“Existe un problema de sordera política con la contaminación acústica”
Yomara García, presidenta de Juristas contra el ruido
Juristas contra el ruido es una plataforma que se constituyó hace veinte años. Llevan casos contra el ruido en toda España y han logrado cientos de sentencias favorables para vecinos o empresas contra la Administración o contra otros particulares. García es abogada en Las Palmas de Gran Canaria. Recientemente han conseguido la suspensión de los conciertos en el estadio Santiago Bernabéu.
-Llama la atención que haya una plataforma de juristas contra el ruido. ¿La única forma de afrontar este problema es por la vía legal?
-Depende del asunto que tratemos, del problema y del emisor acústico. Hay muchísimas fuentes de ruido y habría que analizar cada caso. Se suele intentar siempre una fase previa extrajudicial para intentar resolver el problema, pero si el contaminador acústico insiste y no cesa en las emisiones, no queda más remedio que acudir a la vía judicial. Habitualmente las personas afectadas por la contaminación acústica suelen intentar de forma amistosa pedir el cese de esas emisiones y buscar maneras extrajudiciales para resolverlas. El problema es que en muchas ocasiones no se consigue y hay que dotarse de profesionales jurídicos especializados y técnicos.
-Por la experiencia que tienen ustedes, ¿es un problema de falta de legislación o de incumplimiento de esa legislación?
-La legislación está bien, es mejorable, pero hay legislación suficiente para poder combatir este problema. Lo que pasa es que no se aplica de forma eficaz y efectiva por las administraciones competentes en materia de contaminación acústica. Existe un problema de sordera política respecto de la contaminación acústica. Existe un problema de falta de recursos económicos, humanos y técnicos en las administraciones. En los ayuntamientos hay un problema de dilación, de caducidad de los expedientes, de falta de agilidad en los expedientes administrativos para resolver el problema. La Policía Local no está formada en muchas ocasiones o no dispone de medios técnicos como sonómetros. Es necesario que los ayuntamientos se formen en esta materia, es necesaria la educación, la formación sanitaria, la concienciación y la sensibilización. También hay un problema de presiones respecto de determinados sectores, porque normalmente se da prioridad al ánimo de lucro, la economía o las actividades empresariales frente a la salud o los derechos fundamentales como la inviolabilidad del domicilio o la intimidad de las personas, que no podemos olvidar que son derechos jerárquicamente superiores al ocio o a la actividad empresarial. Están protegidos, están en el artículo 18 de la Constitución como derechos fundamentales y son preferentes, incluso existen procedimientos sumarísimos especiales para defenderlos, pero realmente se mira para otro lado porque existen intereses. La normativa es mejorable, pero existe una legislación estatal, la Ley 37/2003, que es de aplicación básica en todo el territorio nacional, a la que deben adaptarse las ordenanzas municipales y la legislación autonómica. Existe legislación autonómica en materia de ruido, leyes sectoriales como la de actividades clasificadas, que es a la que suelen recurrir en Canarias porque no existe ley autonómica. Y luego cada ayuntamiento tiene sus ordenanzas municipales que también regulan esta cuestión. También tenemos el Código Civil con un montón de normas, la Ley de propiedad horizontal que regula también el ruido de las comunidades de propietarios... Tenemos la Ley de arrendamientos urbanos que también puede resolver los contratos por temas de ruido. Es decir, existe muchísima legislación. En el Código Penal, el artículo 325 establece el delito contra el medio ambiente... Pero el problema no es la normativa, y además de que no se cumplen las normas y no se controla y no se inspecciona.
“Se da prioridad a la economía frente a la salud o los derechos fundamentales”
-Entonces, si es la propia administración la que es la generadora de los ruidos se complica aún más la situación, porque quien debe hacer cumplir la norma es quien la está incumpliendo...
