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El turismo perjudica seriamente la salud de las especies más amenazadas

Huyendo de los turistas, la hubara choca contra los tendidos, el guirre abandona sus nidos, el chorlitejo se queda sin playas y hasta el guincho no encuentra un risco apartado

César-Javier Palacios 8 COMENTARIOS 17/09/2024 - 05:21

La masificación turística que sufre Canarias no solo está provocando una creciente turismofobia entre la población humana local. También la sufren, y de qué manera, sus frágiles espacios naturales pero, sobre todo, las especies animales más amenazadas, víctimas de molestias permanentes que las estresan, impiden comer bien, criar con tranquilidad y muchas veces, directamente, las mata. Huyendo de los turistas, la hubara canaria choca contra los tendidos eléctricos, el guirre abandona sus nidos, el chorlitejo patinegro se queda sin playas y hasta el guincho no encuentra un risco apartado donde establecer su territorio.

Son los efectos secundarios de un aumento espectacular en la llegada de visitantes a las Islas, que unido al vertiginoso crecimiento de la población local, junto con el desarrollo de las redes sociales y dispositivos móviles, que permiten llegar a lugares remotos en busca de la foto perfecta, están degradando a gran velocidad un patrimonio natural que durante miles de años se había acostumbrado a la, definitivamente ya perdida, tranquilidad del campo canario.

Contra las cuerdas

Una reciente investigación del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) ha concluido que la elevada presencia de turistas y vehículos en las zonas de Fuerteventura y Lanzarote, donde habita la hubara canaria (Chlamydotis undulata fuertaventurae) “es un factor decisivo en el aumento de la mortalidad de esta ave, endémica de las Islas orientales del Archipiélago y en grave peligro de extinción”. El estudio, publicado en la prestigiosa revista británica Biological Conservation, se basa en el análisis de los datos obtenidos a través de dispositivos GPS instalados en 51 ejemplares entre los años 2018 y 2022.

La hubara es una pequeña avutarda del desierto a la que no le gusta volar; prefiere caminar. Tan solo levanta el vuelo cuando se siente amenazada. Son vuelos lentos, algo torpes y a baja altura, que muchas veces pueden terminar en colisiones mortales con tendidos eléctricos y vehículos, las dos principales causas de mortalidad provocada por el ser humano, como reveló otro estudio publicado en enero de este año.

El confinamiento por culpa del Covid permitió comprobar hasta qué punto molestamos a las hubaras. “Durante el cierre temporal al turismo que impuso la pandemia en 2020, observamos que las hubaras redujeron la frecuencia de sus vuelos en un 76 por ciento. En ese periodo también circularon muchos menos vehículos por la Isla, lo que explica que registrásemos menos muertes de estas aves por colisión con tendidos eléctricos y telefónicos y menos atropellos en carretera”, explica Inmaculada Abril-Colón, investigadora del MNCN.

De las 51 hubaras estudiadas, dos murieron por colisión con tendidos y cuatro fueron atropelladas. Tan solo una falleció al final del confinamiento parcial, en mayo de 2021; las demás se registraron en época de máximos turísticos.

“El estudio muestra claramente que el turismo masivo puede tener consecuencias negativas sobre la fauna, provocando molestias e incluso muertes de especies amenazadas como la hubara canaria”, apunta el investigador del MNCN Juan Carlos Alonso, director del Proyecto Hubara y coautor del estudio.

Guirre adulto comiendo una carroña. Foto EBD CSIC.

El guirre también sufre

El guirre o alimoche canario (Neophron percnopterus majorensis) es el único buitre canario y su ave de mayor envergadura, una especie endémica exclusiva de Fuerteventura, Lanzarote y Alegranza. Gracias a importantes esfuerzos de investigación y conservación, la especie está saliendo de los números rojos. En 2021, última estadística conocida, habría en Fuerteventura 81 territorios reproductores, que unidos a los nueve de Lanzarote suman 90 áreas de cría, más de 400 ejemplares entre adultos y jóvenes. Pueden parecer muchos, pero no son suficientes. La especie está catalogada internacionalmente como en peligro crítico de extinción.

