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La Oliva se une para reclamar servicios básicos y rescatar su patrimonio histórico

El vecindario pide que se ejecuten inversiones para la apertura de la piscina municipal, mejorar la gestión de los residuos, más limpieza, una depuradora y abastecimiento estable de agua

Itziar Fernández 9 COMENTARIOS 17/07/2024 - 07:56

Un grupo de vecinos se ha unido para conformar la Plataforma de Vecinos de La Oliva Casco con el firme propósito de contribuir a la mejora de la calidad de vida de la localidad. Un núcleo histórico, advierten sus portavoces, Juan y Pedro Carreño Fuentes, que “no se merece el abandono y dejadez de infraestructuras, servicios, mantenimiento, paisaje y del patrimonio cultural, histórico, artístico y etnográfico”.

Juan Carreño insiste en la importancia de exigir a las autoridades municipales soluciones inmediatas y reales a las necesidades de este pueblo. “Todos los que vivimos en La Oliva anhelamos una mayor calidad de vida, y consideramos que hay muchos aspectos que deben mejorar para poder sentirnos orgullosos de nuestro pueblo”, recalca Juan.

Los vecinos denuncian el inconveniente que supone carecer de una oficina bancaria en el pueblo: “Le corresponde al Ayuntamiento presionar a los bancos para que abran una oficina, con personal que ayude al vecindario”. Sólo queda un cajero, en el que no se puede ingresar, pese a que es un recurso esencial para los empresarios, vecinos mayores, jóvenes y turistas de La Oliva. “Con frecuencia está averiado y es intolerable carecer de un servicio así en condiciones en un pueblo que alberga un Ayuntamiento, con un movimiento económico y turístico importante en la Isla”, advierte.

Para los vecinos también urge la reapertura inmediata de la piscina municipal, que lleva dos años cerrada por un problema de impermeabilización, unas obras que se han convertido en interminables, a sabiendas de que se trata de un equipamiento muy necesario para los habitantes. “Hay que mejorar las instalaciones deportivas para la salud y el bienestar de la población”, subraya.

Además, este colectivo vecinal reclama que se planifique una estación depuradora para las aguas negras, debido al crecimiento exponencial del núcleo. “Las nuevas viviendas deben tener su propia depuradora pero pedimos una mejor gestión de las aguas negras, hay que invertir presupuesto y poner los medios necesarios para evitar malos olores e infecciones”, repasa Carreño en conversación con Diario de Fuerteventura.

Otro problema añadido es el de la basura. “Hay una planta para los residuos en el centro del pueblo hasta su traslado a Zurita. Por eso se debe ordenar y dotar a esta localidad de un punto limpio para evitar plagas de bichos y vertederos incontrolados”, insisten los vecinos.

Un asunto primordial para la vecindad es mantener limpios los espacios comunes, regar jardines, palmeras y vegetación, y cuidar el paisaje local, para evitar la persistente sequía y su desaparición. “Sabemos que la nueva Corporación no tiene la culpa de muchos problemas existentes en la actualidad, pero nosotros queremos que comiencen a trabajar para mejorar la calidad de vida de la población residente y evitar que todo el dinero se vaya en fiestas, ferias y descuiden los servicios esenciales de pueblos y barrios del municipio”, alertan los vecinos.

“Los propios residentes, que estamos sensibilizados con el cuidado medioambiental del entorno, somos los que recogemos basura por los callejones, latas, plásticos, heces de perros, y regamos espacios comunes para evitar que todo se seque, por lo que creo que corresponde al Ayuntamiento acometer todas estas tareas”, insiste Carreño.

“Consideramos que urge un plan de mantenimiento, conservación y cuidado del pueblo de La Oliva, del conjunto histórico y que se fomente la participación vecinal para aportar ideas para conseguir un pueblo más bonito y saludable”, destaca la Plataforma.