-Acaba de salir una sentencia de un compañero de Almería, del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, en la que condena precisamente al Ayuntamiento de Almería porque se estima que han vulnerado los derechos fundamentales de los vecinos por las emisiones que venían soportando las viviendas por ruidos procedentes de las terrazas de establecimientos de hostelería. Condena al Ayuntamiento a adoptar todas las medidas necesarias para garantizar que no se superen esos límites y que cesen esas emisiones en las viviendas. El problema es cuando los ayuntamientos promueven actividades en zonas residenciales que se sabe de antemano que son incompatibles con los usos residenciales... Hay que trabajar desde la planificación urbanística y desde el planeamiento. Si no puedes asignar un uso determinado en una zona donde el uso predominante es el residencial, porque lamentablemente hay usos incompatibles, y planificas fiestas o conciertos sin adoptar medidas correctoras, como está ocurriendo por ejemplo ahora con el Bernabéu, evidentemente van a causar molestias a los vecinos, y resulta que el propio Ayuntamiento es el contaminador. Ya existen resoluciones que condenan a los ayuntamientos y declaran nulas estas autorizaciones y la prohibición de que se celebren en esas zonas. Los ayuntamientos nunca hacen nada salvo que las personas afectadas acudan a la vía judicial. Normalmente dicen que se están adoptando medidas correctoras y se van a cumplir los límites, pero eso es imposible, es una utopía, porque la realidad es que los amplificadores y los niveles que utilizan son tan elevados que es imposible adoptar medidas correctoras al aire libre.
-¿Cuál sería el límite de decibelios aconsejable si se hace un concierto a veinte o treinta metros de una vivienda?
-No solamente es el ruido, sino las vibraciones. De hecho hay casos de viviendas donde se realizan eventos de forma reiterada a esos niveles, que están padeciendo hasta fisuras por las vibraciones. En exterior, en una zona residencial en horario nocturno, no se podría supera el nivel de 50 decibelios y en horario diurno, 60. En zona industrial, durante el día no se deberían superar los 70 decibelios y por la noche, 60. Pues se están padeciendo niveles de uso industrial en las ciudades, en zonas residenciales. Un concierto puede estar en 90 o 100 decibelios. He tenido supuestos en los que a la vivienda llegan 100 decibelios, que es como estar dentro de una discoteca, como tener la discoteca en tu casa o estar cerca de un reactor de un avión.
“El Ayuntamiento no hace nada salvo que los afectados acudan a la vía judicial”
-En muchas ocasiones se justifica que los actos terminan a las once o las doce de la noche, pero también influye la cantidad de horas de exposición, ¿no? Si el evento comienza a las doce de la mañana y dura doce horas...
-Nos olvidamos de que existen límites tanto de día como de noche. Normalmente las personas que contaminan dicen que no, que pueden hacer todo el ruido que quieran en su casa o de día. Pero eso no es así. Existen límites en el interior y en el exterior, durante el día y durante la noche. Y esos límites están para cumplirlos. Cuando conducimos un vehículo, aunque tengamos carné, no podemos ir a 200 por hora por una vía urbana. Pues esto es lo mismo. El hecho de que tengas una licencia o una autorización no significa que puedas superar esos límites.
-¿Cuáles son las consecuencias más habituales del ruido sobre la salud?
-Gravísimas. Está demostrado que la contaminación acústica mata. La Organización Mundial de la Salud y otras entidades así lo vienen diciendo. En la Comunidad de Madrid atribuyen al ruido del tráfico unos 6.000 ingresos en Urgencias u hospitalarios al año. Tiene una afección en los problemas cardiovasculares, neurológicos, digestivos y aumentan las muertes. Solo en Madrid son unas 500 muertes al año por el ruido del tráfico. Estamos intentando que se promuevan estudios con otro tipo de ruidos, como el ocio, o las terrazas, que se están generalizando en las ciudades porque ha habido un incremento bestial. Están relacionados con ataques cardíacos, con muertes por enfermedades coronarias, y según estudios recientes, con la demencia. El ruido es un estresante y afecta a nuestro sistema inmunológico, que se deprime como consecuencia de que se elevan nuestros niveles de cortisol, que es la que se denomina la hormona del estrés, y afecta a todo nuestro cuerpo. Además causa enfermedades psicológicas, psiquiátricas, depresión, ansiedad o insomnio. Los niños no se pueden concentrar, hemos tenido casos de niños durmiendo en el salón porque no podían dormir en su dormitorio, o niños enfermos a los que se les incrementaban las convulsiones como consecuencia de estar sometidos al ruido. Se agravan las enfermedades. Las ciudades con ruido no son ciudades vivas, son ciudades que enferman. Tenemos que pensar en el confort acústico porque la contaminación acústica nos enferma sin que nos demos cuenta porque aunque pensemos que no, está afectando a nuestro sistema inmunológico. Se hizo un estudio en Alemania de unos gemelos afectados por la contaminación acústica del tráfico. Pusieron a un gemelo en un dormitorio en el que había ruido de tráfico y a otro gemelo en el que no había ruido del tráfico. Los niveles de cortisol del gemelo afectado por el ruido del tráfico se elevaron considerablemente y los del otro gemelo no. Entonces, aunque estemos durmiendo, nos afecta, suben nuestros niveles de cortisol y esto, evidentemente, se va a ver a largo plazo. Tenemos que tratar de reducir el ruido de las ciudades.
