Vecinos por Puerto tiene su germen en la Asociación de Vecinos Los Hornos del Charco. Tras las siglas de la nueva agrupación de electores figuran nombres como los de Óscar Hernández y Mariola Ceballos, dos activistas de la capital vinculados a plataformas como Por una Sanidad Digna en Fuerteventura Ya o la lucha contra la central eléctrica. Junto a ellos, otros miembros hasta ahora anónimos pero con experiencia en la batalla vecinal.

Óscar y Mariola figuraban en las filas de partidos políticos hasta hace un año. Ella militó en el Partido Popular durante 14 años y él en Podemos durante tres. Ambos renunciaron a seguir en las filas de sus partidos por “descontento”. En cambio, se resisten a tirar la toalla en la lucha por los derechos de los vecinos de Puerto del Rosario.

Mariola explica que el motivo por el que surge esta agrupación es el de dar “un paso más” en la lucha vecinal. En los últimos tiempos, han visto cómo algunos de los proyectos que abanderaron desde la asociación, como la retirada de la central eléctrica, quedaban en “un hasta aquí podemos llegar”. Las trabas como asociación para conseguir documentación, el toreo, en ocasiones, para poder reunirse con el político de turno, o la actitud no siempre dispuesta al debate les ponían delante una barrera difícil de franquear.

Con este panorama, han decidido que la lucha debe continuar pero desde dentro del Consistorio. Como modelo de agrupación han tomado el caso de Vecinos por Torrelodones, un partido creado en 2007 por un grupo de residentes sin contacto anterior con el mundo de la política. El 11 de junio de 2011, Elena Biurrun, una de las fundadoras de la agrupación, fue investida como alcaldesa poniendo fin a 25 años de gobierno del PP en la localidad madrileña. En las elecciones de 2015 consiguieron la mayoría absoluta.

Antes de saber si contarán con el respaldo de los habitantes de Puerto del Rosario en las urnas y de presentar candidatura, Vecinos por Puerto necesita al menos 500 firmas de apoyo por parte de personas inscritas en el censo electoral del municipio, tal y como exige la Junta Electoral aplicando baremos poblacionales. Puerto del Rosario, con una población censada que entraría en el grupo de entre 10.000 y 50.000, requeriría al menos 500 firmas. Estas deberán ser autenticadas notarialmente o por el secretario de la Corporación municipal.

Las firmas podrán empezar a recogerse una vez que la Junta Electoral convoque las elecciones. “Sabemos que es un reto”, asegura Mariola, pero no están dispuestos a renunciar a él, siempre que los vecinos les apoyen. Hasta el momento, a todo aquel a quien han contado el proyecto, que lleva fraguándose desde hace aproximadamente un año, “no nos ha dicho que no”, añade Óscar.

El principal objetivo de Vecinos por Puerto es “la mejora de Puerto del Rosario y de sus barrios”. Para ello, intentarán tener, al menos, un concejal en la oposición que “nos sirva para superar las barreras que tenemos como asociación de vecinos y poder presentar mociones en el Consistorio”, explica Mariola mientras cuenta que hasta ahora, como asociación de vecinos, solo tienen derecho “al punto de participación ciudadana, que es de minuto y medio y apenas da tiempo para hablar”.

Sin ideología

En la agrupación vecinal “no habrá ideología”, subrayan Óscar, Mariola y Asterio Pérez, otro de los impulsores de la iniciativa. En ella tampoco habrá líder. De momento, están valorando quién será el cabeza de una lista formada por siete miembros. “Tal vez sea por votación vecinal o de otra forma, pero la idea es que salga del propio vecino”, insiste Mariola. Al mismo tiempo, subraya: “Para nosotros no es prioritario el representante sino el equipo que estará trabajando detrás”.

“No queremos liderazgo como ocurre en política. Se trata de una persona que va a estar trabajando en el Ayuntamiento y que actuará como herramienta para hacer llegar al pleno lo que los vecinos están pidiendo”, insiste. Además, aclara que las dietas que cobrará esa persona irán destinadas a una especie de bolsa recaudatoria para, llegado el momento, “contratar un administrativo, un abogado o, si fuera necesario, para casos de emergencia social”.

Aún no tienen cerrado el programa o intencionalidades con las que intentarán lograr la confianza de los vecinos, pero sí está claro que este se diferenciará de los mensajes políticos que trasmiten los partidos. No piensan renunciar a aquellos proyectos con los que la Asociación de Vecinos Los Hornos del Charco se creó en 2013: retirar la central eléctrica del barrio y prolongar el paseo de la avenida marítima hacia la zona de El Charco.

La intención de Vecinos por Puerto no es centrar su lucha en el barrio de El Charco sino llegar al resto del municipio. Para ello, Óscar asegura que trabajarán en “buscar un modelo de ciudad”, con proyectos donde tengan cabida los planes de movilidad en una ciudad donde las personas con dificultades de movilidad “no tienen medios para moverse”.

Transparencia y participación ciudadana, el fin del enchufismo, la dinamización del turismo de cruceros, las políticas sociales, potenciar el desarrollo del deporte en el municipio tras una legislatura donde “se han dado pasos atrás”, o recuperar los servicios públicos tras ver cómo el actual grupo de Gobierno ha apostado por externalizar unos servicios que han llevado consigo su “empeoramiento” son algunas de las líneas programáticas en las que se centrará el discurso de Vecinos por Puerto.

También serán partidarios de que el casco antiguo de la capital sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y no desaparezca bajo las piquetas y la especulación urbanística después de que el Consistorio aprobara un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en 2017 sin contemplar un Plan Especial de Protección que velara por la conservación de las viviendas del antiguo Puerto Cabras.

“Nuestra asociación surgió para reivindicar la restauración de unos hornos de cal, que entendíamos que podían ser un atractivo para los turistas y lo mismo debe suceder con lo poco de historia que queda en la ciudad”, opina Mariola.