La antigua población de Fuerteventura practicaba la agricultura hace 1.600 años
Los estudios realizados en la Cueva de Villaverde han logrado identificar cebada, trigo y lentejas y modifican el conocimiento sobre los majos
La Cueva de Villaverde constituye uno de los yacimientos más importantes de la isla de Fuerteventura, debido a que fue habitada por los antiguos majos durante casi 800 años.
Una excavación iniciada el año pasado en el interior del tubo volcánico y la zona exterior aledaña ha ofrecido “datos de gran valor histórico para la etapa aborigen de Fuerteventura”, según Patrimonio.
Los resultados preliminares confirman el potencial de la Cueva de Villaverde como “uno de los yacimientos más importantes de Canarias”.
Uno de los hallazgos más importantes de esta campaña fue la recuperación de un buen número de semillas arqueológicas de plantas cultivadas, así como de especies silvestres recolectadas que fueron usadas en la alimentación y como combustible, entre otros usos.
“Esto fue posible gracias a la realización, por primera vez en Fuerteventura, de una recuperación sistemática de los sedimentos extraídos durante la excavación, así como de su limpieza con agua para extraer los fósiles vegetales del yacimiento”, explica la arqueóloga Rosa López.
Los estudios realizados por Jacob Morales, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, han logrado identificar semillas pertenecientes a tres especies cultivadas: la cebada, el trigo y la lenteja.
Junto a las semillas se han documentado algunos molinos de piedra que probablemente se usaron en el cocinado de estos granos y en la elaboración de gofio.
Con el objeto de conocer la antigüedad de las semillas, se procedió a la datación directa mediante el análisis del Carbono 14 de una semilla de cebada y otra de trigo.
Los resultados indican que las semillas tienen una edad aproximada de 1.300 y 1.600 años, respectivamente, y sugieren que entre los siglos V al VIII de nuestra era, la primera población de Fuerteventura practicaba la agricultura.
“Estas evidencias ofrecen los primeros datos sobre el cultivo de plantas en esta isla y modifican de forma sustancial el conocimiento relativo a sus antiguos pobladores, los majos, que en el momento de contacto con los exploradores europeos, entre los siglos XIV y XV de nuestra era, son descritos como un pueblo que no conoce la agricultura”, recuerda López.
Así, recuerda que se creía que la dieta de los majos “se sustentaba en el consumo de leche y carne procedente de cabras y ovejas, así como en la pesca y el marisqueo”.
Morales añade que “esta información transforma de manera significativa el conocimiento que existía sobre la economía y forma de vida preeuropeas de Fuerteventura”.
Así, “la práctica de la agricultura implica una organización social y una propiedad de la tierra diferentes, con un mayor impacto en el medio ambiente y un ciclo anual marcado por los distintos trabajos agrícolas”, como arar la tierra, sembrar, abonar, cosechar o almacenar.
“La cebada, el trigo y la lenteja forman parte del grupo de cultivos introducidos por los primeros aborígenes en el resto del archipiélago canario y su presencia en Fuerteventura indica que los majos tenían un origen común con el resto de pobladores de Canarias”, añade Morales.
Según la hipótesis que maneja el equipo de investigación, es probable que la primera población de la isla practicara la agricultura y el pastoreo, y que posteriormente abandonaron el cultivo de cereales y legumbres debido a un cambio en el clima o a la degradación y agotamiento de los suelos, centrando su economía en los animales domésticos y en los recursos obtenidos de la pesca y el marisqueo.
“Eso podría explicar por qué los majos no practicaban la agricultura en el momento de contacto con los primeros exploradores europeos”, si bien insisten en que los datos son aún insuficientes para establecer conclusiones definitivas.
La cueva de Villaverde fue descubierta en 1979 y su hallazgo puso de manifiesto el enorme potencial arqueológico que atesoraba este yacimiento. Tal es la importancia del sitio, que en 1983 la Cueva de Villaverde fue Declarada BIC y en el año 1984 el Ayuntamiento de la Oliva permuta los terrenos para conservar la propiedad del yacimiento y asegurar su conservación.
La investigación arqueológica se retomó puntualmente en 1987 y concluyó en 1988. Desde entonces, el yacimiento no fue objeto de proyectos de investigación arqueológica hasta que en 2018 se retoman las investigaciones.
Comentarios
1 Anónimo Jue, 14/05/2020 - 18:10
2 Aurelio Martín Vie, 15/05/2020 - 14:00
3 Maricarmen Sáb, 16/05/2020 - 13:27
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