arquitectos de José Luis Gutiérrez Padrón y en el que han participado un equipo de especialistas en Arquitectura, Derecho, Geografía e Historia y Diseño Gráfico, inventaría los inmuebles, yacimientos arqueológicos, caminos tradicionales, bienes industriales y etnográficos del municipio.

En su Memoria justificativa, el equipo de expertos defiende el documento asegurando que con el catálogo se pretende frenar el deterioro del patrimonio arquitectónico y ambiental, regulando y fomentando las actuaciones públicas y privadas para la conservación y restauración; la catalogación de inmuebles y espacios de interés; la integración de los elementos catalogados en el contexto funcional del entorno donde se ubiquen estudiar y, a la vez, fomentar la conservación de las estructuras y tipologías de la arquitectura tradicional, mediante planes de ayudas específicas que propongan medidas de gestión y financiación que fomenten la rehabilitación frente la sustitución.

Uno de los inventarios que se añade al Catálogo de Bienes Patrimoniales y Culturales, encargado por la Concejalía de Cultura que dirige Enrique Cerdeña, es el de bienes arquitectónicos. En total, se enumeran 103 viviendas de las que 20 están en Betancuria, 34 en Valle de Santa Inés y 49 en Vega de Río Palmas.

Fuera se hallan los edificios civiles y religiosos del casco histórico de la antigua capital, que ya fueron protegidos tras la declaración del Plan Especial de Protección (PEP) de Betancuria, aprobado en 2010.

Los inmuebles que conforman el catálogo de bienes arquitectónicos se extraen del Inventario de Arquitectura Tradicional elaborado por el Cabildo de Fuerteventura en 2013. Ese inventario se compone de 145 inmuebles de los que se han seleccionado 103 para incluirse en el catálogo de Betancuria.

La mayoría de las viviendas presenta un estado “bastante deficiente”

La no incorporación de 32 inmuebles, indican en la Memoria del catálogo, se debe a causas como que el inmueble ha perdido los valores patrimoniales que motivaron su inclusión en el inventario o ha podido sufrir modificaciones sustanciales irreversibles desvirtuando su fisionomía histórica. También a que la edificación presenta añadidos o materiales que han descontextualizado su imagen o que se encuentren en un estado de deterioro avanzado de manera irreversible lo que implica una pérdida sustancial de la morfología original. Por último, también puede deberse a que haya sufrido obras de reformas que han eliminado los valores que motivaron su inclusión en el inventario.

No obstante, se ha realizado una ficha de justificación para cada uno de los inmuebles que no se catalogan.

Siglos XIX y XX

Las viviendas inventariadas responden, desde el punto de vista del lenguaje artístico y arquitectónico, a construcciones propias de la arquitectura tradicional majorera, edificadas, sobre todo, entre los siglos XIX y XX.

Sin embargo, el equipo de expertos redactor del catálogo, puntualiza que, en los núcleos de Vega de Río Palmas y Valle de Santa Inés, a primera vista, se observan edificios que cuentan con una arquitectura “de composición académica en cuanto a tipo de hueco, disposición de estos y ornamentación”. Sin embargo, un estudio más profundo indica “la falta de axiomas esenciales en sus composiciones, que son propias del lenguaje como es la simetría, la cadencia rítmica o un repertorio ornamental más desarrollado y rico en sus ornamentos”.

De los 103 bienes inventariados, 13 se hallan en buen estado, 15 se encuentran en una situación regular, 47 han sido diagnosticados como en mal estado, mientras que 19 de estas construcciones hacen saltar las alarmas por su muy mal estado de conservación. Por último, tres están en ruina parcial.

Estas cifran, según el equipo redactor del catálogo, indican que el patrimonio arquitectónico se encuentra en un estado de conservación material “bastante deficiente”. El paso del tiempo ha deteriorado las edificaciones, “siendo más intensivo en las cubiertas, al estar construidas con materia orgánica”.

La memoria del catálogo también apunta cómo hay numerosos tramos de los muros que se encuentran desmoronados en sus remates, mientras que las carpinterías han desaparecido, prácticamente, “en la mayoría de ellas”. Además, añaden, “muchos de sus interiores se encuentran igualmente deteriorados al no existir las cubiertas”.

Otra de las cuestiones a la que hace referencia el documento es al añadido de intervenciones en las construcciones en las que se introducen elementos discordantes y ajenos al lenguaje de la arquitectura tradicional rural. Entre ellos, se aprecian zócalos con tirolesa, revestimientos modernos, cableado eléctrico, cajas de contadores fuera del plano de fachada o materiales modernos en los remates de las cubiertas.

De las 103 edificaciones catalogadas, 71 se encuentran en desuso. Detrás se halla la despoblación que ha motivado la migración de sus habitantes a otros núcleos de la Isla, incluso, a otros lugares de Canarias a lo largo de las últimas décadas.

De las 103 edificaciones catalogadas, 71 se encuentran en desuso

Como novedad, el equipo redactor del catálogo destaca que se ha logrado permitir en el documento que el 30 por ciento de las viviendas inventariadas puedan ampliar la superficie construida por necesidades de habitabilidad, de acuerdo al decreto de habitabilidad 117/2006 de Canarias, hasta llegar a un tope máximo de 80 metros cuadrados.

De esta manera, explican los arquitectos del equipo, se produce un incentivo para los propietarios que, en ocasiones, prefieren que se vengan abajo antes de velar por su conservación al ver que no pueden hacerlas habitables.

El catálogo de Bienes Patrimoniales Culturales de Betancuria cuenta también con un inventario de yacimientos arqueológicos en el que se han recogido 56 registros; uno de bienes etnográficos con 49 elementos que pasan a incluirse en el catálogo municipal y un listado de bienes industriales con 86 elementos.

Además, se ha introducido un total de 25 caminos tradicionales que discurren por la geografía insular y que “desde tiempos inmemoriales han servido de arterias de conexión entre los distintos pagos y núcleos poblacionales”.

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