Mohamed, de niño patera a candidato en las elecciones de mayo
El joven marroquí se presenta por el Partido Popular al Cabildo y al Ayuntamiento de Antigua
Mohamed se subió a la patera cuando le faltaba un mes para cumplir los 17 años. Era la tarde de un martes de enero de 2007. Estuvo cinco días en la travesía. Durante el viaje solo pensaba en llegar vivo a tierra. Jamás se le pasó por la cabeza que, 16 años después, acabaría siendo candidato en unas elecciones municipales en el mismo territorio que le dio la oportunidad de cumplir el sueño europeo.
Mohamed Amjahdi es candidato al Cabildo majorero y al Ayuntamiento de Antigua por el Partido Popular. Ocupa el puesto diez en cada una de las listas, pero no se desilusiona. Este conocido activista de la comunidad islámica en Fuerteventura sabe que para lograr un sueño hay que esforzarse. Para conseguir el suyo, tuvo que arriesgar su vida a bordo de una patera.
El joven tiene sangre bereber, raíces en el desierto. Sus antepasados eran nómadas hasta que su abuelo decidió asentarse en Bouizakaran, cerca de Agadir, en Marruecos. Su padre trabajó en las minas de fosfato de Francia, mientras él crecía en el pueblo junto a sus hermanos. En invierno iba al colegio y en verano ayudaba a la familia con los árboles de argán.
En su cabeza empezaba a rondar la idea de viajar a Europa para poder estudiar. Cuando su padre regresó a Marruecos, ya jubilado, Mohamed le dijo que quería ir a estudiar a Francia o a Bélgica. Al principio, su padre le apoyó, pero luego le fue quitando la idea de la cabeza. Pensaba que Europa le iría borrando la educación y las costumbres musulmanas. “No me dejaba ir con visado ni como estudiante y por eso decidí coger la patera”, cuenta en una entrevista a Diario de Fuerteventura.
Para subirse a bordo, necesitaba los 700 euros que costaba el viaje hasta Canarias. “Mi padre no me daba el dinero porque sospechaba que iba a coger la patera”, recuerda. Al final, tomó la decisión de irse a Casablanca a trabajar para ahorrar y poder costear el viaje a Europa. Cuando tuvo el dinero se marchó al Sáhara, uno de los puntos desde el que salen las pateras que llegan al Archipiélago canario.
Fue el último en meterse en la embarcación. Antes de subir, su padre le llamó. Estaba preocupado y quería saber dónde estaba. Le dijo que al lado de la patera; le pidió perdón y empezó a llorar. Luego, sacó la tarjeta del móvil y la rompió. El viaje duró cinco días. En medio del mar sólo pensaba en llegar a tierra. “La travesía fue difícil. Puedes llegar o no. Es la suerte. Te juegas la vida”, asegura. “No recomiendo a la gente que venga de esta forma”, insiste.
El viaje duró cinco días. “La travesía fue difícil. Puedes llegar o no. Es la suerte. Te juegas la vida”
La solución cree que es acabar con el blindaje de fronteras. Mohamed sueña con un mundo sin muros “donde impere la paz, el respeto y la convivencia. Mientras haya fronteras no habrá integración”. Llegó a Gran Canaria y poco después fue derivado a un centro de menores de Arinaga. El recinto estaba desbordado. Había cerca de 400 menores acogidos. Canarias vivía esos años la llamada “crisis de los cayucos”. En 2007, el año que llegó Mohamed, también lo hicieron 12.478 personas. Mohamed y 751 más eran menores solos. Tuvo que dormir algunas noches en un camastro en la cocina por falta de espacio.
Sobrevivió a un incendio intencionado del que se salvó saltando por la ventana. Luego lo derivaron a un centro de Arucas. Eran unos 20 muchachos y la convivencia fue más fácil. Asegura que está cansado de escuchar bulos y mentiras sobre los menores extranjeros no acompañados que llegan a España. Para atacarles se les reconoce con el acrónimo MENA. “Se les culpabiliza y lanzan mentiras. Se dice que los menores cobran una paga. Por mi experiencia sé que no es así. Nos dan 15 euros cada mes para comprar una tarjeta y llamar a la familia. Eso es lo que pagan. Para nada 300 o 400 euros como dicen”.
En el centro de Arucas estuvo seis meses hasta que le surgió la posibilidad de venir a Fuerteventura a hacer un curso de técnico oficial de turismo en una academia de la Isla. “La idea era hacerlo y volver a Arucas, pero terminé el curso y como me gustaba Fuerteventura me quedé”, cuenta.
Poco después, empezó a trabajar en un restaurante en Caleta de Fuste. Primero como relaciones públicas y luego como camarero. “Fue mi primer trabajo y no he trabajado en otro sitio desde entonces. Son como una familia. Son mi segunda familia”, dice orgulloso.
Poco a poco, su vida fue acercándose a lo que soñaba cuando ayudaba a su familia con los árboles de argán. Mohamed ha conseguido formar un hogar con una chica majorera con la que tiene dos hijos, una niña de cinco años y un niño de tres. En 2021 fue nombrado subdelegado de la Comisión Islámica en España y también ha sido presidente de las mezquitas de Antigua y Caleta de Fuste hasta que decidió vincularse a la política. “Cuando decidí entrar en la política me di de baja. No me gusta mezclar la política y la religión”, sostiene.
