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Limpiaventura: un cuento con final feliz para el medio marino

La ONG creada hace cinco años acomete una labor de concienciación ambiental entre los más jóvenes

Lourdes Bermejo 3 COMENTARIOS 17/08/2019 - 09:08

En la academia de idiomas Kunz de Corralejo se respira ecologismo con solo entrar por la puerta. Sus instalaciones son también la sede de la asociación Limpiaventura, así que es fácil encontrarse en las aulas con la mascota del grupo, Libertad, distintas fotografías de actividades de limpieza o material de trabajo aportado por los patrocinadores del proyecto ambiental, como la Lavandería El Cardón, que ha financiado las botellas térmicas de agua para los voluntarios.

Cada vez son más las empresas que apoyan a la organización, incluyendo a la firma de gestión de residuos Martínez Cano, con quien se lleva a cabo el tratamiento del plástico reciclable recuperado en las batidas de limpieza. Asimismo, Limpiaventura lleva a gala contar con la primera cadena hotelera que apoya en la Isla un programa ambiental.

Alina Kunz es el alma mater del proyecto, nacido hace cinco años, tras una experiencia personal en los fondos marinos. “Soy aficionada al buceo y en una de las inmersiones me topé con una tortuga afectada tras ingerir microplásticos. Me llevé tal impresión que convencí a mis amigas Denise y Carmen para comenzar a hacer batidas organizadas de limpieza en las playas”, explica.

Actualmente, la ONG cuenta con cuatro miembros, ella misma, como presidenta; José Ángel Campos, en las labores de vicepresidente; Kady Danso, que es la secretaria, y el vocal y responsable de prensa Gerardo Yánez. Solo cuatro miembros llevan a cabo esta ingente labor, que ha sido reconocida este año con el premio Onda Fuerteventura en la categoría de asociaciones. “En el equipo, nos complementamos muy bien. Dos de nosotros nos dedicamos a lo que yo llamo la esencia del proyecto y los otros dos, que están por su profesión más familiarizados con la informática y las redes sociales, a la forma”, explica Alina.

Cinco años pueden parecer pocos para contar ya con una trayectoria tan exitosa, pero, para los voluntarios de Limpiaventura, supone toda una vida. “Hay que pensar que no hemos faltado un solo domingo”, dicen, en batidas realizadas en distintas playas y zonas de costa de norte y sur de la Isla, de Bristol a Cofete. “En cada intervención, contamos con una media de doce participantes, aunque ha habido días en los que han venido hasta 70 voluntarios”, explica Alina.

Además de los consabidos plásticos, se suele recoger toda clase de objetos, hasta los más inesperados: “Puede decirse que encontramos los mismos artículos que hay en un bazar chino: lavadoras, colchones, bancos del parque, hasta vibradores, aunque en el top diez se encuentran redes de barco, colillas, bastoncillos palos de chupa chups, cuerdas, bolsas y envases monouso de los que se usan en los hoteles”, dice.

Las cantidades recogidas varían cada semana y según las zonas. “En Lobos, llenamos 80 sacos de 100 litros de capacidad, pero la media es de entre ocho y 25 sacos, lo que es mucho, teniendo en cuenta que algunos residuos son diminutos. Siempre hay basura en la costa Oeste de la Isla, en Lobos, Cofete o en Bristol”, explica la activista, que alude a las corrientes marinas que propician este movimiento de residuos. Alina reconoce que muchos de estos restos vienen arrastrados por las mareas o “directamente lanzados desde los cruceros”.

La parte positiva la ponen los avances en la concienciación sobre este problema, sobre todo el último año, a lo que han contribuido la elección de microplástico como la palabra del año o el fenómeno global protagonizado por la niña sueca Greta Thunberg, símbolo de la lucha contra el cambio climático. “Es verdad que las grandes superficies empiezan a eliminar los plásticos de sus establecimientos, como es el caso de la cadena alemana Lidl, pero aún es una asignatura pendiente en algunos sectores estratégicos”, explica Alina.

En Canarias, uno de estos sectores es el pesquero. “En ocasiones, se sigue usando artes de pesca muy nocivas para la diversidad marina. En las redes de arrastre ilegales quedan atrapadas muchas especies que se descartan porque no se destinan al mercado alimentario. Esta es la peor parte porque se está desequilibrando el ecosistema, provocando que algunas especies estén ya en peligro de extinción, como los tiburones. En Canarias tenemos la suerte de contar aún con el angelote, pero debemos protegerlo para que no termine desapareciendo”, insiste.

