El hecho de que Fuerteventura pase a nivel tres o semáforo rojo este próximo lunes tiene consecuencias. Por ejemplo, la permanencia de grupos de personas, tanto en espacios públicos como privados, pasa a ser de un máximo de cuatro individuos, salvo en el caso de que sean convivientes, dos menos que con el nivel dos.

Una de las medidas que tiene fijadas la comunidad autónoma de mayor impacto -consultar aquí el documento íntegro- es que con el nivel de alerta tres “se restringe la salida y entrada de personas” a la isla, “salvo desplazamientos justificados”, como motivos profesionales, asistencia a centros médicos o educativos.

No obstante, el consejero de Sanidad, Blas Trujillo, anunció este jueves que, para Semana Santa, entre el 26 de marzo y el 9 de abril, se restringe la movilidad entre islas, salvo las excepciones estipuladas. Para poder desplazarse al margen de las excepciones se exigirá una prueba diagnóstica negativa.

El toque de queda con el semáforo rojo se sitúa, en general, entre las 22.00 horas de la noche y las 6.00 horas de la mañana, una hora menos que con el nivel de alerta dos.

En cuanto a la hostelería, la medida más destacada es que tienen que cerrar el interior de los establecimientos, mientras que las terrazas al aire libre tienen que limitar su aforo al 50 por ciento, con cuatro comensales por mesa.

Así, pasa a estar prohibido el consumo en barra, que con el nivel dos podía ser en grupos de dos personas, y el cierre completo del establecimiento debe producirse antes de las 22.00 horas.

En establecimientos comerciales el aforo máximo es del 33 por ciento en el interior de los locales, y está prohibida la utilización de zonas recreativas o infantiles, “salvo que pueda garantizarse la desinfección tras cada uso”.

Los mercadillos que se celebran periódicamente ven limitado su aforo al 33 por ciento en zonas interiores y al 50 por ciento al aire libre (antes era del 50 y 75 por ciento, respectivamente).