MEDIO AMBIENTE

Calotropis, el árbol de la seda que está cambiando el paisaje de Fuerteventura

Nadie sabe qué hacer con esta especie, incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, debido a su potencial colonizador

César-Javier Palacios 16 COMENTARIOS 17/06/2024 - 06:40

Cuenta la inglesa Olivia Stone que cuando recaló en Puerto Cabras en 1883, su polvorienta calle principal no lucía más vegetación que unos esmirriados arbolillos creciendo por todas partes. Intrigada, le explicaron que habían llegado accidentalmente hacía 15 años. Añade la viajera que “se intentó cortarlo a ras del tronco o arrancarlo de cuajo, pero todo resultó inútil, así que se terminó por dejarlo crecer a placer”. También comenta que como “todos habían visto el ‘mismo arbolillo’ en alguna otra parte de la Isla” lo terminaron bautizado como el “mismo”, nombre que ha evolucionado a su actual denominación de “mimo”.

Sea o no verdad esta historia, lo cierto es que la tal planta no recibe ningún mimo ni los necesita. 157 años después de su llegada a Fuerteventura desde Sudamérica, de donde es oriunda (Argentina y Bolivia), la también conocida como tabaco moro (Nicotiana glauca) por ser prima de la tabaquera (Nicotiana tabacum) se ha hecho canaria, ocupando todas las Islas e incluso islotes tan aislados como Alegranza o Montaña Clara. Sus largos palos se utilizaron para sostener tomateras, pero nunca fue muy bien recibida.

¿Cuántos siglos hace falta para que una especie sea considerada local? Por si había dudas, el mimo o tabaco moro fue incluido en 2011 en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, por constituir, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, “una amenaza real para la biodiversidad y la economía”. Pero cualquier intento por eliminarla ha resultado poco menos que simbólico, habiéndose limitado a algunos arranques esporádicos promovidos en 2018 por el Cabildo de Fuerteventura en los parques naturales de Jandía y Corralejo.

Colonización del Sáhara

Algo parecido a la historia del arbusto americano ha sucedido con otra planta que trae de cabeza a los botánicos pero nadie parece demasiado interesado en controlar, el árbol de la seda (Calotropis procera). Su historia es igualmente fascinante. Especie típica del desierto africano, fue traída a Fuerteventura en los años setenta del pasado siglo por majoreros y legionarios que regresaron del Sáhara Occidental. En 1967, un particular la plantó en su finca de Giniginámar, desde donde “se escapó”, colonizando primero todo el valle y en la actualidad prácticamente una cuarta parte de la Isla, y ahora son miles los ejemplares los que ahora mismo se distribuyen por su geografía.

En 1967, un particular la plantó en su finca de Giniginámar y “se escapó”

Igualmente incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras debido a su potencial colonizador y por “constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas”, está prohibida en Canarias su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio, limitaciones a todas luces inútiles pues su distribución no para de crecer. De hecho, también ha colonizado la isla de Gran Canaria, donde el Cabildo ha emprendido diversas acciones para su eliminación en zonas como El Veril, La Aldea de San Nicolás o Tasarte a través RedEXOS, la Red Canaria de Alerta Temprana de Especies Exóticas Invasoras.

El pasado mes de abril, la diputada del Grupo Nacionalista Canario (CC), Natalia Évora, abordó en la Comisión de Transición Ecológica en el Parlamento de Canarias la necesidad de “reforzar la eliminación de especies invasoras como el árbol de la seda en Fuerteventura”. Évora planteó la urgencia de aumentar los esfuerzos económicos para acabar con esta y otras plantas perjudiciales como el rabo de gato, para lo que en su opinión es necesario “disponer de equipos dedicados para su eliminación y de esta forma evitar el descontrol de su proliferación en el medio natural del archipiélago”. De momento no hay noticias de la puesta en marcha de proyectos majoreros de erradicación, al menos en las zonas ecológicamente más sensibles de la Isla.

Díaz-Bertrana advierte de que pone en peligro a la conservilla y al colino majorero

Sin embargo, no todos los especialistas están de acuerdo en la necesidad de su eliminación. Mientras Marco Díaz-Bertrana, técnico ambiental experto en flora canaria, urge a tomar medidas cuanto antes, lamentándose de que no se haya hecho hace años, cuando la población era más pequeña y estaba limitada a unos pocos lugares, el botánico Stephan Scholz no la considera invasora sino una planta “que ha sabido ocupar un espacio vacío y al que no perjudica”.

