El ganadero del Barranco de las Peñitas adora su profesión y recoge una media de 620 litros de leche de cabra al día. Ganó en FEAGA al extraer 4,9 litros en un minuto
Juan Pedro, rey del ordeño manual: “El secreto es seleccionar la cabra”
El ganadero del Barranco de las Peñitas adora su profesión y recoge una media de 620 litros de leche de cabra al día. Ganó en FEAGA al extraer 4,9 litros en un minuto
El ganadero que se ha coronado este año rey del ordeño manual en FEAGA, Juan Pedro Hernández Ramos, es del Barranco de las Peñitas, Betancuria, y le salieron los dientes entre las cabras. De padres ganaderos, ha querido continuar con el legado familiar y con las tradiciones que le inculcaron desde niño. Este año ha triunfado en el concurso de ordeño manual de la feria ganadera al conseguir 4,9 litros de leche en un minuto. “El secreto es seleccionar la cabra más adecuada, con ubre cargada de leche, no todas valen, pero la cabra majorera tiene una tipología muy buena para este concurso”, indica. Todo ello unido a ser un profesional muy ágil y “tener mucha práctica”.
En las últimas ediciones de la Feria Agrícola, Ganadera y Pesquera de Fuerteventura, Juan Pedro Hernández se ha quedado entre los primeros puestos por su rapidez y destreza. “Ya no se practica el ordeño manual en nuestro trabajo diario, salvo en momentos puntuales para extraer el beletén, ordeñar alguna cabra para un cliente concreto, pero lo habitual es ordeñar a máquina”.
El concurso de ordeño manual se mantiene en FEAGA para conservar las tradiciones y “es divertido y atractivo para el público”. También resulta de interés para los ganaderos, ya que genera una gran expectación entre los profesionales y el público asistente. Teniendo en cuenta que Juan Pedro Hernández recoge una media de 620 litros de leche de cabra al día, “ordeñar a mano sería impensable”. Tiene tanques de almacenamiento para su conservación, pero le recogen la leche cada dos días y la vende casi al completo a una empresa de Gran Canaria.
Cuenta con una cabaña caprina de 450 cabezas y, para Juan Pedro, de 43 años, esta es la profesión más bonita del mundo. “Es muy sacrificado pero soy ganadero porque me gusta y no me dedicaría a otra cosa, por eso trabajo cada día para superar los problemas que están afectando al sector y que han llevado a muchos compañeros a abandonar”, asegura. Se crió entre cabras pero siempre quiso aprender a manejar por su cuenta una explotación, estudiar todos los detalles para poder dedicarse a este oficio, sobrevivir y que sea rentable.
“Ser ganadero es muy sacrificado pero me gusta, no me dedicaría a otra cosa”
“Mi negocio es familiar, cuido cada animal con mucho detalle, me preocupo de que tengan una buena alimentación, que estén sanas y así se extrae una leche de cabra de alta calidad”, apunta el ganadero. Ha logrado negociar un precio de la leche “razonable” y cobra 0,89 euros el litro. “Ahora se estudia la rentabilidad de cada cabra, los gastos que supone una explotación, los precios de los piensos, los servicios que se necesitan, y sobrevivimos gracias a las ayudas, porque de lo contrario es imposible salir adelante, por eso entiendo que muchos profesionales abandonen el sector primario pero, si te gusta y quieres trabajar, creo que se puede salir adelante y vivir bien”, reflexiona.
Reducción de la cabaña
Juan Pedro analiza la situación de la cabaña ganadera por la geografía insular y reconoce que se ha reducido de forma alarmante en la última década, tanto en la zona norte como en el sur de Fuerteventura. “Me da mucha pena porque la cabra forma parte de nuestra historia, de nuestras tradiciones, es esencial para una dieta saludable y contribuye a mantener una economía sostenible”, destaca. “Cuidamos el medio ambiente, protegemos el territorio, pero muchos ganaderos no han logrado el relevo generacional, se han jubilado, y sus explotaciones han desaparecido, muchas queserías han cerrado y no veo mucho futuro”, describe. Para Juan Pedro Hernández, la ganadería majorera pasa por un momento de retroceso y de declive, y espera que la realidad actual cambie con la entrada de nuevos profesionales para que no desaparezca.
“Creo que la última edición de FEAGA en Pozo Negro estuvo muy bien, se ha modernizado mucho con la entrada de visitantes, tecnología, maquinaria, servicios, piensos y proveedores, pero faltan ganaderos, profesionales, queserías y trabajadores que luchen para sacar adelante el sector primario en Fuerteventura y en Canarias, por eso tenemos que ayudar a esos jóvenes que quieren entrar en el sector porque son el futuro”, concluye.
Los ganaderos han detectado que desde hace unos años los jóvenes comenzaron a abandonar el sector primario, a salir de los pueblos para trabajar en el turismo o comercio, pero muchos ahora ven explotación y estancamiento en esos sectores y quieren regresar al campo, porque existe una mayor calidad de vida. Hay jóvenes que buscan recuperar las tradiciones de sus antepasados, ser autónomos y acabar con horarios estresantes y mal remunerados.
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