La llegada del béisbol a la isla de Fuerteventura se remonta al año 2004, de la mano de los hijos de emigrantes retornados de diferentes países de Latinoamérica como Cuba, Venezuela o República Dominicana. Son países donde este deporte es muy practicado y que trajeron a la Maxorata para jugar amistosos que se disputaban en las explanadas del Francisco Melián. Aquella semilla deportiva dio lugar a una liga con cuatro equipos y, dos décadas después, se ha reconvertido al pasar al sóftbal y contará con seis equipos, 150 jugadores y un campo adaptado por los propios jugadores tras años de persistencia.

Miguel Luna es el presidente de Petroleros, uno de los primeros equipos que se fundó en la Isla. En la actualidad, forma parte también de la directiva de la Liga y aún recuerda a los participantes de la primera competición organizada en Fuerteventura: “Se empezó con cuatro equipos, que eran Caimán Verde, Petroleros, Indomables e Internacionales de Puerto. Se realizaron exhibiciones en el estadio de Los Pozos y, de la mano de la entonces concejala de Deportes, Lidia Pérez, realizamos la primera liga oficial de béisbol, donde Petroleros salió campeón”. Poco después llegaron a jugar equipos de La Palma, Lanzarote o Gran Canaria y “la selección majorera visitó otras Islas, haciendo muy buen papel”, explica.

Miguel recuerda que la implantación de este deporte iba por “muy buen camino”, hasta que les prometieron unas instalaciones que nunca llegaron. “Jugamos en diferentes terrenos municipales, como en Casillas del Ángel, el Francisco Melián o el campo de lucha de Tetir”, rememora. Sin embargo, los escasos apoyos y la crisis económica forzó a muchos jugadores a buscar trabajo fuera de la Isla. Aquello hizo que disminuyera “la ilusión” y que fuera realmente “difícil” motivar a los pocos jugadores que quedaban. Tocaba volver a empezar prácticamente desde cero y, junto con algunos jugadores del sur de Fuerteventura, se mantuvo la práctica del béisbol en la Maxorata, enfrentándose en los terrenos que se encontraran disponibles. Hasta que llegó el Covid, que paralizó el mundo.

A principios de 2022, cuando se logra controlar la pandemia y se recupera la economía, muchos jugadores habían regresado a la Isla y se pudo retomar la competición. Fue en este momento cuando, debido a la gran cantidad de jugadores veteranos que había, se decidió cambiar de modalidad y se empezó a jugar al sóftbal, similar al béisbol, pero en un campo más reducido, con pelota más grande y 10 jugadores.

Este año se disputó la primera Liga Insular de Fuerteventura, donde participaron cinco equipos: Petroleros del Puerto, Caimán Verde, Indomables, Leones del Sur y The Goats. Una competición que contó con el apoyo del Ayuntamiento de Puerto del Rosario que cedió el campo de La Matilla, que se ha convertido en el centro neurálgico del deporte en la Isla.

Los clubes majoreros no se encuentran federados, pero sí están inscritos como entidades deportivas y son ellos mismos los encargados de organizar la competición. Llevan a cabo un sistema de representación, de manera que dos miembros de cada equipo conforman la directiva de la liga. Al ser clubes deportivos pueden optar a subvenciones, aunque de menor importe que si estuvieran federados.

Los propios jugadores han adaptado por completo el campo de La Matilla

Los propios jugadores han adaptado “totalmente” el campo de La Matilla, mientras que el Ayuntamiento ha acondicionado el baño y ha puesto una malla de cuatro metros de alto para que la bola “no se vaya hacia la carretera”. Por ahora, entre los seis equipos en activo, Miguel estima que hay un total de 150 jugadores y, además, con un perfil muy claro: hijos de emigrantes retornados, aunque el presidente de Petroleros insiste en que puede jugar “cualquier persona que se acerque”. “Por ejemplo, hay varios jugadores que participan en la lucha canaria. Llegaron un día a ver y se han incorporado”, explica.

La mayoría son jugadores procedentes de Venezuela y Cuba, con un rango de edad amplio, entre los 14 y los 62 años, un margen que se debe a la poca exigencia física del deporte. “El juego consiste en hacer una carrera, la distancia son 14 metros desde el home, donde se batea, a la primera base, y hay cuatro bases. Si bateas corres, si no, no, porque te eliminan”, explica sobre el desarrollo del partido. Por este motivo, Miguel señala que, “cualquier persona, con un poco de noción, puede participar” en sóftbal sin la necesidad de tener “un cuerpo atlético ni nada por el estilo”.

Federarse

El futuro del sóftbal en Fuerteventura pasa por federarse, pues supondría “un paso más” en cuanto a las posibilidades de lograr ingresos. Para ello, cada jugador tendría que pagar su seguro médico, mientras que, en la actualidad, al ser entidad deportiva, no es necesario. “Son unos 70 euros cada seguro médico, más la inscripción de cada jugador. Por ahora lo tenemos en pausa aunque queremos hacer la liga más fuerte, que empezamos tres equipos y ya somos siete”, explica Luna.

De hecho, el contacto con la Federación Canaria es continuo e incluso uno de los equipos de Fuerteventura, que tiene posibilidades económicas, ha participado recientemente en un torneo de Gran Canaria. “Tenemos muy buena relación con todas las Islas, estamos en contacto con sus equipos y nos ofrecen la posibilidad para ir a jugar siempre, pero no tenemos los recursos para ir”, explica Luna.

Por ahora, ante las dificultades económicas que atraviesa este joven deporte en la Isla, la Liga se disputa los domingos en el campo de La Matilla mientras que los equipos se buscan espacios donde entrenar entre semana. Es el caso de Los Chamos de La Oliva, que ha logrado el campo municipal de Corralejo dos veces en semana o el equipo The Goats, al que le han dejado el de La Oliva.

Sin embargo, en Puerto del Rosario no cuentan con un espacio propio donde practicar, por lo que tienen que “buscarse la vida” en otras zonas ante un inminente inicio de liga.

El arranque de esta nueva edición de competición doméstica tendrá lugar el 14 de enero y se enfrentarán Petroleros, Los Chamos de La Oliva, The Goats, Caribeños de Puerto, Caimán Verde e Indomables.

Una semana antes, y como antesala de la competición, los mejores jugadores de cada equipo unen fuerzas para celebrar un “juego de las estrellas” y reunir así, como todos los domingos de la competición, a jugadores y familias para compartir un día de competición de un deporte que cumple dos décadas de actividad en Fuerteventura.