Un nuevo elemento

Sea bueno o malo, el árbol de la seda va como la seda. Ha venido para quedarse en Fuerteventura y los gestores conejeros cruzan los dedos para que no salte a Lanzarote, donde recientemente ha aparecido un ejemplar en un jardín de Arrecife. Su silueta desgarbada, retorcida, ciertamente excéntrica pero siempre verde a pesar de ocupar territorios muy áridos, ya forma parte del paisaje más árido de espacios como el Monumento Natural de los Cuchillos de Vigán, el Paisaje Protegido de Malpaís Grande o el Parque Natural de Jandía.

“Ocupa un espacio vacío, y enriquece el ecosistema”, asevera Scholz

En muchos lugares es la única planta visible. Y como para no verla, con los casi tres metros de altura que alcanzan algunos viejos ejemplares con más de 20 años en sus acorchadas ramas, inmensas hojas aterciopeladas (de ahí su sedoso nombre) y espectaculares flores redondas teñidas de morado. Una belleza venenosa, pues el látex blanco es muy irritante y contiene peligrosas cardiotoxinas, razón por la que ni cabras ni conejos se atreven a comerla. Las únicas que lo adoran son dos espectaculares mariposas de gran tamaño, la monarca y la tigre, cuyas orugas se alimentan sin problema de sus hojas y cuyas poblaciones se han beneficiado de la expansión de esta invasora.

Marco Díaz-Bertrana lleva años advirtiendo al Cabildo de Fuerteventura, por activa, pasiva y mediante numerosos informes técnicos, del peligro de la expansión del árbol de la seda, al que acusa de poner en peligro dos de las especies botánicas más amenazadas de Canarias, la conservilla majorera (Salvia herbanica) y el colino majorero (Crambe sventenii), “pero cuando se podía haber controlado no se hizo y ahora es demasiado tarde”, critica.

La planta sahariana estuvo latente durante décadas, sin ampliar su distribución más allá de Giniginamar. Hasta que los tiempos le fueron favorables y en apenas una década ha colonizado media Isla, desde el Barranco de la Torre hasta Jandía, donde ocupa tanto resecos tableros como laderas e incluso gavias y maretas abandonadas.

Contiene cardiotoxinas, por lo que ni cabras ni conejos se la comen

Acabar con ella es tremendamente complicado, pues una vez cortada es capaz de rebrotar y de sus frutos del tamaño de manzanas surgen decenas de vilanos con semillas a los que el fuerte viento majorero lleva muy lejos. Más aún, si se enrisca y comienza a competir por fisuras en las rocas con la flora nativa amenazada.

Díaz-Bertrana acaba de llegar de Mauritania, hábitat natural de la especie, y reconoce haber entendido su éxito: “En el Sáhara las condiciones ecológicas son durísimas, para ellas Fuerteventura es un paraíso”.

Detalle de la flor del árbol de la seda.

Racismo botánico

Stephan Scholz, el gran experto de la flora majorera, director del Jardín Botánico de Oasis Wildlife, tiene una opinión radicalmente diferente a la oficial. Según su personal punto de vista, el árbol de la seda no sería una planta invasora “en el sentido malo”, puntualiza. E incluso apunta, no sin humor, que querer acabar con ella es una especie de “racismo botánico”, pues la especie ha colonizado un hábitat muy semejante al que ocupa en el Sáhara, apenas a un centenar de kilómetros de distancia, y tan solo le diferencia de otras plantas pioneras en que fueron los seres humanos los que le facilitaron el viaje, como ocurrió con el tabaco moro o las tuneras, pero podría haber llegado por su propio pie, empujadas las semillas por los vientos africanos.

“Ocupa un espacio vacío, enriqueciendo el ecosistema”, asevera Scholz. “La única diferencia con las plantas nativas es que no estaba antes, pero podía haber llegado perfectamente de forma natural y no la estaríamos ahora queriendo exterminarla”, algo que tacha de “injusto”. El doctor en botánica también rechaza que su expansión pueda afectar a especies autóctonas en peligro de extinción como la conservilla o el colino: “He visto algunos ejemplares trepando por los cuchillos, pero dudo que les vayan a dar la puntilla. Los problemas más graves para esas dos especies son la sequía y las cabras, no una posible competencia por los riscos”.

El árbol de la seda: ¿Especie invasora o recién llegada?

