La imagen de San Diego, una talla fechada en el siglo XVII, ha regresado al pueblo de Betancuria después de permanecer 42 años en paradero desconocido. La imagen fue robada de la ermita de San Diego en 1981 y, décadas después, fue localizada en una galería de arte de Tenerife.

El 24 de noviembre de 1981 el periódico El Eco de Canarias informaba de la desaparición del conocido como ‘Santo del Agua’ del pequeño retablo ubicado en la cuevita que se encuentra en el interior de la ermita y donde, según la tradición, rezaba el monje durante el tiempo que estuvo de guardián del convento franciscano de San Buenaventura en el siglo XV.

El revuelo y el desconcierto se adueñaron de las calles de Betancuria. La prensa estuvo durante días informando del suceso, los rumores y las hipótesis fueron creciendo y desde la Guardia Civil y Policía Nacional abrieron dirigencias en busca de la talla.

El día a día fue olvidando el suceso y la desaparición del San Diego se convirtió en una anécdota más de los vecinos dispuestos a contarlo a todo aquel que se interesase por la talla.

“La pieza fue robada en 1981 por una persona que casualmente había invitado yo a Betancuria”, contaba el coleccionista de arte Antonio P. Martin a Diario de Fuerteventura en diciembre del año pasado.

Martin explicaba en el reportaje que había invitado a una pareja a quedarse en una de las propiedades que tenía su familia en Betancuria. A finales de 1983, la pareja se separó y fue cuando la mujer le llamó para decirle que “el marido era el que se había llevado esa pieza. Yo había tenido mis sospechas porque él tenía una colección de figuras religiosas”,

El suceso siguió rondando la cabeza del coleccionista hasta que hace unos años cayó en sus manos un libro editado por el Cabildo de Tenerife sobre la colección de una galería de arte de Tenerife. Al pasar las páginas se encontró con la sorpresa de que San Diego aparecía en el inventario.

Tras intentar recuperarla varis veces, pudo adquirirla a través de un  intermediario. En febrero de 2021 se materializó la compra y la donó a la Diócesis de Canarias con la intención de que la imagen volviera a Betancuria y así ha sido. Finalmente, la talla de San Diego ha regresado a Betancuria y ya se puede apreciar en la iglesia de Santa María de Betancuria.

La imagen representa a San Diego de Alcalá en actitud orante y ataviado con el hábito y el cordón franciscano y es, en palabras la catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, María de los Reyes Hernández Socorro, una talla del siglo XVII “muy valiosa”. Cuando fue localizada, se encontraba en mal estado de conservación por lo que tuvo que ser restaurada por la especialista en restauración Amparo Caballero.