MEDIO AMBIENTE

Cuidar a las abejas, conservar la biodiversidad de las Islas

Un proyecto de la asociación Adacis evalúa el sector apícola en el Archipiélago frente a las amenazas del cambio climático, con las sequías y las olas de calor como grandes enemigas

Saúl García 0 COMENTARIOS 26/06/2025 - 07:15

La asociación Adacis trabaja en la conservación de la biodiversidad en Canarias, entre otras cuestiones en el diseño de planes de adaptación al cambio climático para territorios, sociedades y economías. En la elaboración de ese tipo de trabajos detectaron los problemas para el sector apícola y presentaron el proyecto Apiclimpact, que supone evaluar este sector frente a las amenazas del cambio climático y con el objetivo de fomentar la conservación de especies polinizadoras silvestres y de la biodiversidad terrestre.

El proyecto, aún en proceso, se realiza en cooperación con las siete Reservas de la Biosfera canarias, con el propio sector apícola, las dos universidades y diferentes administraciones públicas. La iniciativa fue aprobada en octubre de 2023 por la Consejería de Transición Ecológica y Energía del Gobierno de Canarias en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España y está financiada con fondos europeos.

Las principales amenazas para las abejas, con respecto al cambio climático, son las sequías, las olas de calor y todos los fenómenos que alteren los procesos de floración. Hay otras amenazas: los pesticidas o plaguicidas y la entrada de especies foráneas introducidas.

“En Canarias tenemos una floración que suele ser en primavera durante tres semanas y la abeja canaria está adaptada a ese ciclo y las alteraciones del clima y las lluvias en épocas que no se esperan pueden variarlo”, señala Letizia Campanale, coordinadora técnica del proyecto.

Lo que propone este proyecto, entre otras medidas, es una repoblación vegetal, en los espacios de los apiarios, de especies autóctonas “donde los apicultores indiquen que están teniendo problemas”. “Proponemos medidas para que se alteren lo menos posible los ciclos”, añade Letizia. La asociación también trabaja elaborando un manual para los apicultores que recoja toda una serie de medidas para que el sector apícola pueda adaptarse al cambio climático.

La diversidad biológica de abejas en Canarias es “extraordinaria a nivel mundial”

Hay especies exóticas invasoras, principalmente avispones asiáticos que se alimentan de abejas, que pueden llegar a las islas, a pesar de que en Lanzarote, Fuerteventura, La Palma y Gran Canaria está prohibida la importación de especies. En el proyecto se incluye la formación a personal de cuerpos de seguridad o aduanas, entre otros, para que sepan cómo actuar y tengan un protocolo preventivo o de respuesta temprana para evitar la difusión de estas especies.

Las abejas pueden importar enfermedades infecciosas difíciles de evitar si se permite su entrada en las islas. “El control es muy complejo”, señala Campanale, aunque resalta que el 98 por ciento de los apicultores canarios quiere trabajar con la abeja local, que es la que mejor se adapta al entorno natural y a las peculiares condiciones de las islas.

La abeja negra canaria es la única de las 130 especies que hay en las islas que elabora miel. El resto son especies silvestres y 50 de ellas son endémicas. La diversidad biológica de abejas en Canarias es “extraordinaria a nivel mundial”.

Más secas

La situación de las islas orientales, Lanzarote y Fuerteventura, es algo distinta porque son las islas más secas “y eso impacta en el número de apicultores y de explotaciones apícolas”, señala Letizia. En Lanzarote hay doce apicultores censados, especialmente en la zona Norte aunque repartidos por otras zonas y en Fuerteventura hay cinco, aunque en la práctica tan solo uno mantiene la actividad en Guisguey.

En las Islas, la producción de miel es principalmente de autoabastecimiento, pero “se está trabajando para reforzar el sector”. “Es un sector que se ha dejado abandonado durante muchísimos años, pero necesita apoyo y esa es una de las razones por las que no hay tanta producción”.

Extensiva

La apicultura que se ejerce en Canarias es extensiva, no intensiva. No tiene como finalidad la producción masiva, porque eso implicaría una alimentación artificial de las abejas. El sector apícola canario cuenta en la actualidad con 33.733 colmenas y unas 1.250 personas dedicadas a ella en todas las islas excepto La Graciosa.

En Fuerteventura hay cinco apicultores censados, aunque en la práctica tan solo uno mantiene la actividad en Guisguey

El proyecto tiene distintos ámbitos temáticos de trabajo: el científico, promoviendo una colaboración para trabajar contra las enfermedades infecciosas de las abejas; el ámbito normativo canario, para reforzar el sector de la agricultura en la normativa estatal e incluir la abeja negra canaria en el catálogo de especies ganaderas de España o el ámbito del sector apícola para promover el papel de la mujer, informar al sector de la agricultura de cuáles son los problemas reales que están viviendo.

Se ha llevado a cabo una ronda de talleres en todas las islas para hablar del proyecto y recabar la opinión del sector. “Lo que aconsejamos es que primero se asesoren con la administración de todo el proceso administrativo para poder estar inscritos en el registro y tener todos los papeles en orden. Es importante tener ese censo para saber cuánta gente se está dedicando al sector, y también recomendamos asesorarse con las asociaciones de apicultores”, señala Campanale, aunque no hay una asociación específica en Lanzarote ni en Fuerteventura, pero sí en Gran Canaria. 

El proyecto, concluye Campanale, tiene como eje principal la abeja, “pero es un proyecto destinado a la conservación de la biodiversidad canaria a través de la protección de los polinizadores”.

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