‘Lele’, más de tres décadas dedicadas al arbitraje en Fuerteventura
Miguel González sigue en activo con 58 años y es uno de los colegiados más veteranos del Archipiélago
Miguel González, más conocido como Lele, lleva toda una vida dedicada al arbitraje en la isla de Fuerteventura, y a sus 58 años de edad sigue disfrutando cada fin de semana de una de sus grandes pasiones. Tras más de 16 años en el mundo del fútbol sala, dio el salto al fútbol y en la actualidad es habitual verlo en los campos del sur de Fuerteventura dirigiendo partidos de la base.
Lele es un gran apasionado del fútbol sala y fue así como comenzó su trayectoria en el mundo del arbitraje. “Cuando tenía 24 años hice un curso de formación”, recuerda de sus comienzos en el año 1989, una época en la que era notoria la falta de colegiados en Fuerteventura. “Desde el miércoles al domingo podía pitar nueve partidos de fútbol sala, porque solo éramos dos árbitros en la Isla y eran muchos los equipos que estaban compitiendo en ese momento”.
Su buen hacer sobre la cancha de juego fue recompensado con diferentes ascensos, llegando a dirigir partidos de Tercera División, categoría en la que se enfrentaban equipos de la provincia de Las Palmas. Durante 16 años solo dirigió partidos de fútbol sala, viviendo uno de los momentos dulces de este deporte en la Isla.
“El fútbol sala comenzó a dar un bajón tremendo, desaparecieron equipos y, por edad, solo hacía de árbitro cronometrador en Tercera”, recuerda Lele. Fue el momento en el que se decidió a dar el salto al fútbol, convirtiéndose también en uno de los grandes referentes sobre el césped. “Con 40 años comencé a dirigir partidos de la base y también a realizar las funciones de árbitro asistente en la Regional Preferente y en la Primera Regional”, cuenta, aunque reconoce: “Prefiero el fútbol sala al fútbol”.
Toda una vida
A lo largo de los 34 años que lleva en el mundo del arbitraje ha vivido miles de historias en una cancha de fútbol sala y en un campo de fútbol. “Cuando comencé a pitar, los árbitros no estábamos nada protegidos y varias veces tuve que ir a juicio porque me habían picado las ruedas del coche e incluso una vez me tiraron huevos”, recuerda Miguel González de sus comienzos. “Esas cosas ya no se ven, hay mucha más seguridad”, asegura.
“Yo no saco tarjetas, a los niños los cojo de la mano y les explico”
El próximo mes de mayo cumplirá 59 años y, por ahora, no encuentra el momento de colgar el silbato para siempre. “Me encuentro muy bien, la gente me dice que no tengo esa edad y muchas veces le tengo que enseñar el carnet para que se lo crean”, bromea. “Me gustaría seguir hasta que el cuerpo aguante”, asegura Lele. “La finca y el arbitraje son los únicos dos hobbies que tengo”, destaca, mientras dice que quiere seguir disfrutando de ellos durante muchos años.
Lele se mantiene en forma para poder dirigir cada fin de semana tres o cuatro partidos de la base en el sur de la isla de Fuerteventura. “Todos los días camino por las tardes unos seis kilómetros, es la manera que tengo de mantenerme activo”, explica. “Trabajo de conserje en un centro de mayores y paso muchas horas sentado”.
A lo largo de su trayectoria en el mundo del arbitraje apenas ha tenido lesiones. “Las que he sufrido han sido musculares, y me he lesionado más en el fútbol haciendo de asistente que en el fútbol sala”, destaca Lele. “En el fútbol, los cambios de ritmo cuando estás en la línea de banda son mortales”, ironiza.
Pedagogía
Con más de treinta años en el mundo del arbitraje, Miguel González aplica su experiencia cada fin de semana. “Me encanta pitar a los niños e intento enseñarles todo lo que pueda”, comenta. “Yo no saco tarjetas, a los niños los cojo de la mano y les explico”, señala sobre su papel didáctico. Y lanza un mensaje para reflexionar, al considerar que “los padres son los peores, se ponen a gritar desde la grada creyendo que son entrenadores en lugar de animar y al final acaban volviendo loco al niño”.
“En la actualidad están saliendo muchos árbitros jóvenes, están bastante preparados y son nobles”, destaca Lele, quien aventura que tienen un gran futuro por delante. El principal consejo que le da a los árbitros que están comenzando es que “sean humildes” y explica que “en la actualidad tienen muchas facilidades, no como antes, y cada vez tienen una mayor preparación”.
Hasta que el cuerpo aguante, Miguel González, Lele, seguirá sobre los terrenos de juego dirigiendo partidos de la base. “Es muy fácil ver el fútbol desde la grada, pero hay que estar dentro de un terreno de juego para comprobar lo complicado que es pitar”, expone, y sentencia: “Si no hay árbitros, no hay fútbol”.
Comentarios
1 Un amigo Mar, 12/11/2024 - 09:13
Añadir nuevo comentario