La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a 22 años de prisión a Henry García, después de que un jurado popular lo declarase culpable, por el asesinato con el agravante de “alevosía y ensañamiento” de su pareja, Yessica G.P., el 9 de diciembre de 2015, en su domicilio y delante del hijo de la víctima, que tenía entonces siete años de edad.

El fallo de la Sala presidida por el juez Salvador Alba le prohíbe también aproximarse a menos de 500 metros del menor y a indemnizarle con 100.000 euros por los daños morales sufridos tras presenciar la muerte de su madre y el sufrimiento experimentado por su pérdida. Asimismo, se le ha condenado a pagar 50.000 euros de indemnización a la madre de Yessica. Además, el tribunal sentencia que Henry García no podrá residir en Fuerteventura en un tiempo de diez años.

El condenado alegó durante el juicio no sabía lo que hacía y que no quería matarla, a pesar de haberla apuñalado 15 veces con un cuchillo de cocina.

La Fiscalía calificó el crimen como asesinato con alevosía y ensañamiento, con la agravante de parentesco y la atenuante de confesión y planteó una condena de 22 años de cárcel. Por su parte, la acusación popular, ejercida por el Instituto Canario de Igualdad, pidió 25 años de prisión.

La joven tenía 24 años cuando fue salvajemente golpeada y apuñalada en la madrugada del 9 de diciembre de 2015 en su domicilio de la calle Cipriano Gutiérrez Oramas de Puerto del Rosario.

Henry García le dio un puñetazo en la cara a Yessica, causándole un traumatismo nasal y en el ojo derecho. La agarró por el cuello, cogió un cuchillo de cocina de gran tamaño y comenzó a darle puñaladas por todo el cuerpo, según destacó la Fiscalía.

Cuando la joven estaba en el suelo mortalmente herida, García le dio varias patadas y le clavó varias veces más el cuchillo “para aumentar deliberadamente su sufrimiento”, asestando hasta un total de 15 puñaladas.

En vez de prestarle ayuda, Henry García se dirigió a la Comisaría de la Policía Nacional, que se encuentra a pocos centenares de metros de donde se cometió el crimen, y reconoció que había “matado a Yessica”.

Mientras tanto, la víctima junto a su hijo que había presenciado el brutal apuñalamiento, se arrastró desde la vivienda, que estaba en la segunda planta, hasta el piso de la primera planta, donde pidió auxilio a los vecinos, que llamaron al 112.

Yessica fue trasladada al Hospital General de Fuerteventura y posteriormente fue evacuada a Gran Canaria. La joven falleció el mismo día a las cuatro de la tarde como consecuencia de las múltiples heridas por arma blanca.