Los cortes de agua en la zona sur ahogan la agricultura de Fuerteventura
Los profesionales del sector, obligados a arrancar parte de los cultivos, sobreviven gracias a las cubas
Hace dos meses, Viola Sarelini arrancó 600 papayeros. En unos días, tendrá que cortar 100 más. Ha optado por sacrificar las papayas para poder regar otros productos que demandan menos agua. Es la otra cara de los cortes de agua que a diario azotan Fuerteventura, una situación que tiene en el alambre la subsistencia de la agricultura en la zona sur de la Isla. Fuerteventura es la isla con más terreno cultivable. De las 9.037,89 hectáreas solo 1.092,32 están cultivadas, según datos del Mapa de Cultivo de Fuerteventura, pero falta agua. La revolución tecnológica del siglo XXI no ha sido capaz de frenar los cortes de agua en una Isla con unas instalaciones caducas y un sistema de hace 40 años para una población de 40.000 personas cuando en la Isla la población supera ya los 122.000. La imagen de fregaderos por los que no sale una gota de agua se viraliza, mientras las mangueras que riegan el campo majorero agonizan.
Viola y su pareja, Valentino Cassani, llevan años al frente de una finca, AgroViva, en el Tarajal de Sancho, en el Valle de la Lajita. Trabajan los 365 días del año para producir un producto que dan salida en una frutería que ellos mismos han montado en Morro Jable, en el mercadillo de La Lajita los domingos y desde hace un tiempo en un punto de venta directo a pie de calle, en Tarajal de Sancho. “Los cortes de agua nos están matando”, resume la mujer a la pregunta de cómo les está afectando la falta de suministro que, sobre todo, se ceba con la zona sur de la Isla.
El pasado 1 de mayo, Día del Trabajador, Viola lo celebró trabajando. Mientras saca adelante la tarea diaria, explica que han tenido que volver a calcular el plan anual de cultivo. “Estábamos produciendo unas 60.000 o 70.000 lechugas al mes y, en estos momentos, tenemos apenas unas 12.000. Alrededor de unas 50.000 lechugas menos al mes. Hemos tenido que cambiar el cultivo porque no hay agua para mantenerlo activo”, cuenta. “Ahora estamos plantando frutas y verduras que tienen un marco de presentación mucho más amplio y gastamos menos agua. Hemos tenido que cambiar, completamente, la forma de trabajar por el problema del agua”, asegura.
Los cortes de agua también se han llevado por delante los acuerdos que tenían con las cadenas hoteleras. “Los clientes importantes, que gastan miles de lechugas a la semana, ya no pueden contar con nosotros. Se buscan otros proveedores”, lamenta. Y añade: “Es un daño fuerte. No se habla de un mes, sino de años de trabajo para fidelizar a un cliente y, al final, se va. Y no por nuestra culpa, sino por algo que no podemos gestionar nosotros”.
El bolsillo de la empresa también se ha resentido en los últimos meses. La respuesta a semanas enteras sin agua -Tarajal de Sancho ha estado hasta 15 días sin suministro- se traduce en el pago de cubas. Al mes, gastan unos 2.000 euros en agua, de los que unos 700 se destinan a pagar cubas. “Al día, gastamos entre 70.000 y 80.000 litros de agua. Las cubas nos traen unos 30.000 litros”, explica. Con eso van tirando junto con lo que sale del contador. “Cuando sale agua, la aprovechamos”, dice resignada.
Alexis Nuez también ha perdido la cuenta de cuántas cubas ha contratado. “He podido recibir hasta cuatro a la semana por los cortes de agua de los últimos meses”, calcula. Alexis es técnico en explotaciones agrarias intensivas y agricultor. El Consorcio de Abastecimiento de Aguas a Fuerteventura (CAAF) tiene una tarifa para agricultores de 50 céntimos por metro cúbico consumido. En los últimos tiempos, se ha incrementado a 21.000 metros cúbicos al año por contador. El Cabildo ofrece una ayuda al agua agrícola en función de los cultivos y la superficie cultivada. Dependiendo del cultivo y la época del año, varían los metros cúbicos de agua otorgados al cultivo.
Alexis Nuez ha tenido que recurrir a cubas para mantener algo de su producción
Alexis necesita unos 18.000 metros cúbicos al día para estar a un 90 por ciento de producción. La cuba le trae unos 10.000 litros cada dos días. “Estoy trabajando a un 40 por ciento de lo que puedo producir. Eso supone que me dé para pagar gastos y no mucho más”, lamenta.
Las pérdidas en la finca llevan meses floreciendo. “Vendía 200 lechugas semanales y ahora he tenido que plantar un 40 por ciento de lo que estaba sembrado, unas 80 lechugas a la semana”, apunta. Económicamente se traduce en que, “prácticamente, estoy trabajando para pagar los gastos”.
La electricidad, el agua y alguna reforma se llevan el dinero que Alexis saca de su finca. “El problema del agua es endémico. Se ha venido a acrecentar en los últimos meses, pero llevamos desde octubre del año pasado con problemas”, responde, mientras explica cómo la falta de agua se ha llevado también por delante unas 2.000 plantas de fresas y parte de la producción de espárragos. Tenía unos 800 y se quedaron a la mitad. “Se plantaron y no se les dio el agua suficiente porque había que repartir para todos los productos. He perdido la mitad de lo que podía estar ganando”, lamenta.
Solución: desaladoras
La solución para Alexis y Viola son las desaladoras. “Vivimos en medio de un océano. Hay que montar desaladoras privadas o públicas”, sostiene la mujer. En su caso, ha solicitado una desaladora, pero “por una línea de rechazo no la tenemos. Entonces, no podemos pensar en montar una desaladora cuando puedo comprarla y solucionar el problema yo misma”, lamenta. Desde la otra finca, la de Alexis Nuez, también se insiste en que hacen falta más desaladoras y “diversificar la producción de agua. Una desaladora iría para uso público, industrial, y otra sería agrícola”, explica.
