Acaymo Gutiérrez, ‘la sensación’ del Muay Thai en Fuerteventura
El majorero ha logrado un título mundial y un subcampeonato ibérico y aspira a convertirse en profesional y entrenar en Tailandia
Acaymo La Sensación Gutiérrez Alonso, a sus 20 años, se está haciendo un hueco en el mundo del Muay Thai. Este tramo final del año ha consagrado al joven majorero como una de las grandes promesas de esta disciplina tras proclamarse campeón del mundo en el XFC celebrado en Roma y subcampeón nacional ibérico ISKA 2025 en una competición celebrada a finales de noviembre. Unos resultados que ponen de manifiesto que su talento empieza a brillar sobre cualquier ring al que se sube y que tiene un futuro muy ambicioso por descubrir.
Acaymo se ha criado en varios sitios. Su familia es de Tenicosquey, aunque también ha vivido en Gran Tarajal. Comenzó en los deportes de contacto durante su adolescencia, reconoce que siempre le gustaron aquellas disciplinas que requerían “un esfuerzo” y se adentró en la lucha canaria. “Estuve un año, pero veía que no era mi sitio”, admite. Fue en ese momento, con 16 años, cuando conoció a su compañero Pacheco, que le introdujo en el Muay Thai. “Decidí probar y ya desde la primera clase no pude parar”, señala, al tiempo que explica que su apodo, La Sensación, surgió en su primera competición. “Tiré una patada preciosa, que entró perfecta, y la gente se quedó flipando. Ahí fue mi entrenador quien me lo dijo, me gustó y se quedó el apodo”, relata.
Actualmente entrena en el Hotel de Las Playitas, en el club AFC Antigua, bajo las órdenes de Luis Aday Borges Hernández. Sin embargo, en diciembre abre el gimnasio en Antigua, que se convertirá en la nueva sede de entrenamientos del club para continuar con la preparación, que es lo que más disfruta: “Es muy dura y creo que cambia mentes. Es una parte que hay que aprender a disfrutar, porque creo que te hace bastante bien”. Aunque también disfruta de subirse al ring y enfrentarse a su rival. La entrega es total, pues Acaymo entrena seis veces a la semana y, cuando puede y su trabajo se lo permite, realiza dobles sesiones. “Descanso los domingos, y si no se puede lo intento pasar a otro día”, explica.
En estos cuatro años en la disciplina, Acaymo ha participado en dos interclubs en Fuerteventura de kickboxing y en un interclub de Muay Thai en Tenerife. Además, participó en un Campeonato de España y en las dos últimas competiciones: el Campeonato del Mundo de XFC y el Campeonato Ibérico de ISKA. “Los interclubs no los cuento como peleas grandes porque no están validadas por organizaciones importantes”, matiza.
En el Campeonato de España participó con tan solo 18 años. “El primer Campeonato de España estuvo muy bien porque fueron todos los chicos con los que yo entreno diariamente. Nos lo pasamos súper bien y los tres quedamos segundos de España. Me acuerdo perfectamente”, rememora. Tras esta competición, su entrenador tuvo problemas de espalda y tuvieron que parar durante un periodo de tiempo, en el que entrenaron poco. “Cuando volvimos fui al interclub de Tenerife, donde hice dos peleas: gané una y perdí otra”, explica.
“No quiero ser uno más, quiero destacar y quiero lo más grande”, cuenta con ilusión
La última parte del año ha sido prácticamente inmejorable para el majorero. El primer fin de semana de noviembre participó en el Campeonato del Mundo de XFC celebrado en Roma. “Lo habíamos visto, teníamos pensado participar y decidimos ir. Hicimos cuatro meses de preparación para la pelea esa y el viaje fue fatal”, señala. A fin de cuentas, tuvo que pasar “demasiado tiempo en los aeropuertos”, lo que conllevó que llegara a la capital italiana muy cansado.
Una vez en la competición, las noticias no mejoraron, pues comprendió que se jugaría el campeonato en tan solo un combate. “Nos dimos cuenta de que solo iba a pelear una vez porque un participante se había ido y el otro no podía participar”, señala. Finalmente, venció su combate y se proclamó campeón, pero la satisfacción no fue plena, pues le disgustó un poco que tras el esfuerzo casi titánico para acudir al campeonato solo pudiera pelear una vez. “Me pegué un pateo enorme para llegar hasta allí y pelear una vez, pero bueno, fue lo que pasó, peleé una vez y gané”, cuenta orgulloso a Diario de Fuerteventura.
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Si noviembre había empezado bien, mejoró aún más con el subcampeonato obtenido en el Campeonato Ibérico de ISKA celebrado en Alcobendas. En su categoría, clase B y 60 kilos, participaron 16 personas. Se celebró toda la competición el mismo día y Acaymo tuvo que hacer frente a cuatro combates, donde el frío fue su principal enemigo. “No sabía que hacía tanto frío, la verdad”, cuenta entre risas.
Sin embargo, este fue un gran hándicap, pues eran muchos combates y le costaba entrar en calor y poder calentar en condiciones. “Tenía que calentar, pelear y después parar una hora o así y ver cuándo era el siguiente combate. Calentaba otra vez, subía y peleaba, y al final, en el último combate, estaba muerto”, reconoce.
Entrena en el club AFC Antigua, bajo las órdenes de Luis Aday Borges
La Sensación tuvo cuatro peleas el mismo día y su rival en la final contó con una pequeña ventaja, y es que solo había peleado tres veces. “Estaba más fresco y yo un poquillo más cansado”, explica. Sin embargo, Acaymo se fue “muy contento con la plata”.
Acaymo tiene claro que el año que viene va a ir “a por todas”, en todas las competiciones que pueda. Por tanto, su futuro a corto plazo pasa por seguir sumando experiencia sobre el ring y dar el salto a la clase A, donde ya se compite sin casco, algo que en su opinión le limita. “Creo que sin él voy a dar un cambio muy grande y positivo. Me quedan tres peleas para eso”, añade.
Las aspiraciones de La Sensación no terminan aquí y se muestra muy ambicioso a largo plazo. “No me metí aquí solo para pasármelo bien. No quiero ser uno más, quiero destacar y quiero lo más grande”, cuenta con ilusión, al tiempo que admite que su objetivo es ser profesional, entrenar en Tailandia y sueña con pelear en el Lumpini Stadium de Bangkok, considerado como uno de los epicentros más respetados de la disciplina y quizás donde, en un futuro, pueda hacer historia.
















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