“El muro de México es una metáfora: representa el deseo de Trump de cerrar a cal y canto su país”
Juan Pablo Nobrega (Fuerteventura, 1960) es periodista. Tras terminar la carrera de Periodismo, fundó, junto a un grupo de colegas de profesión, la revista Malpaís (1988) en la Isla. La aparición del nuevo medio de comunicación supuso todo un revulsivo en la prensa local del momento. Más tarde viajó a Nueva York, donde ha sido corresponsal de Canal Sur Andalucía y del Grupo Vocento. Desde hace tres años trabaja en una editorial de libros de texto bilingüe. Estos días sigue con expectación la llegada del nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, cuyo discurso populista ha removido los cimientos de Occidente.
- ¿Qué ha pasado para que los americanos hayan pasado de apoyar el discurso de Barack Obama a apostar por Donald Trump?
- Los norteamericanos lo han votado tan masivamente porque la política también se ha pervertido a unos niveles en los que las personas votan más 'en contra de', que para construir algo. El miedo a Europa propicia el voto en contra de que Gran Bretaña siga en la Unión Europea. En Estados Unidos, las propuestas de Trump son, básicamente negativas, como construir un muro, evitar que los musulmanes entren, Estados Unidos para nosotros… Sobre esa base ha habido un factor egocéntrico que ha movido a un sector del electorado, que no es fácil de definir con una palabra. En principio, parecía que el votante iba a ser blanco, sobre todo hombre, de la América interior pero hay mucha gente que se sale de ese estereotipo. También lo han votado mujeres, algunos hispanos... Donald Trump trata de impulsar los valores conservadores de un sector de la sociedad, la blanca estadounidense, en la que hay un grupo con un miedo profundo a la América multirracial y abierta al mundo que se ha ido dando en la era de Obama.
- Tras la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, ¿se ha notado más la división social en el país?
- La división social ya estaba. No podemos olvidarnos que en los últimos cuatro años se ha reabierto la herida racial con una violencia policial hacia los negros. Ha habido bastantes casos donde la policía se ha excedido con ciudadanos negros de una manera que no se corresponde con el trato que se les da a los blancos. La brecha racial ha estado y está y no creo que haya influido en el cambio de tendencia de la política estadounidense. Hay cosas más profundas como la economía que ha tenido mucho más peso. Esta sí lleva desde antes de la crisis siendo el factor que ha desestabilizado a un sector de los estadounidenses que no tienen el tipo de oportunidades e ingresos que tradicionalmente han tenido.
- ¿Cómo afectará el nuevo mapa político a la población hispana residente en Estados Unidos?
- El problema de la inmigración está exagerado por Donald Trump y por la derecha. Hay un miedo a perder la esencia de lo que ellos consideran la patria estadounidense. Él va a poner sobre la mesa medidas restrictivas a la inmigración y eso se va a traducir, con muro o sin muro en la frontera con México, en más controles y deportaciones. Hay grupos como “los soñadores”, que son niños de origen hispano que se han criado y educado en Estados Unidos, que están en una situación de limbo jurídico. Con Obama se mantuvieron porque prorrogó una norma que les permite vivir y trabajar en Estados Unidos, pero es fácilmente reversible. Con Trump, este grupo, de un millón de personas, es posible que sean devueltos. El punto de mira de la Administración va a cambiar y van a buscar la manera de frenar la llegada de inmigrantes desde todos los frentes.
- ¿Qué efectos traerá la construcción del muro de México?
- El muro está parcialmente construido. Ahora Trump lo que propone es ampliar esa construcción. No sabemos si el muro se va a construir, pero de lo que estamos hablando es de reforzar los controles de seguridad en la frontera. Eso no supondrá unas consecuencias inmediatas para la inmigración ilegal porque esta tiene recursos para buscar la manera de entrar, sobre todo cuando la demanda de mano de obra en Estados Unidos no va a bajar. Los muros en un país como Estados Unidos no tienen sentido porque está conectado por aire con todo el mundo. Es muy complicado sellar un país como este. El muro es una metáfora y representa el deseo de esta Administración de cerrar a cal y canto su país.
