El 1º de mayo, no es un día de fiesta aunque sea un día festivo, es un día de lucha, es el día internacional de la clase trabajadora, establecido en 1889 en París por el Congreso Obrero, en homenaje a los trabajadores ejecutados en Estados Unidos por participar en la huelga por las 8 horas laborales, iniciada el 1 de mayo de 1886 en Chicago.

En España, durante la dictadura franquista, y pese a su represión, el día 1º de mayo fue un día de lucha por los derechos de la clase trabajadora y contra la dictadura, por la amnistía y la libertad, durante los que centenares de trabajadoras y trabajadores fueron detenidos y torturados por celebrar ese día de su clase, en saltos y piquetes espontáneos que cortaban el tráfico, ya que las manifestaciones estaban prohibidas.

En la pseudodemocracia que padecemos, el 1º de mayo se ha convertido en un día de fiesta, donde desde hace años, las reivindicaciones han quedado desdibujadas. La clase trabajadora debe recuperar la combatividad que ha perdido, y colocar sus intereses de clase por encima de cualquier otra reivindicación.

El capitalismo, en su fase más brutal de desarrollo, el neoliberalismo, no deja de recortar los derechos de los trabajadores. Sus medidas de flexibilidad laboral, recortes salariales, precariedad contractual, etc..., las han traído para que se queden. Hablaron de la recesión para justificar algunas de sus medidas, cuando es mentira, los recortes empezaron mucho antes que la recesión. Para eso inventaron la precariedad de los contratos de las ETT ( Empresas de Trabajo Temporal que impuso F.G) Los pactos sindicales que se han firmado en los últimos, mucho antes de la recesión, ya eran pactos asentados en las políticas neoliberales, que los sindicatos nunca debieran haber firmado.

Por hablar de los que más conozco, la aviación comercial, donde trabaje los 32 últimos años de mi vida laboral, ha sido un continuo recorte de derechos laborales. Las subrogaciones, que fueron acordadas por sindicatos, patronales y AENA, todas han significado una continua pérdida de derechos y salarios para los trabajadores subrogados, mientras las empresas no han parado de ganar. Hoy, un trabajador de cualquier empresa de aviación comercial, cobra menos que un trabajador de la misma categoría hace 15 años. Las jornadas laborales semanales han desaparecido, hoy, cada día tiene un horario diferente, lo que dificulta enormemente una mínima relación social, o familiar, situación que se ve empeorada fundamentalmente para la trabajadora con hijos, que hace casi imposible compenetrar vida laboral con la atención a los hijos. Los contratos de 8 y 15 horas semanales se han convertido en norma, cuando esos contratos no dan para vivir.

Los políticos del neoliberalismo en Fuerteventura no hacen más que jactarse del aumento anual del Turismo, que el año pasado superó los 3,5 millones, sin embargo no les preocupa la precariedad laboral de los trabajadores aeroportuarios, cuya precariedad y salarios son cada vez más bajos.

Este 1º de mayo debe servir para decir basta a las subrogaciones, reivindicar trabajo fijo para empleos de actividad continuada, y salarios dignos. Hay que obligar a AENA a que cumpla con su cometido de regular el transporte aéreo, obligando a las empresas a contratos acordes al trabajo que realizan. Los sindicatos no pueden seguir mirando para otro lado las subrogaciones y sus consecuencias.

Con la hostelería ocurre algo parecido al transporte aéreo en cuanto a precariedad, contratos basura y salarios míseros.

Las Kellys nos han enseñado el camino. Unidos podemos cambiar la situación. Se acercan elecciones, los trabajadores y las trabajadoras deben ver quiénes son sus enemigos de clase, quienes les explotan con falsas promesas.

Recuperemos 1º de Mayo de lucha de la clase trabajadora.