“El ruido es tan elevado que es imposible adoptar medidas al aire libre”
-¿Después de la pandemia se han intensificado los eventos y los ruidos? ¿Se hacen más fiestas, duran más, son más ruidosas?
-Una locura, sí, sí, es una locura. Con la pandemia, las personas tomaron conciencia del bienestar que les ofrecía un mejor confort acústico en las ciudades y ahora demandan eso, que se puede conseguir. Aprendieron a valorar este hecho y también hay más reclamaciones, porque las personas son más conscientes de sus derechos y hay más información. Sin embargo, se instalaron las terrazas y lo que tuvo vocación de temporal se ha convertido en algo permanente. Y los establecimientos se han dado cuenta de que pueden ocupar espacio en la calle y pueden tener otras veinte mesas y duplican su caja. Están aprovechando, a costa de la salud de las personas que viven encima, para hacer caja ocupando el espacio público. En algunas ciudades los ayuntamientos recaudan por las tasas de ocupación y en otras ciudades ni siquiera recaudan por las tasas. También está existiendo una grave afectación a la accesibilidad de las personas que no pueden pasar porque se ocupa el itinerario peatonal. La actividad empresarial se enriquece y ahora ¿cómo van a desprenderse de esa fuente de ingresos extra? Volvemos otra vez al principio de jerarquía normativa, al derecho a vivir en tu casa de manera saludable, en tu esfera personal, tanto de día como de noche, que tiene una protección preferente al derecho a montar una terraza y enriquecerse. Es un calvario para las personas, porque hay personas que trabajan en casa o que están enfermas, o intentando recuperarse y tienen debajo tres terrazas que incumplen el aforo, los horarios y que ponen música en vivo. Eso es un infierno para esa familia. Y he tenido clientes que han fallecido, con una enfermedad terminal y la han tenido que sufrir en esa situación. Es un poco inhumano.
-¿Cuántos casos favorables contabiliza esta plataforma?
-Juristas contra el ruido es una asociación que lleva más de 20 años especializada en la defensa jurídica contra la contaminación acústica. Todos nuestros compañeros tienen sentencias de todo tipo de fuentes de ruido, gracias también a que esas personas afectadas se atreven a reclamar. Tenemos sentencias de casales falleros, temas del carnaval, de día y de noche, el Oktoberfest, las campanadas de verano, la sentencia de los botellones en Andalucía del compañero Joaquín Herrera... Tenemos la sentencia reciente de mi compañero Ricardo Ayala, que incluso como medida cautelar ha suspendido los niveles de ruido de la Plaza Mayor de Ocaña (Toledo). Y dos de las tres sentencias que hay del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que condenan a España por ruido, de Andrés Morey en Valencia, que son las que siempre invocamos...
“Los clientes ya demandan reclamaciones en la jurisdicción penal”
-¿Y casi todas son instadas por particulares o es importante organizarse y que sea una plataforma o una asociación de vecinos?
-Como estamos en presencia de derechos fundamentales, cualquier persona afectada por la contaminación acústica puede reclamar. No es necesario que sean 20, 30 o 50. Nosotros recibimos las reclamaciones tanto por personas físicas, comunidades de propietarios, por empresas, incluso por hoteles que están afectados o por asociaciones de vecinos. Hay de todo.
-En ocasiones será necesario llegar a la vía penal, que puede que sea más eficaz...
-Claro. Desde Juristas contra el ruido también estamos promoviendo los procedimientos penales porque ya hay situaciones sangrantes y hay que ser conscientes de que pueden existir prevaricaciones por omisión en materia de contaminación acústica, tanto por concejales como alcaldes e incluso hosteleros. Los clientes ya demandan, ante el hartazgo y el padecimiento que vienen sufriendo, las reclamaciones en la jurisdicción penal.
Comentarios
1 Rosa Ojeda Lun, 21/10/2024 - 08:46
2 Hmmm Lun, 21/10/2024 - 15:26
3 Ayto. De La Oliva Mar, 22/10/2024 - 06:48
4 Para Rosa Mar, 22/10/2024 - 06:50
5 Fernando Suárez Mar, 22/10/2024 - 08:52
6 Anónimo Mar, 22/10/2024 - 10:35
7 Oliva Mar, 22/10/2024 - 19:49
8 Anónimo Mar, 22/10/2024 - 20:03
9 Anónimo Mar, 22/10/2024 - 20:07
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