En ese sentido, los vecinos recuerdan el problema existente con los cortes de agua que requieren soluciones e inversiones inmediatas. El abastecimiento de agua tiene que ser prioritario, según el vecindario: “Que se dejen de tirar la pelota de unos a otros y se actúe de forma coordinada para resolver este grave problema en el municipio”.

Entre sus propuestas se encuentra también la retirada de la perrera municipal de su ubicación actual y buscar otro lugar más alejado del conjunto histórico que rodea la iglesia, porque resulta bastante molesto y esta infraestructura requiere un espacio más grande.

Patrimonio

Por otro lado, el historiador Pedro Carreño Fuentes aborda la importancia de crear un plan integral de recuperación del patrimonio, en el que se establezca una hoja de ruta para que se actúe de una forma correcta y consensuada, no sólo en función del político que gobierna.

“El municipio debería tener un catálogo con todo nuestro patrimonio, las intervenciones necesarias y más prioritarias para su conservación, ya que muchos bienes se encuentran abandonados”, destaca. “Tenemos un conjunto de Bienes de Interés Cultural, yacimientos arqueológicos, un patrimonio histórico y artístico que necesita protección”, subraya.

Pedro da “gracias a que no ha caído una tormenta fuerte de agua en La Oliva, porque se perderían todas las pinturas de la Casa del Inglés, que constituyen una riqueza importante, ya que tres años después de la adquisición por parte del Cabildo de Fuerteventura sigue sin iniciarse su restauración”. “Son cosas incomprensibles, consideramos que se puede y se debe presionar desde las instituciones locales para conseguir resultados”, indica Carreño.

El vecindario propone que la Casa del Inglés se convierta en un museo. “Se puede contar la historia de la casa, que es bastante interesante, pero también se debería incluir toda la historia patrimonial que atesora el municipio y Fuerteventura”.

Carreño resume que la Casa del Inglés data del siglo XVIII, ubicada en el sitio de Don David, y que representa la arquitectura de la burguesía rural, además de evidenciar el poder económico de la clase burguesa agrícola y comercial que se afincó en La Oliva.

Su primer morador fue el señor terrateniente Juan Leal Sicilia, que se dedicó a la agricultura y al comercio entre Canarias y América. Después, la compró el señor Parkinson, naturalista inglés, dedicado al estudio de la flora y fauna, por eso se la conoce como Casa del Inglés. La casa después fue vendida, tuvo múltiples usos, y después de la Guerra Civil fue ocupada por el ejército en un lado y fue enfermería en el otro.

Carreño destaca la grandeza de esta casa de dos plantas, levantada con muros de mampostería, con vanos y esquinas sillares de cantería, un gran patio y aljibe. La fachada sur es la principal, con cuatro huecos, cubiertos por dos aguas con teja árabe. Tuvo un balcón que ha desaparecido, mientras que en la fachada de naciente se conservan restos de balcón de madera. A poniente, la casa es una fortaleza, con una escalera de acceso, y en la fachada norte se abren seis huecos, uno superior y cinco en la parte inferior. La casona fue dividida en dos. En la actualidad, languidece en muy mal estado.

Momento de actuar

“No se puede mirar hacia otro lado, es el momento de actuar porque hay que educar, enseñar la riqueza que tenemos y falta conciencia de protección de nuestro patrimonio”, destaca el historiador. “Soy consciente de que hay patrimonio que debemos dejar marchar pero otro se puede rescatar, sin demasiado presupuesto, lo que se necesita interés y ganas de trabajar para conseguirlo”, expresa Pedro.

Plantea diseñar una hoja de ruta para la restauración del conjunto histórico

Carreño es también presidente de la Asociación de Turismo Rural España y pone como ejemplo el núcleo albaceteño de Ayna, conocida como la Suiza manchega, donde se celebró el último congreso nacional de este colectivo. “Resulta admirable cómo cuidan el entorno, el paisaje y el patrimonio”, observa.