Se baraja que turistas y vehículos son un “factor” de mortalidad

Asegura una vieja leyenda canaria que la rapaz tiene la increíble capacidad de saber con exactitud cuándo va a morir. Y que, en ese momento, comienza a volar en círculo, cada vez más alto, hasta disolverse en el sol. “Por eso nunca se ha visto un guirre muerto”, aseguraba hace años Agapito González, sabio vecino de Tefía.

Eso sería antes, porque desde que en 1998 se comenzó a estudiar la especie, no han dejado de localizarse guirres muertos, una veces envenenados, pero la mayoría electrocutados o golpeados contra los tendidos eléctricos. Al igual que les ocurre a las hubaras canarias, estos buitres pasan más tiempo en el suelo que posados en zonas altas. El aumento de gente en el campo les obliga a levantar el vuelo alarmados y a buscar el refugio de torretas donde pasan la noche, pero muchas veces encuentran accidentalmente la muerte. Hasta 11 muertos en 2005, cifra que se ha reducido a niveles mínimos gracias a los aislamientos y salvapájaros que Red Eléctrica de España ha instalado en los principales tendidos de ambas Islas.

Para estudiar con exactitud las molestias que sufren los guirres por culpa del turismo, entre 2019 y 2022 se desarrolló un minucioso estudio de seguimiento en 11 territorios majoreros, dentro de un proyecto LIFE europeo desarrollado en Canarias. En total se detectaron más de 1.200 horas de molestias, de las que un 29 por ciento fueron provocadas por senderistas, un 21,4 por ciento por coches y motos, un 19,65 por ciento por ciclistas y un 10 por ciento por personas paseando a sus perros. La principal consecuencia fue el abandono temporal del nido, que dejaba indefenso el pollo o huevo ante posibles depredadores.

Otro problema de que haya tanta gente en el campo son las molestias que sufre a la hora de alimentarse. El guirre es una especie muy asustadiza, capaz de esperar horas, y hasta días, antes de bajar a comer una carroña. En el suelo se siente muy vulnerable, y saldrá volando si descubre a alguna persona cerca, aunque sea a decenas de metros de distancia. Espantado por el turista o el local, se alimenta poco y mal, con mucho estrés, lo que a la larga perjudica su salud.

Chorlitejo patinegro. Foto: SEO BirdLife.

Sin playas tranquilas

El chorlitejo patinegro, también conocido en Canarias como frailecillo blanco o pollito de mar, es una pequeña ave limícola que vive en la costa, alimentándose de los pequeños animalitos que encuentra a orillas del mar. Es habitual verlo correr veloz en pequeños grupos junto a las olas, esquivando las espumas. Cría principalmente en las playas de Fuerteventura y Lanzarote. O mejor dicho, criaba. Porque sus lugares de nidificación son ahora el bien más preciado del turismo, una actividad que ocupa lo que durante cientos de miles de años fueron arenas y dunas solitarias. Incapaz de acostumbrarse al trajín playero, tampoco nosotros somos capaces de detectar unos nidos casi invisibles, apenas una depresión donde incuba unos huevos diminutos que parecen de arena, siendo fácil pisarlos sin querer.

“Se han sacrificado zonas de alto valor ambiental para construir”

Necesitado de playas vírgenes, sin gente ni perros que los espanten, resulta sencillo entender por qué sus poblaciones se han desplomado en Canarias. En Lanzarote, el ornitólogo Gustavo Tejera calcula que apenas quedarán entre 55 y 76 parejas. Incluso han desaparecido de la playa de Famara, donde hasta no hace mucho era una especie abundante. En la turística Fuerteventura, la situación no está mucho mejor.

¿Son tan molestos?

Para los científicos del CSIC que estudian la hubara canaria, no hay duda. En su reciente trabajo señalan cómo, a pesar de que las perturbaciones humanas pueden ser causadas tanto por turistas como por residentes, la influencia de la población local (156.112 habitantes en Lanzarote y 120.021 en Fuerteventura) es relativamente pequeña en comparación con la de turistas (respectivamente, 2.816.231 y 2.057.495 en 2022, según datos del Gobierno de Canarias). También confirma que durante el confinamiento por el Covid, pese a que las labores agrícolas o ganaderas no se vieron restringidas, no se registró el habitual impacto negativo asociado a la actividad turística elevada.