Pero lo que más aprecia Alina es el cambio positivo en la mentalización del cuidado del medio ambiente en los propios isleños, “sobre todo en la franja de edad entre los 25 y los 45 años, lo que no ha sido muy habitual”, dice. Puede que haya contribuido a esta concienciación de la población residente las actividades didácticas que desde hace dos años también viene llevando a cabo la organización en los centros educativos de la Isla. “Me gusta pensar que estamos poniendo semillitas para este cambio de actitud en las generaciones más jóvenes”, dice Alina.

También cabe destacar la unión del activismo ambiental en la Isla, donde las asociaciones empiezan a tomar caminos comunes. “Siempre hemos estado en contacto con Avanfuer y nuestro compañero José Ángel es el delegado en Canarias de la iniciativa internacional Let’s clean up the world (en España Let’s do it Spain)”, aclara la presidenta de Limpiaventura.

Las próximas actuaciones previstas por la ONG son la participación en la marcha contra el cambio climático que organiza Oasis Wild Life el próximo 27 de septiembre; también en la carrera de obstáculos Baifo Extreme, del Ayuntamiento de La Oliva, el 28 de septiembre; y la asistencia al evento motero de Betancuria, “un sector que está empezando a interesarse por la lucha ambiental”, indica.

Desde hace dos años, Limpiaventura lleva su discurso a alumnos majoreros de entre cuatro y 17 años, con talleres cada viernes, que finalizan con la limpieza de un paraje costero. La actividad, que se desarrolla durante una mañana lectiva, consta de actividades de pintura o teatro creativo y finaliza con la limpieza en la playa.

“Trabajar con niños es muy gratificante porque se empoderan y se convierten en activistas en sus núcleos familiares. Los que más se implican son los que están entre los ocho y 11 años”, asegura Alina, madre ella misma de un joven de esa edad, Erik, un chico que, aunque lógicamente ha sido criado en el respeto al medio, “está en la lucha por propia convicción”, argumenta su madre, partidaria de no adoctrinar a los pequeños, sino de hacerles tomar sus decisiones tras documentarse y conocer la realidad”.

En el desarrollo de los talleres, cobra especial protagonismo la mascota Libertad, un personaje creado para servir de hilo conductor argumental de las actividades teatrales y plásticas. “Es una foca del Pacífico que ha quedado enredada en plásticos, aunque el final es siempre feliz, gracias a las propuestas de los alumnos”. En la vida real, el cuento no siempre acaba bien, pero Limpiaventura pone su grano de arena para dar un giro a la historia.

Cuenta de Limpiaventura para aportaciones: Banco Sabadell IBAN: ES79 0081 0545 5000 0178 7186

Comentarios

APLAUSOS y VÍTORES para Limpiaventura y sus componentes.
¡Cómo cambian las cosas, según pasa el tiempo, las gentes, las circunstancias! Estas labores de limpieza de las costas majoreras, ahora, son muy necesarias y encomiables, para mantenerlas decentemente, hasta donde se puede... Pero cuando yo era niño y adolescente - allá por los tiempos de Tutankamón, un buen amigo mío - , se hacían labores parecidas por nosotros, los majoreros, especialmente por las orillas de la Mar del Norte: la búsqueda y procura de "jayos", productos arrojados por las mareas a playas y acantilados. Aunque ahora pueda parecer increíble, entre esos elementos no había plásticos. Aunque cuando empezaron a dejarse ver, también fueron apreciados: en forma de bidones, botellas y otros recipientes, nos venían muy bien, con el fin de usarlos-utilizarlos como recipientes de tantas cosas, como baldes, comederos-bebederos para los animales...´¡ Éramos tan pobres, y las necesidades-tradiciones del RECICLAJE, de todo, eran tan grandes y tan PRACTICADAS !
Pero lo más buscado procurado, desde siempre, eran la maderas... tablas, vigas... de las que se aprovechaban hasta las últimas lascas y virutas. Los dueños de las vigas "pescadas" por las costas de la Mar del Norte por Jandía, recuerdo que podían tener "problemas" a la hora de pasar la "portaa"-"aduana" de Matas Blancas, donde el guardia de la misma, Pepito (Viera) - al que había que pedir permiso para que abriera la puerta, de dos hojas-cancelas - podía poner "reparos" a la saca de ese material desde la DEHESA DE JANDÍA... Algunos "jayistas", recurrían a ocultar sus botines escondiéndolos, amarrados, a los chasis del camión que los transportaba, bajo la carrocería ... Otros "tesoros" que tiraba el mar a las costas, eran cabos, sogas, bidones y garrafones (Vacíos, claro)... Como anécdota, un vecino mío, un día, en una de sus habituales tareas de búsqueda, tuvo un descubrimiento triste y desagradable: un hombre ahogado. Pero a la postre, el disgusto le reportó un importante lucro, a él, hombre pobrísimo y honrado, pues la víctima portaba un lujoso reloj de oro, que, ateniéndose a las leyes, le entregaron las autoridades, por haber dado aviso del cadáver.

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