Para Pedro Carreño, La Oliva debería seguir este ejemplo, con interés político y la implicación de todo el vecindario. “Tenemos paisaje, patrimonio, historia y una gran inquietud cultural”, confirma.

La ruta teatralizada de La Oliva es un ejemplo de difusión de la historia local. Comienza en el Museo de La Cilla, la iglesia de La Oliva y la Casa de los Coroneles. “No se puede entender que la conocida como la Alhambra canaria, la Casa de los Coroneles, siga cerrada por obras de reforma”, lamenta el historiador.

“Además, todo el conjunto de arquitectura tradicional que rodeaba el inmueble, era un poblado de viviendas destinadas a la residencia de cargos militares de la época, y la han dejado caer casi al completo, nadie lucha por su restauración”, lamenta Carreño.

“Falta cuidado y cariño”

Añade que el palmeral de la zona se ha secado y se ha perdido. “Falta cuidado, cariño y anhelo por restaurar todo lo que tenemos a nuestro alrededor, más amor por nuestra tierra”, aprecia. “La Cueva de Villaverde es la única que ha logrado inversión para una excavación debido a los hallazgos y a que recoge el ADN del pueblo aborigen”.

El vecindario propone que la Casa del Inglés se convierta en un museo

En 2021 se anuncia la adquisición de la Casa de Don Blas Curbelo, médico de los coroneles, por parte del Ayuntamiento por 2,3 millones de euros. Su historia reciente estuvo ligada al museo de arte canario Case Mané. “Es un edificio emblemático, nos alegró que no cayera en manos privadas y que forme parte del patrimonio municipal, ya que es un referente histórico, pero el inmueble sigue abandonado y pedimos responsabilidades”, indica. Los vecinos quieren conocer cuál va a ser su uso en un futuro. Además, se ha secado toda la vegetación que rodeaba la edificación, desde cactus a palmeras y buganvillas.

Carreño también hace hincapié en la necesidad de reactivar espacios, con acciones como recuperar las visitas guiadas por la considerada montaña sagrada de Tindaya, adecentar, limpiar y mantener tubos volcánicos y cuevas. Algunas de gran valor, como la Cueva de Los Ídolos, o recuperar la Cueva del Llano, para que vuelva a convertirse en un museo con visitas guiadas, puntuales o programadas, pero que se pueda difundir y conocer sus valores.

Este vecino pone el ejemplo de un bien cultural como la Casa Alta de Tindaya, que se restauró y permanece cerrada.”Hay una ruta de los molinos en el pueblo de La Oliva, que está abandonada y se desconoce su historia, y lo mismo ocurre con la ruta del agua, la historia de los aljibes y muchas otras cosas”, insiste Carreño.

Por eso, considera que es fundamental la existencia de una plataforma vecinal activa que opine, proponga ideas y que luche para conseguir mejoras para el municipio.

Comentarios

Como siempre, todos se olvidan de los mayores, Abandonados en sus casas, A morir en absoluta soledad. Que triste sociedad estamos creando para nuestros hijos.
Al fin!! era hora que muestren tener un poco de sangre !!
Urgente una brújula para el alcalde que se subió a su ego....pensando que todo esta bien y limpio...
Lo que hay que hacer es echar a toda la banda de ineptos, vagos y prevaricadores que hay en el Ayuntamiento de La Oliva.
"El historiador Pedro Carreño Fuentes". ¿Donde le dieron el titulo?
Lo que hay que hacer es echar a toda los ineptos, vagos y prevaricadores que hay en el Ayuntamiento de La Oliva.
Lo que hay que hacer es echar a toda los ineptos, vagos y prevaricadores que hay en el Ayuntamiento de La Oliva.
Tiene tanto ego que se olvidó entregar las 6 licencias para discapacitados están esperando el estudio del estudio para aprobarlas
EGO ...asi se llama Don alcalde de la Oliva DON EGO

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