Hace más de 30 años, los fuertes vientos de tierra y la perfección del ángulo eólico con la línea costera convirtieron a las playas de Jandía, en Fuerteventura, en el mejor ‘spot’ del mundo para las competiciones del windsurf de velocidad, una modalidad de navegación que tiene cada vez más adeptos.

Björn Dunkerbeck y otros grandes nombres de esta modalidad tomarán parte de una nueva edición del Campeonato del Mundo de Windsurf de Velocidad, que se celebra del 30 de junio al 4 de julio en la playa de Las Salinas, cerca de la Punta de Jandía.

Tras el parón debido a la pandemia, Fuerteventura se convierte de nuevo en escenario para esta práctica deportiva, dando continuidad a las ediciones de este mismo certamen celebradas años atrás. La competición tiene carácter ProAm, enfrentándose así especialistas del speed windsurf, tanto profesionales como amateur. Orlando Lavandera, de la empresa majorera Fuerte Action, en colaboración con la DSC (Dunkerbeck GPS Speed Challenge), es el organizador del campeonato.

Durante los años 90, Fuerteventura presenció en varias ocasiones el récord mundial de velocidad en tabla de windsurf. En aquel entonces, nombres como Pascal Maka, Thierry Bielak, Roddy Lewis y, por supuesto, Björn Dunkerbeck, eran los grandes dominadores de la velocidad.

Los expertos destacan que la Isla cuenta con unas espléndidas condiciones por sus enormes playas, donde el viento es fuerte, constante y sopla en el ángulo perfecto para lograr velocidades de más de 40 nudos.

A sus 52 años, Dunki, como se le conoce, batió en noviembre su récord personal de velocidad punta, alcanzando más de 103 kilómetros por hora en Luderick (Namibia). “Los buenos vientos y la larga historia de esta disciplina tienen mucha culpa del interés por esta especialidad de windsurf, pero también la facilidad de establecer a través de Internet competencia entre corredores que se encuentren a mucha distancia, comparando la marca personal de cada uno, aunque no participen físicamente en el campeonato”, señala a Diario de Fuerteventura.

Probablemente, Dunkerbeck sea el deportista con más títulos mundiales en la historia de cualquier modalidad deportiva. Su primer título en el Campeonato Mundial de Windsurf lo consiguió con tan solo 19 años, en 1988, y el último en 2011, con más de dos décadas dominando este deporte prácticamente en exclusiva.

Ahora lleva varios años volcado en la velocidad, buscando los mejores lugares del planeta. “Durante gran parte del año se puede navegar en Fuerteventura en muy buenas condiciones, mejores que en la mayoría de ‘spots’ en el mundo, por no hablar de su clima”, dice quien es considerado una auténtica leyenda, que llegó a Canarias con solo tres años desde Dinamarca.

Su padre Eugene, holandés, y su madre Ulla, danesa, además de su hermana Britt, se establecieron en Gran Canaria. Dunki se crió en Tauro (Mogán). Su padre abrió una escuela de windsurf en Maspalomas y en los primeros 90 la trasladó un poco más al norte, a Playa del Águila. Pero el perfeccionamiento y maestría de Björn en este deporte se fraguó en Pozo Izquierdo, un lugar de viento radical y olas muy serias, de donde han surgido otras conocidas estrellas de esta modalidad de navegación, como las hermanas Ruano.

Muy pronto, el joven Dunkerbeck empezó a cosechar éxitos increíbles. En 1987, con tan solo 18 años, ya era capaz de derrotar al que era rey absoluto del windsurf en aquella época, el hawaiano Robby Naish. Ese año quedó segundo en la clasificación combinada del Campeonato del Mundo Profesional, venciendo a Naish en las modalidades de slalom y course race. Al año siguiente ya fue campeón absoluto en las tres disciplinas.

“Por el bien de Corralejo [la ampliación del muelle] no debería hacerse”

Sus apabullantes resultados convirtieron a Gran Canaria y también a Fuerteventura en dos mecas del mundo del windsurf, a la misma altura que Hawái y, aunque a nivel popular este deporte no cuajó en España tanto como en aquellas islas del Pacífico, Dunki paseaba la matrícula de su vela, E-11, por todo el mundo, victoria tras victoria.

De su larga carrera deportiva, Dunki recuerda a muchos rivales, como “Robby Naish, pero también Anders Bringdal, Kewin Pritchard, Pascal Maka y, más recientemente, Antonie Albau y el último campeón del mundo de Velocidad, el holandés Twan Verseput”.

Efectivamente, Robby Naish era un auténtico monstruo en olas, pero la mayor envergadura de Björn y de otros jóvenes competidores nórdicos hizo que en el slalom le igualaran e incluso le superasen.

Quizás una de las mejores carreras de todos los tiempos la ganó Dunkerbeck a otra estrella deslumbrante de la época, el sueco Anders Bringdal, en la final de Slalom de Aloha (Hawaii) en 1988. Windsurf y naturaleza La práctica del windsurf va unida desde sus orígenes al contacto con la naturaleza y el respeto por los elementos, como el viento, el mar, las olas y las playas.

En su búsqueda por encontrar los mejores lugares para ir todavía más rápido, Björn Dunkerbeck está continuamente recorriendo el mundo, pero no olvida algunos de los espacios donde en su infancia solía navegar con su padre, como las aguas de Corralejo, con sus olas en Punta Elena y la Isla de Lobos, enfrente.

Si se le pregunta por el proyecto de ampliación del puerto de Corralejo, que pone en peligro la bahía y su característico oleaje, el campeón responde: “Por el bien de Corralejo, eso no debería hacerse. La bahía de Corralejo y sus playas, además de las de las Dunas, y las buenas olas de Punta Elena, que llaman a Fuerteventura a miles de surferos, windsurferos y kiteros, estarían en gran peligro de desaparecer rápidamente si se amplía ese puerto. Todo el encanto de Corralejo estaría finito y, encima, sitios como ese ya no quedan tantos en el mundo”.

Saga familiar

Hoy, Björn Dunkerbeck es padre de cuatro hijos. De ellos, el que parece que tomará muy pronto su relevo es Liam, que ya es un experto en las distintas modalidades de windsurf. Desde que era un niño, Liam ya era un apasionado del wind e, incluso, con un material de pequeño tamaño adaptado a su edad, tomaba parte en las competiciones de velocidad, alcanzando marcas más que respetables. Ya de adolescente ha cosechado algunos éxitos que le señalan como un claro sucesor de los logros de su padre y resulta impresionante ver a Liam navegar junto a su padre y su abuelo Eugene sobre las aguas.