Un año atípico para la pesca en Fuerteventura
El retraso de la zafra del atún mantiene en activo a los puertos pesqueros de Morro Jable y Gran Tarajal frente a “uno de los peores años” para la zona norte
Las embarcaciones de la Cofradía de Pescadores de Morro Jable se encuentran en plena zafra del atún ante el retraso de la campaña de este año, que se esperaba para mayo. Uno de los escollos para el sector pesquero durante los primeros meses del año ha sido que la pesca no siempre pasa por las mismas islas y las temperaturas no han sido las idóneas para poder pescar en aguas canarias.
Sin embargo, en los últimos meses el mar ha vuelto a dar sus frutos y los bancos de peces se alcanzan a ver más cerca de la Isla, en una campaña que podría extenderse hasta diciembre.
Mientras tanto, en la Cofradía de Pescadores de Gran Tarajal, el patrón mayor Juan Ramón Roger, se muestra tranquilo. Asegura que el retraso de la campaña de los túnidos es algo previsible y “con lo que se cuenta” por lo que considera que “a pesar de no haber sido un año excepcional, sí ha sido normal”.
En el puerto de Gran Tarajal están censadas 40 embarcaciones de pesca profesional para las que trabajan unos 70 marineros. En el sur de la Isla, un total de 17 barcos artesanales de mano, junto al atunero Charly, componen la flota de la Cofradía de Morro Jable, cuyo grueso de capturas corresponde a la pesca de túnidos.
Así, la pasada campaña, de las 573 toneladas seguidas capturadas por el sector de Morro Jable, cerca de 500 toneladas correspondieron a alguna variedad de esta especie. El mayor porcentaje y menos valorado en el mercado, a 0,75 céntimos el kilo, lo representa la pesca del atún listado o rayado, con un total de 373 toneladas, seguida de las 103 toneladas de bonito a 3,04 euros el kilo. Mientras que de atún rojo, el más valorado y para el que la Unión Europea establece una cuota muy ajustada, fueron poco más de 4.000 kilos, aunque con un valor en lonja de 6 euros el kilo.
El valor de la pesca total alcanzó el pasado año cerca del millón de euros en la Cofradía de Pescadores de Morro Jable, donde no suman más de cuarenta los marineros dedicados a la pesca artesanal en la zona.
Por su parte, el que hasta hace poco fuera patrón mayor de la Cofradía de Corralejo, Fafito Caraballo, ahora marinero, comenta que afortunadamente uno de sus grandes escollos como es el furtivismo ha podido ser controlado por parte de las autoridades, que han estado más vigilantes y han podido coger más furtivos tanto de Lanzarote como Fuerteventura.
Aún así, si se atiene a la cifra de capturas señala que “ha sido un año malísimo” tanto de pesca de viejas como de bocinegros. “De los años peores” que recuerda desde que está en el sector pesquero. Los cambios de corrientes han podido ser el principal causante, como le ha ocurrido a otras especies como los túnidos, que han aparecido por aguas canarias de forma muy tardía.
Al respecto, señala que se alegra por el resto de cofradías de la Isla y por el sector atunero de que puedan ir recuperándose en una campaña tardía. “Ellos tienen más gastos que nosotros porque son barcos de mayores dimensiones y me alegro de que puedan compensar pérdidas”.
En la Cofradía de Corralejo quedan escasamente una decena de embarcaciones en el muelle de Corralejo, quince en El Cotillo y otras cinco en Puerto. Comenta Caraballo que han ido disminuyendo los marineros dedicados al sector pesquero, los mayores se han jubilados y los más jóvenes se han decantado por el turismo reconvirtiendo los barcos de pesca a turísticos, algo que entiende es más rentable.
Cuotas
Las limitaciones para el sector atunero de la Isla pasan también por el establecimiento de las cuotas. En este sentido, representantes del sector están luchando por que Canarias tenga su cuota reconocida históricamente.
Desde el Archipiélago, los implicados han preparado un plan para que se le otorgue la cuota que le corresponde avalada por estudios del Instituto Oceanográfico y de la Consejería de Agricultura y Pesca del Gobierno canario y que elevaría a 500 las toneladas permitidas de atún rojo, frente a las 250 que se imponen y que este año se pudieron elevar a 350 gracias al fondo de maniobras.
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