- ¿El discurso populista del nuevo presidente hará que su país pierda el liderazgo internacional que goza en estos momentos?
- Tan pronto no lo veo, pero va a perder peso si Trump mantiene su línea de críticas a la OTAN, el desentendimiento de los problemas de Europa y los enfrentamientos con China. Todo eso le va a restar importancia al país, pero no hay que olvidar que no es fácil reemplazar el modelo surgido de la Segunda Guerra Mundial en el que los intereses de Occidente han pivotado en torno al trabajo conjunto de Europa y Estados Unidos. Perder peso sí, pero es pronto para hablar de un cambio donde Estados Unidos se desentienda del mundo. Entre otras cosas porque hay un gobierno y personas en el Congreso estadounidense que no permitirían una deriva de ese calibre por parte del presidente de Estados Unidos.
- ¿Qué consecuencias puede traer el veto de Trump a ciudadanos de países musulmanes con historial terrorista?
- Las consecuencias serán muy graves. Habrá desestabilización porque ya sabemos que tildar a países musulmanes de una manera indirecta como foco del terrorismo va a provocar enfrentamientos diplomáticos. Eso va a suponer tensiones con el mundo musulmán. Sin hablar de las consecuencias de ese enfrentamiento con países que son clave para avanzar en la solución del problema palestino. Todo lo que sea alienar a los países árabes desde Estados Unidos complica la ya de por sí complicada situación de Oriente Próximo. Es un caso más donde Donald Trump negativiza cualquier vía de progreso.
- En la ceremonia de toma de posesión reconoció que retirará el Plan de Acción Climática. ¿Qué futuro le espera a la lucha contra el cambio climático?
- Es un caso donde hay que esperar y ver si Trump se desanda de los pasos dados por la Administración de Barack Obama, sobre todo en los Acuerdos de París donde Estados Unidos se comprometió a limitar las emisiones de CO2. Por los planteamientos que ha hecho a nivel interno y por las medidas que ha estado tomando parece que se va a desandar de ese camino. Una medida muy clara ha sido revivir el proyecto de un oleoducto entre Canadá y las refinerías del sur de Estados Unidos para traer arenas bituminosas, un tipo de producto altamente contaminante, para ser refinadas en Texas. Son medidas que lo que harán es aumentar las emisiones de CO2 en Estados Unidos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los estados por separado hacen su política y esta no tiene que ver con el Gobierno federal. Hay estados como California, el más poblado de Estados Unidos, cuya política de ahorro energético se basa en combinar energías alternativas con combustibles fósiles y está siendo muy exitosa.
- El apoyo de Donald Trump a las asociaciones antiabortistas, ¿puede ser el primer paso a la ilegalización del aborto?
- Es complicado. El aborto tiene una orientación federal y el Tribunal Supremo puede siempre sentar una orientación de por dónde tienen que ir las leyes del aborto. Sin embargo, hay una gran autonomía por parte de los estados a la hora de legislar sobre este tema. Creo que va a depender del componente electoral de cada estado. Hay lugares como Nueva York, Massachusetts, California o Washington, que son los más liberales y tienen leyes progresistas y eso se va a mantener bastante. No obstante, habrá ataques a la ley del aborto y habrá estados donde la incidencia del Gobierno federal y del Tribunal Supremo va a decantar la balanza hacia posturas más conservadoras.
- ¿Su política afectará a las relaciones con España?
- Él ha dicho que Europa no es su problema. En el caso de España, no podemos esperar una mejora de las relaciones que ya existían con Obama. No creo que empeore, pero tampoco hay signos de que este señor venga mañana a España con una propuesta sugerente. Hay que ver en qué medida va a mantener su compromiso con Europa en los grandes temas y ahí será donde España se beneficiará o no.
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