Tras la aprobación de la Ley de Memoria Histórica en 2007, los nombres de generales y otros mandos militares, así como de elementos de exaltación franquista, se fueron cayendo del callejero de Puerto del Rosario.

Sin embargo, en pleno centro del casco histórico de la ciudad, una placa continúa homenajeando a Ruiz de Alda, el aviador del Plus Ultra, que cofundó la Falange. El partido de doctrina fascista alentó la Guerra Civil y participó en la represión durante la contienda.

“Un estado democrático no debería honrar a golpistas ni a personas que contribuyeron, de una forma u otra, a que en este país hubiese una rebelión militar que condujo a una guerra civil y que luego fue convertido en referente de una dictadura que duró 39 años”.

Quien hace esta afirmación es Ricardo Guerra, autor del libro La Falange en Canarias 1936-1950. Julio Ruiz de Alda fue, junto a Ramón Franco, el hermano del dictador, parte de la tripulación del Plus Ultra, el hidroavión de la Aeronáutica militar española que realizó por primera vez un vuelo entre España y América, recorriendo los 10.000 kilómetros que separan Palos de la Frontera (Huelva) de Buenos Aires.

Era el año 1926 y la gesta elevó a aquel equipo a los altares. Tampoco el antiguo Puerto de Cabras quiso desaprovechar la ocasión para llevar al personaje hasta su callejero. Así, aquel mismo año, la antigua calle El puente pasó a denominarse Ruiz de Alda, a petición del socialista Ángel González.

Detrás del perfil de aventurero, se esconde la figura de un militar falangista, cuya biografía se conoce de la mano del historiador Ricardo Guerra. Ruiz de Alda fue uno de los fundadores, junto a José Antonio Primo de Rivera y Rafael Sánchez Mazas, del Movimiento Español Sindicalista (MES), antecedente de Falange. Junto a ellos dos y Alfonso García-Valdecasas, también creó la Falange.

El historiador explica cómo el aviador del Plus Ultra participó en el mitin fundacional del movimiento fascista Falange, en el Teatro de la Comedia de Madrid, el 29 de octubre de 1933. Además, se relacionó con el teórico fascista Ramiro Ledesma.

La relación entre ambos daría pie a la unión entre Falange y las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), un grupo fascista, de carácter totalitario, que era contrario a los partidos políticos y a cualquier sistema democrático. Ruiz de Alda fue presidente de su Junta Política.

Fue también fundador del Sindicato Español Universitario (SEU), que “se caracterizó por sus acciones violentas contra miembros de la Federación Universitaria Escolar, el sindicato de estudiantes republicanos”, explica Ricardo Guerra.

Además, continúa el historiador, el grupo estudiantil usaba el SEU como “elemento de captación de militantes para lo que primero se llamó Falange de la Sangre y luego para Primera Línea de Falange, donde se encuadraban las personas encargadas de acometer la desestabilización: atentados, algaradas, provocaciones...”.

Ruiz de Alda fue detenido en marzo de 1936. Dio un mitin en plena campaña electoral antes de los comicios que ganó el Frente Popular. Fue encarcelado por “actividades de terrorismo y desestabilización”

 

Ruiz de Alda fue detenido el 14 de marzo de 1936. Poco antes, dio un mitin en plena campaña electoral de las elecciones del 16 de febrero de 1936 en las que ganó el Frente Popular. Fue encarcelado, señala el investigador, por “actividades de terrorismo y desestabilización”. El 22 de agosto de 1936 murió asesinado en la Cárcel Modelo de Madrid.

El autor de La Falange en Canarias explica que un incendio provocado en prisión provocó que “entre 28 y 30 presos fueran asesinados de forma extrajudicial por los milicianos, que escogieron a los personajes más representativos. Y unos 200 presos huyeron”.

Sobre este episodio circulan varias versiones. “Hay quienes dicen que muchos funcionarios de prisiones estaban conchabados con los presos y permitieron esa situación. Cuando entraron las milicias, tras la alarma, se ejecutó a los presos. Azaña fue una de las personas que más lamentó el suceso por el daño que se le hacía a la República. Poco tiempo después, se instauraron los tribunales populares”, apunta el investigador.

Ricardo Guerra señala que uno de los motivos por los que fue honrado durante la dictadura y convertido en un referente, además de la condición de aviador del Plus Ultra, “fue por el carácter de fundador de la Falange y por morir en un suceso que fue utilizado de forma recurrente por la propaganda contra la República”.

Municipios como Arrecife, en Lanzarote, decidieron hace años eliminar el nombre de Ruiz de Alda de sus callejeros, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. El Ayuntamiento de Puerto del Rosario, por su parte, argumenta su permanencia en el callejero de la capital de forma escueta: “Cuando le pusieron el nombre, en 1926, aún no se había fundado Falange y la calle fue una forma de reconocer a los tripulantes del Plus Ultra”, indican fuentes municipales.

Sin embargo la placa sólo cita Ruiz de Alda y no al aviador Ruiz de Alda. El historiador Ricargo Guerra cree que, a pesar de ello, “la denominación debería ser eliminada por tratarse de un personaje que favoreció la desestabilización del régimen democrático español; por estar Falange al tanto de las conspiraciones contra el gobierno legal y legítimo que existía y por haber sido convertido en un referente propagandístico dentro del culto a los muertos de los sublevados”.

Destaca que el requerimiento del Ministerio de Justicia incluye la calle entre las que han de cumplir con la Ley de Memoria Histórica porque “recuerda a uno de los nombres a escala española representativo de la conspiración contra la República, la desestabilización y el ambiente de tensión en el que se desarrolló la sublevación”.

“Su actividad golpista y el uso propagandístico de su figura serían elementos suficientes para aplicar el artículo 15.1 de la ley”, concluye.

García Escámez

Hace justo un año, Diario de Fuerteventura contaba cómo el Ayuntamiento de Puerto del Rosario se negaba a retirar a Francisco García Escámez el título de alcalde honorario de la ciudad que se otorgó en 1944 a este general franquista, “como expresión de la gratitud y cariño filial que esta población le profesa”, por la ejecución de construcciones como la barriada de El Carmen. También le dedicó una calle en el centro de la ciudad.

El grupo de gobierno, durante la pasada legislatura (CC-PSOE) obviaba que García Escámez colaboró en el complot contra el régimen democrático y su participación en batallas como la del Jarama en 1937, uno de los episodios más crueles de la Guerra Civil con más de 16.000 bajas entre los dos bandos.

El anterior alcalde de la capital, Nicolás Gutiérrez, recordó que a García Escámez se le atribuye la primera promoción de viviendas sociales de la barriada de El Carmen y “un papel decisivo” en la construcción de la presa de Los Molinos y del pueblo de Las Parcelas, bautizado como Colonia Rural García Escámez, en “una época de posguerra, durísima para la población de las Islas y de Fuerteventura, en particular”.

Por su parte, el actual regidor, Juan Jiménez, manifestó hace un año que el general García Escámez no debía “seguir ostentando la alcaldía honorífica de Puerto del Rosario, ni una mención en su callejero” y abogaba por que el Consistorio “retire su distinción”.

Jiménez apuntaba que, a pesar del impulso de ciertas obras en la Isla, “su participación fue determinante para el fallecimiento de miles de personas en la contienda nacional que sumió al país en cuarenta años de imposición en todos los órdenes de la vida” y agregó que “afortunadamente tenemos una Ley de Memoria Histórica que puede corregir esas manchas”.