El mundo del cine es, sin lugar a dudas, el lugar al que muchos acuden en busca de inspiración y emociones. Los apasionados del séptimo arte se cuentan por millones y no es de extrañar. Desde la invención del cinematógrafo a finales del siglo XIX, este nuevo género artístico ha capturado la imaginación y cautivando el corazón de múltiples generaciones de personas, a la par que influenciaba la cultura mundial de un modo que nunca se había visto antes en la historia de la humanidad. Y es que las diversas técnicas que se han ido utilizando desde los comienzos y que poco a poco han ido mejorando y perfeccionándose a lo largo de los años, permiten generar ilusiones y mostrar cosas que seria imposible mostrar en otros formatos mucho más antiguos como el teatro o la novela gráfica. Y puesto que, como dice el refrán una imagen vale más que mil palabras, el cine nos permitió ver y más adelante también oír cosas que antes solo podíamos imaginar.

Uno de los recursos de que disponían los productores era el de rodar sus largometrajes en lugares famosos y localizaciones exóticas, permitiendo así al espectador ver paisajes majestuosos e impresionantes desde la comodidad de una butaca de cine. Para esto, los cineastas se marchaban a los lugares más recónditos del planeta para capturar las imágenes más espectaculares y entre esos países, España fue y sigue siendo un destino muy popular. Porque lo cierto es que la orografía de este país es de lo más caprichosa y eso da lugar a emplazamientos naturales verdaderamente hermosos. Esto combinado con una cierta estabilidad y seguridad, lo convierten en un lugar ideal cuando se quiere prescindir de decorados.

Una de las muestras más claras de esto y también de las más conocidas es el desierto de Almería en el que se han rodado numerosas películas, entre las cuales se encuentran algunas tan conocidas como “la muerte tenía un precio” o “por un puñado de dólares” del llamado género “Spaghetti Western”.

Pero, aunque Almería sea probablemente la mejor muestra de esto, hay ejemplos por toda la geografía española. Desde las costas mediterráneas hasta las tierras más verdes del norte de la península, hay muchas localizaciones dignas de aparecer en la gran pantalla. También por supuesto en las Islas Canarias, cuyos paisajes únicos y su encanto inimitable las han convertido también en un lugar preferente para muchos. En el archipiélago se han rodado multitud de películas, pero en concreto en la isla de Fuerteventura encontramos un gran número de rodajes debido a su singular paisaje y geografía. Así pues las dunas de Corralejo se han convertido en los desiertos de oriente próximo en varias ocasione en la producción de películas como “Mine” o en el protectorado francés de Marruecos en la película “Allied” y también acogiendo múltiples proyectos locales.

Pero el atractivo de España en este sentido no se debe únicamente al patrimonio natural, sino también en gran medida al patrimonio arquitectónico y cultural. Hay multitud de castillos, palacios, restos arqueológicos y también muchos de los mayores y mejor conservados cascos antiguos de Europa, 48 bienes declarados Patrimonio de la Humanidad, solo por detrás de Italia. Y por si esto fuera poco, una parte importante de este patrimonio se encuentra en las grandes ciudades que existen en este país, que además de poder ofrecer su historia también ofrecen todo lo propio de una metrópolis europea. La ciudad condal es un buen ejemplo. Barcelona cuenta con todo lo que una ciudad necesita. Barcelona cuenta con arquitectura, playas y eventos deportivos. La capital catalana  atrae gran parte de turismo debido al que se considera uno de los mejores equipos del mundo. Los partidos de Champions no solo llama la atención de las casas de apuestas y sus bonos sin depósito sino también a personas de todo todo el mundo.  Es una metrópolis europea mundialmente conocida y muy turística, lo que la hace un lugar estupendo para una historia de cine. Pero lo mismo se puede decir de otras muchas grandes ciudades como Madrid, Valencia o Sevilla que también han acogido un gran número de producciones.

En definitiva, España es un lugar que no pasa desapercibido cuando se planea el rodaje de una película. Y es que aquí hay muchos lugares que literalmente parecen sacados de una pantalla de cine.