El turismo generó en el último año en Fuerteventura la friolera de 2.455 millones de euros, casi 410 millones más que en 2015. Mientras la llegada de turistas se ha disparado en los últimos tres años hasta batir cifras récord, el gasto que los visitantes hacen en el destino no termina de despegar. Cafeterías, tiendas de regalos, ropa, calzado, peluquerías y restaurantes advierten que el gasto de los visitantes es mínimo durante sus vacaciones, aunque en lo que va de 2017 se ha observado un pequeño repunte en localidades como El Castillo, Corralejo o Morro Jable.

“Tenemos tres comercios de ‘Crazy Corner Photography’ en El Castillo, y en éste de la calle principal pasa mucha gente. Los turistas entran, miran y les encantan los bolsos, gorros, carteras y de todo, pero vemos que gastan muy poco, prácticamente se compran algún detalle barato, imprimen alguna foto, pero no se llevan regalos para la familia ni detalles caros aunque ofrecemos una variedad de artículos de decoración, regalos, bisutería y complementos. Las ventas están flojas”, afirma la dependienta del establecimiento, Martina Robbiani.

La mayor parte del presupuesto que los turistas desembolsan para sus vacaciones en Fuerteventura se contrata en sus países de origen: prácticamente ocho de cada diez euros ya están comprometidos antes de despegar hacia la Maxorata. “Muchas familias pasean por delante de nuestra terraza pero son contadas la que se sientan a consumir una bebida, y sólo acuden cuando quieren ver por la tele algún encuentro deportivo importante o van a las máquinas y juegos recreativos”, señala Daniel Guerrero, de la Cafetería Piscolabis Play Park de El Castillo. “El todo incluido ha hecho mucho daño a la hostelería de Fuerteventura y en esta zona se nota porque los alojamientos están bastante llenos pero no redunda en sus beneficios”, añade.

Carmen Luisa y su hija de Dream's Peluqueros.

Cafeterías y bazares comprueban que las ventas y consumiciones son escasas en plena recuperación económica y tras batir Fuerteventura récord de afluencia 

En los tres últimos años, la industria turística de Fuerteventura ha pasado de generar 1.883 millones de euros en 2014 a superar la barrera de los 2.000 millones en 2015, cuando se generaron 2.045 millones, y alcanzar en el recién finalizado 2016 los 2.455 millones de euros. No obstante, el gasto en destino ha representado siempre entre el 20 y el 21 por ciento de lo que desembolsan los visitantes a la Isla: 380 millones en 2014, 429 millones en 2015 y 520 millones en 2016, según el estudio sobre gasto turístico que efectúa el Instituto Canario de Estadística (Istac).

Carmen Luisa, de Dream's Peluqueros, es una de las más optimistas de la zona turística de Caleta de Fuste. “Cada tres días los turistas acuden a la peluquería para peinarse o probar nuestros tratamientos de estética y belleza, así que no está mal porque hemos detectado bastante movimiento este año y vemos que el gasto en los comercios evoluciona muy lentamente”, desvela.

Los negocios que mejor han trabajado en el último año y en lo que va de 2017 son los ‘rent a car’, cuenta Manola, empleada de una empresa dedicada a este sector, debido al interés de los turistas por recorrer la Isla. Asimismo, también han apreciado un ligero repunte comercios de ropa con firmas conocidas. “En nuestro comercio de ropa y complementos de Puerto Castillo las ventas funcionan porque a los nórdicos, ingleses y alemanes hay ciertas marcas que les fascinan, y nos comunican que aquí es más barato que en sus países de origen”, advierte la italiana Melani Álvaro.

Martina Robbiani, del bazar Crazy Corner Photography.

Martina Robbiani, dependienta de ‘Crazy Corner Photography’, afirma que los visitantes casi no compran regalos y se llevan detalles baratos

En ese sentido, la recuperación económica en los países emisores de turistas a Fuerteventura también se ha percibido en el incremento de lo que cada visitante se gasta en sus vacaciones. Al día, un turista se gastaba 118 euros en 2014, unos 124 euros en 2015 y 129 euros en 2016. En cambio, el gasto diario del visitante en el destino sufrió en el último año un ligero retroceso, en términos porcentuales: apenas un 0,2 por ciento, pero que representa las dificultades para conseguir que los turistas se rasquen más el bolsillo fuera de los establecimientos alojativos.

Los establecimientos y cafeterías del Sur, en el municipio de Pájara, han sido los más afectados por el todo incluido y los que han padecido la crisis con más intensidad, porque el consumo de los visitantes fuera de los complejos era mínimo, y muchos negocios de Costa Calma y Morro Jable se vieron obligados a cerrar las puertas.