El CSIC recomienda zonas recreativas acotadas al aire libre

Sin embargo, otros expertos defienden lo contrario. Como Juanjo Ramos, naturalista de Birding Canarias, para quien el problema no sería solo el ocasionado por las molestias directas a las aves, que sin duda existen y afectan negativamente a su conservación, sino principalmente a la destrucción directa del hábitat. “Se han sacrificado zonas de alto valor ambiental para construir complejos turísticos”, critica. Y lo explica así: “Gran parte de las molestias no las genera el turismo, sino la población local. Ahora parece que hay una satanización de todo lo relacionado con el modelo turístico, pero al que yo veo corriendo con un perro por el campo es de aquí, el que tiene un quad o una moto es de aquí, el que lleva a los grupos de turistas con quads, está viviendo aquí. Hay que pensar en un cambio del modelo turístico, pero también en la manera que tenemos de relacionarnos con el entorno donde vivimos”.

Para evitar los efectos del turismo en la fauna local, los científicos del CSIC recomiendan establecer zonas acotadas para actividades recreativas al aire libre, además de restringir el acceso a determinados lugares con altas densidades de hubaras y otras aves amenazadas. Juanjo Ramos, buen conocedor de la realidad canaria, es más realista, pero al mismo tiempo más crítico. “Las herramientas y las soluciones ya se conocen”, defiende. “Se basan en hacer cumplir toda esa normativa ambiental que nadie cumple. Porque luego no hay informadores ni educadores, no hay suficientes agentes de medio ambiente que cuiden nuestros entornos naturales. Y también habrá que sancionar, algo que no se está haciendo”.

Comentarios

Lo qué más me gusta es lo que dice Juanjo Ramos, hay que sancionar al de aquí por qué sale a correr al campo con el perro. Acabaramos. El turismo no deja de crecer, eso trae aparejado el aumento de población para atender los negocios turísticos, y más población conlleva más molestias. Es un circulo vicioso, o Juanjo no se da cuenta del asunto. Vamos que la gente no viene a Fuerteventura a trabajar atraída por la zafra del tomate. La población no puede crecer de forma desmedida con la natalidad, por lo tanto, lo que pasa es un efecto del crecimiento desmedido e incontrolado del turismo y de las malas políticas. Y aquí vamos con el asunto, la población oriunda de Fuerteventura quiere vivir de poner en valor sus propiedades, y es legítimo, luego los políticos quieren vivir del dinero de los impuestos, más licencias, más población, más impuestos por las licencias, IBIU, IVTM, BADOM, etc..., así que aquí tenemos otro circulo vicioso. Así que todo se va a la mierda?, no, simplemente cambia, en mi opinión para menos bien, vivimos con más cosas, pero la increíble tranquilidad de la isla, que nos hizo famosos se terminó.
Por esas, no pararan de venir, nunca!
Decir que la situacion del chorlitejo patinegro en fuerteventura no es buena es faltar a la verdad descaradamente. Simplemente basta con dar un paseo por la playa del Mal Nombre o Los Canarios antes de que los cientos de campistas salgan de sus chavolas para ver la cantidad de ellos que hay
Quien le paga a ese ornitologo. Ese vive bien seguro vive de los pajarracos seguro, pero miles de majoreros del turismo. Aquí no hay pajaritos para vivir todos
Les da igual todo quieren todo asfaltado lleno de basura como gran canaria , engañan una vez al turista no más. Con publicidad engañosa del entorno colo gran canaria paraíso lleno de basura y muy sucios. Es lo que quieren romper la galllina de los huevos de oro.
Que poco va a quedar de Canarias en unos años, vergüenza de políticos esas personas que supuestamente nos representan.... solo representan sus bolsillos que triste.
EL TURISMO???? DE VERDAD HÁGASELO MIRAR, POR FAVOR,LA INCOMPETENCIA POLÍTICA DE ÉSTOS POLITICUCHOS ES LO QUE HACE QUE NUESTRA FLORA Y FAUNA SE VAYAN AL CARAJO
Y estos animales no perjudican a la agricultura, yo tengo una pequeña finca con unas parras y no consigo comerme ni un racimo, manten la naturaleza para esto

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