Cementerio musulmán
En plena ola del coronavirus, Mohamed vivió una situación desagradable que le produjo rabia y le hizo recapacitar sobre la necesidad de estar dentro de las instituciones para intentar cambiar lo que funciona mal o, simplemente, no funciona. Una mujer musulmana murió con Covid. De un día para otro, se vio con el cuerpo sin saber dónde poderle dar sepultura. En la Isla no hay cementerios musulmanes, a pesar de ser una vieja reivindicación de la comunidad musulmana.
“No creo que el PP esté muy lejos de los inmigrantes. Si fuera así, no sería un afiliado del partido”
Mohamed tocó las puertas del Ayuntamiento de Puerto del Rosario y del Cabildo. Tres años después, asegura, sigue esperando que el alcalde Juan Jiménez le reciba. También se cansó de llamar al entonces presidente del Cabildo, Blas Acosta, y que no le cogiera el teléfono. De Coalición Canaria sólo escuchó promesas. Les pidió ayuda para enviar el cuerpo a Gran Canaria o Lanzarote donde sí hay cementerios musulmanes.
“Me dio mucha rabia. La política debe ser para servir al ciudadano, no al contrario. El político está para servir y no para dar largas dependiendo de la ideología o de dónde eres”, insiste. “¿Por qué en Fuerteventura no podemos tener un cementerio si pagamos nuestros impuestos?”, se pregunta. “La ley permite por lo menos tener uno”, aclara.
Ahora celebra que la alcaldesa de La Oliva, Pilar González, haya dado el visto bueno a la construcción de uno en su municipio. La voluntad por ayudar a la gente le empujó a entrar en política. “Ves que hay cosas a las que no se puede llegar salvo si estás, por ejemplo, dentro de un ayuntamiento para ayudar a la gente”, manifiesta.
Pero ¿por qué decide ir a las elecciones con el Partido Popular? Mohamed señala que es un partido “centralista y democrático” en el que “cada idea, opción y opinión caben dentro. Da igual el origen, la raza” e insiste en que en el tema del cementerio han sido los que más cerca han estado de la comunidad musulmana.
“Me senté con Fernando Enseñat (presidente del PP) cuando la muerte de esta mujer. Le dije que no teníamos ayuda para un cementerio. Me dijo que lo único que podían hacer era presentar una moción en el Ayuntamiento de Puerto del Rosario y la presentaron. Todos votaron que sí”, recuerda. Poco más se supo, a pesar de que contó con el apoyo de todas las formaciones representadas en el plenario.
Miembros del Partido Popular suelen ser diana de las críticas por sus planteamientos en materia migratoria. Mohamed los defiende asegurando que “no hay ningún partido al que le guste que la gente se muera en el mar, ni ningún humano que quiera eso”. “No creo que el PP esté muy lejos de los inmigrantes. Si fuera así, no sería un afiliado del partido”, dice. Y añade que “la gente que dice que el PP no ayudó a los inmigrantes durante su etapa a arreglar los papeles les recuerdo que Rajoy mantuvo los mismos trámites que había en la época de Zapatero”.
La mayoría de las listas de los partidos políticos de Fuerteventura cuentan en estas últimas elecciones con personas migrantes en sus listas. Tal vez sea una apuesta por la integración, la búsqueda del voto migrante o porque queda bien para la foto. Mohamed insiste en la importancia de que haya personas migrantes en las listas electorales. “Ellos saben más los problemas y necesidades que sufren las comunidades migrantes que los políticos”, señala. Aun así, la representación sigue siendo baja respecto al peso demográfico que tienen en la sociedad. El candidato del PP cree que, tal vez, se deba a que “hay mucha gente a la que no le gusta la política”.
Al joven le gustaría crear una concejalía o consejería de convivencia en las instituciones
Si llega a estar en el gobierno de alguna de las administraciones promete que trabajará por la integración de las comunidades y colectivos migrantes y por dar voz a aquellos que como él un día cogieron un avión o una patera para probar suerte alejados de casa. A Mohamed le gustaría crear una concejalía o consejería de convivencia, una plataforma que una a todas las religiones. “Hay ejemplos en Ceuta y Melilla y todos juntos celebran el día de Navidad o el fin del ayuno musulmán”, explica.
“Me gustaría trabajar en temas de inmigración, ayudar al colectivo de inmigrantes. Hay muchas cosas que se pueden hacer como llevar a los inmigrantes a los colegios para que los niños conozcan de primera mano una experiencia de la patera. Queremos trasladar a la gente de Fuerteventura que ser inmigrante no es un delito”, añade.
También le gustaría poner su granito de arena para acabar con las debilidades de Fuerteventura: los cortes de agua, las listas de espera en Sanidad, la falta de colegios y guarderías municipales, las trabas burocráticas para empadronarse, conseguir una licencia urbanística o acabar con las largas y tediosas esperas en las paradas de guagua por las carencias del transporte público.
Comentarios
1 Ángel Lun, 15/05/2023 - 08:01
2 Mafasca Lun, 15/05/2023 - 12:50
3 Alberto Gracia Lun, 15/05/2023 - 17:22
4 majorero Mar, 16/05/2023 - 07:57
5 Anónimo Mar, 16/05/2023 - 08:25
6 Eusebio Mar, 16/05/2023 - 16:55
7 Antonio Mié, 17/05/2023 - 18:05
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