Comentarios

A la gente le da igual erto con tal de tener asfalto todo ya vale y un asadero y hablar ilegible ya es suficiente...
voy a tirar por la isla semillas de marijuana a ver si se convierte en invasora, pues exotica ya lo es, y asi disfrutamos todos [...]
Hace 15 o 20 años quise 'recolectarla' para 'llevarla hasta mi propiedad (como ornamental) ... desistí POR 'SU LECHE'. CONSIDERO *MUY PELIGROSA* SI CAE EN OJOS.
Muy a favor de que se respete la expansión de Calotropis por Fuerteventura. A diferencia de Gran Canaria donde sí puede suponer un problema para la flora autóctona que sí consigue sobrevivir en barrancos del sur y desplazarla, en Fuerteventura el sur de la isla (especialmente el sureste de Vigán) es un paraje hostil y yermo donde ni las aulagas agarran. La presencia del árbol de la seda sólo enriquece el entorno, aporta cobertura vegetal y refugio a la poca fauna local, materia orgánica al suelo y agarra el sustrato evitando en cierta parte la erosión, mejorando el entorno de barrancos. Y da algo de color al otrora baldío paisaje majorero local. Zonas como el Faro de la Entallada o Pozo Negro son totalmente distintos a hace años, más biodiversos. Que se esfuercen en salvar las pocas palmeras canarias centenarias que quedan en el entorno de la Maxorata... Un saludo.
En las fotos queda patente su "potencial invasor".
Pienso que en una isla tan despoblada de plantas y tan expuesta a la erosión, cualquier planta debería ser bienvenida, lo ideal sería la repoblación forestal intencionada y planificada, con plantas que se adapten a un medio tan hostil y que requieran de poco o ningún riego. Es muy importante crear el ciclo del agua. Hay especies perfectamente adaptables a ecosistemas costeros que crecen a escasos metros del agua del mar y que son muy útiles por sus cualidades diversas.
La leche de la aulaga también es muy peligrosa si te la pones en los ojos o te la bebes. Seimpre que hablamos de una especie "invasora" hay que sacar el discurso asustaviejas. [...]
Bueno yo dentro de mil o dos mil años seré ceniza pero esa planta sera un bosque verde en Fuerteventura y las semillitas tan lindas y bonitas estarán en todos los volcanes de Lanzarote la Geria ,Malpais , La Graciosa Creo que si son invasoras como todo lo que nos invade Invasares
En la foto: "Ejemplar de Arbol de la seda, junto a tres especimenes invasores"
Lo raro es que no hayan catalogado a las Cabildo como institución invasora.Ahí si que hay invasores.Entre las contrataciones del Cabildo y la inmigración ilegal........lo del solitario árbol ese se queda en nada.
Como hay poco verde...las invasoras valen. Qué poca cabeza. Pues que planten cactus, tajinaste...Es invasora? Pues sierra y fuera. Concejal de medio Ambiente...ya sabes
Me encantan los co.etsrios de cuñados son todos expertos en todo en legislación en biodiversidad en política internacional , los que hablan aquí. Sobre todo unos mesías o iluminados sin crítica así mismos ni nada... Lo hacemos todo muy bien ellos muy mal es su lema ......
Entonces vamos a arrasar todas las tuneras y piteras, que también son declaradas invasoras en Canarias. Ya puestos, ¿no? Sierra y fuera. Empezando porque en Canarias no hay cactus, hay euforbias. Lo ideal sería que se hicieran campañas de plantación de especias autóctonas, pero si llega una que podría haber llegado de forma natural y adaptarse a algo donde no hay nada, no sé qué problema hay.
Hay q proteger la flora y fauna de Ftv.Hay q erradicarla y poner a trabajar a lo de la paguita.Repoblando Ftv y reconstituyendo los bancales.Así veremos como mejora nuestra isla. El sector primario cansado de la ardilla.Bajar impuestos sector primario y cumplir con las promesas políticas de poner las depuradoras prometidas. Seamos otra vez el granero de las Islas Canarias. Trabajando las tierras podemos ir erradicando las especies invasoras... Y poner depuradoras,pero no dandoselas a empresas privadas y dar trabajo a los parados....
Juan ortega que gran cuñado a decir tópicos clichés y lo primero que se pasa por la cabeza leyó algún libro en su vida parece que no ? Pero bueno esa gente es la que más opina si.n leer y si. Hacer nada .......
A quienes dicen que es una planta invasora, que digan qué evidencia empírica tienen para asegurarlo, porque casi siempre que miro la bibliografía científica y voy a la fuente primaria, resulta que es alguien sugiriendo la hipótesis de que pueda ser especie invasora por el mero hecho de sobrevivir y reproducirse sin ser nativa. Luego otra publicación asegura que es una especie invasora citando esa otra publicación que simplemente formulaba una hipótesis. Así hay montón de especies declaradas invasoras sin evidencia empírica que lo demuestre. Como mucho tendrán evidencia anecdótica. Muy pocas son declaradas invasoras tras seguir un procedimiento reglado en el que se analicen distintos aspectos de la planta. Vale, son expertos, pero no les vendría mal hacer algo de ciencia en vez de depender siempre de su opinión experta que ya sabemos acierta menos que una escopeta de feria.

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