La genética de la Cabra Majorera podrá exportarse desde el nuevo Centro de Sementales de Fuerteventura
El acto inaugural del Centro de Machos tendrá lugar este viernes, 21 de abril, a partir de las 17.30 horas
Este viernes 21 de abril, a partir de las 17.30 horas, tendrá lugar el acto inaugural del Centro de Sementales de la Raza Caprina Majorera, un nuevo hito en el programa de cría de este animal emblemático de la ganadería canaria, y productor de la leche y el queso majorero, premiado mundialmente.
Durante la última década, la FECAMA (Federación Nacional de Criadores de la Raza Caprina Majorera) y las tres asociaciones que la integran, radicadas en Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife, han impulsado la recuperación y mejora genética de la raza, contando actualmente con unos 13.000 ejemplares inscritos en el libro genealógico, y han trabajado en la mejora productiva de la leche de cabra, gracias a un trabajo conjunto con las explotaciones ganaderas y las instituciones que apoyan el programa.
Toda esta labor dará un salto cualitativo gracias a la puesta en servicio de este nuevo espacio, que abre sus puertas en los Cascajos de Almácigo (Puerto del Rosario). Porque a partir de ahora, "gracias al grupo fundacional de machos de pura raza seleccionados, y con la garantía sanitaria que nos da este centro, podremos conectar las cabañas de Canarias entre sí con mayor facilidad, dando un gran salto en el programa de cría de la raza caprina majorera", valoró Iriome Perdomo, presidente de la FECAMA.
El centro está diseñado para acoger hasta 70 sementales, y comienza a funcionar con unas modernas instalaciones que ya acogen a seis machos candidatos, actualmente en aislamiento sanitario. Es un espacio que "cuenta con la tecnología necesaria para la extracción, análisis en laboratorio, congelación y distribución del semen de estos ejemplares", añade Perdomo.
Genética superior y control sanitario
Los ejemplares acogidos en el Centro de Machos han sido previamente seleccionados tras valorar su ascendencia y su biotipo lechero. "Buscamos machos genéticamente superiores", detalla Gabriel Fernández de Sierra, director técnico del programa de cría. "Las asociaciones han constituido sus núcleos de selección, realizando registros de producción desde hace diez años, y seleccionando a los ejemplares más productivos. El control lechero ya lo tenemos, con datos objetivos, además del control genealógico de las nuevas generaciones por medio de pruebas de filiación por ADN.
Durante cientos de años, ganaderos y ganaderas han seleccionado para sus cruces a los ejemplares que consideraban mejores. En eso consiste la cría, y en Canarias, ha dado lugar a una raza enormemente productiva, resistente y adaptada a climas áridos. Este proceso da un salto con la creación del libro genealógico, garantizando la pureza de los animales inscritos. Y el último paso, ante el que nos encontramos, es la reproducción de los ejemplares de pura raza por inseminación artificial. Gracias a ello, "en un periodo corto de tiempo, podremos tener muchas más cabras y machos en seguimiento. Es un avance fenomenal en el programa de mejora genética", valora Fernández.
Pero no es posible desarrollar este proceso sin garantías sanitarias, pues se hace necesario "prevenir la presencia de enfermedades que puedan transmitirse por el semen, y así evitar que pudieran contaminarse otras ganaderías", señala Christian de la Fe, catedrático de sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia, que se ha encargado de la evaluación sanitaria de los machos candidatos.
"Sería inviable analizar cada dosis seminal. Pero sí podemos evitar que cualquier infección salga del centro, garantizando el control sanitario de los sementales seleccionados tanto en el proceso de entrada como durante su estancia en el centro. Por eso son necesarias la cuarentena y el aislamiento, porque tratamos de evitar la entrada de animales con enfermedades infecciosas, víricas o bacterianas, que se puedan transmitir entre las explotaciones", subraya el veterinario.
El grupo de seis machos candidatos a mejorantes acogidos en el centro son el principio de un proyecto a futuro. Una vez se encuentre a pleno rendimiento, la genética de la raza caprina majorera podría exportarse no sólo a Canarias, sino a otros puntos del territorio nacional, e incluso a otros países. La cabra majorera es un animal reconocido y apreciado por su resistencia y productividad, y son muchos los países que, si las regulaciones sanitarias lo admiten, estarían interesados en hacerse con su genética a partir de la comercialización del germoplasma, algo que a su vez supone una oportunidad comercial para las cabañas ganaderas de Canarias.
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