Hace unas semanas, el pleno del Cabildo majorero se ponía de acuerdo para sacar adelante el Proyecto de Modernización y Mejora del Regadío, previsto para el sur de la Isla y declarado de interés general. El plan de regadío contempla la construcción de una desaladora con planta fotovoltaica en Gran Tarajal, un depósito de 4.071,60 metros cúbicos en Mazacote y una balsa semi excavada en el terreno en Tesejerague, así como las tuberías de impulsión correspondientes y “un sistema de telecontrol para garantizar el funcionamiento de todo el ciclo desde que el agua se desala en Gran Tarajal hasta que llega a las fincas”.
El proyecto cuenta con una financiación de 13,2 millones de euros, de los que el Consorcio de Abastecimiento de Aguas a Fuerteventura (CAAF), mediante convenio con la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA), aporta 132.000 euros. Desde el Cabildo consideran que con este proyecto se espera mejorar a medio plazo el caudal de agua destinado a las zonas de cultivo en los municipios de Tuineje y Pájara, aunque para que esté terminado habrá que esperar, al menos, hasta finales de 2026.
“Si tengo que esperar a 2026 para volver a estar al cien por cien de producción no sé si llegaremos. Y como yo muchos agricultores que, a día de hoy, están arrancando cultivos y prefieren no plantar a invertir su dinero y perderlo”, sentencia Viola, aunque ella se niega a tirar la toalla. “Son sólo palabras de los políticos”, sostiene. Y explica: “Los terrenos por donde tienen que pasar las tuberías de la desaladora no son propiedad del Cabildo y no se sabe cómo podrán acceder a montar la tubería. Lo que están contando es un proyecto que está en el aire porque ni los permisos están firmados”.
“Producíamos unas 70.000 lechugas al mes y ahora apenas 12.000”
El presidente de la Agrupación Agrícola Parcial de Fuerteventura, Leocadio Araya Sánchez, pedía en abril de 2021 “medidas compensatorias” por parte del Estado, al ser Fuerteventura “el lugar más seco del Estado español en los últimos tres años”. No se imaginaba que lo peor estaba aún por llegar. Este agricultor vive también con el peso a sus espaldas de los cortes de agua. Más del 90 por ciento de la floración de sus mangos la ha perdido. “Lo mismo ocurre con los aguacates y la pitanga”, sostiene. “Fuerteventura es pobre en agua. Es una isla árida y con poca lluvia”, reconoce.
Sin embargo, se queja de que las escasas precipitaciones no se aprovechen. “No se recoge en las gavias y es así porque no quieren poner caños en los barrancos. Venimos reclamando que las gavias tengan cogida de agua. Este año hemos visto cómo la lluvia llegó al mar por los barrancos, mientras las gavias seguían secas”, critica.
Araya tira de un informe firmado por el ingeniero Carlos Soler. El que fuera jefe de Planificación, Estudios e Hidrología en la Dirección General de Aguas del Gobierno de Canarias y descubridor del manantial de la Fuente Santa, en La Palma, y del acuífero de Timanfaya, en Lanzarote, sostiene que bajo el malpaís de Pozo Negro se esconde un gran acuífero, cuya agua podría ser extraída y aprovechada.
Sobre el posible uso que se pudiera dar al agua para el sector primario, el ingeniero señala en su informe que “aún en el caso de que estas aguas que se capten superen los límites tolerables para un riego de la mayoría de las plantaciones, cabe la solución de la mezcla con aguas desaladas”. “Haciendo este juego de mezclas se obtiene abaratar el precio del agua desalada a la mitad o a dos tercios de la desalada, a la vez que, incluso, se podría reducir más el precio al ahorrar el tratamiento terciario de la desaladora”, añade.
No obstante, el Plan Hidrológico de Fuerteventura limita extraer recursos subterráneos de las masas de agua existentes en el subsuelo de Fuerteventura. “Se debe cambiar la Ley y echar mano de ese agua”, sostiene el presidente de la Agrupación Agrícola Parcial de Fuerteventura. Explica cómo este año ha llovido y el agua está desaguando por Pozo Negro y el palmeral de Gran Tarajal. “Ese agua se va al mar”, insiste, y recuerda que “hay pozos en la orilla del malpey en los que nunca se ha visto el fondo”.
“¿Por qué el Cabildo no negocia con los propietarios de esos pozos y coge ese agua y la aprovecha para la agricultura en la zona centro sur? Son soluciones”, reflexiona. “Parece que sólo quieren que sigamos dependiendo del negocio del petróleo y de las desaladoras. Estoy de acuerdo en que se hagan desaladoras, pero se debe buscar una mínima alternativa”, concluye.
Imágenes
Comentarios
1 majorero Lun, 15/05/2023 - 08:47
2 Majorero Lun, 15/05/2023 - 10:47
3 Anónimo Lun, 15/05/2023 - 12:21
4 Majorero inquieto Lun, 15/05/2023 - 14:45
5 Anónimo Lun, 15/05/2023 - 15:46
6 Tierra Lun, 15/05/2023 - 15:46
7 Majorero Lun, 15/05/2023 - 17:21
8 Majorero Lun, 15/05/2023 - 17:25
9 Anonimo Lun, 15/05/2023 - 18:09
10 Anónimo Mar, 16/05/2023 - 02:42
11 Anónimo Mar, 16/05/2023 - 07:48
Añadir nuevo comentario